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Empresa sin experiencia supervisará construcción del puente Belice 2
La misma junta de licitación que adjudicó a D&D Ramírez la supervisión del puente Belice 2 reconoció en una licitación anterior que esta empresa no tenía experiencia en trabajos similares.
De momento, el contrato para la supervisión del Puente Belice II se encuentra en el limbo. (Foto Prensa Libre: Gobierno de Guatemala)
La Dirección General de Caminos (DGC) adjudicó la supervisión del diseño y construcción del puente Belice 2 a la constructora D&D Ramírez Hernández por Q89 millones 600 mil, la cual tiene nula experiencia en inspeccionar trabajos de tramos carreteros o puentes vehiculares.
El puente Belice 2 contempla la construcción de infraestructura de hasta 5.1 kilómetros que incluyen pistas de aproximación hacia la estructura principal, que contendrá una planta baja para transporte público y en la superior habrá cinco carriles. De estos, cuatro son para vehículos y uno para servicios.
Por la magnitud del proyecto, distintas organizaciones y consultores en contrataciones públicas recomendaron al Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (Civ) que lanzara una licitación internacional para que más empresas con experiencia pudieran participar, tanto en los trabajos de construcción como en los de supervisión. Sin embargo, esta sugerencia no se acató.
Finalmente, la DGC del Civ adjudicó el diseño y construcción al Grupo Muratori S.A. por Q1 mil 785 millones y para supervisar los trabajos contrató a D&D Ramírez, una constructora propiedad de José Elías Ramírez Andrés.
D&D Ramírez es contratista del Estado desde 2014, pero en su historial no hay un solo trabajo por supervisión de proyectos de carreteras o puentes vehiculares que estén finiquitados. Su experiencia se limita a trabajos de mejoramiento de calles con distintas municipalidades, venta de materiales de construcción, trabajos de líneas eléctricas de distribución y algunos contratos privados de construcción de puentes y pasos peatonales.
No obstante, el pasado cuatro de octubre la junta de licitación, conformada por Ana Karina Zebadúa, Kellers Cecilio Recinos y Juan Pascual Hernández, decidieron adjudicarle la supervisión del puente Belice 2.
Lo paradójico fue que ocho días después, el 12 de octubre, esta misma junta de licitación rechazó adjudicar a D&D Ramírez un contrato para supervisar el proyecto de construcción de la carretera “Libramiento de Sayaxché”, en Petén.
En esa ocasión D&D ofertó Q2 millones 162 mil 500, pero el criterio de los integrantes de la junta fue que no cumplían con los requisitos establecidos en el numeral 9.5.2 de las bases de licitación. Este apartado establece que el oferente debe acreditar, como mínimo, que ha prestado servicios de supervisión en dos proyectos similares al que se pretende contratar.
Prensa Libre consultó con el Civ, por medio de su oficina de comunicación social, por qué adjudicó los trabajos de supervisión del puente Belice 2 a una empresa sin experiencia, pero al cierre de esta edición no hubo ninguna respuesta al respecto.
También se contactó vía telefónica a José Elías Ramírez, propietario de D&D Ramírez, para consultarle cómo justificaba su experiencia para realizar este trabajo. Indicó que devolvería la llamada, pero no lo hizo y tampoco volvió a responder mensajes y llamadas a su celular.
Preocupante
Marvin Flores, de Acción Ciudadana, explica que el trabajo de la supervisora de proyectos es importante porque es la que verifica que los materiales que va a emplear la constructora cumplen con la calidad y cantidad requerida en las bases de licitación. Solo con este control se asegura que la obra esté bien ejecutada.
Por ello, resulta preocupante que la DGC del Civ haya contratado a una empresa que no acreditó experiencia previa.
“Esto es altamente preocupante porque muchos problemas de corrupción, o se dan al inicio al proceso de adjudicación o por falta de planificación, como sucedió en el Libramiento de Chimaltenango. La empresa supervisora debería tener una alta especialidad en supervisar esas obras. Como mínimo, debería haber supervisado puentes que ya estén construidos. (La magnitud) del puente Belice 2 es comparada solo con el puente de Río Dulce, ni siquiera con el puente Belice I ni el puente El Incienso. Este es un puente de dos niveles y no hay otro similar en el país”, dijo Flores.
Flores dice que en Guatemala sí hay empresas con experiencia en inspeccionar este tipo de obras, como las que han trabajado en Zacapa y Chiquimula tras las tormentas Eta e Iota. “Hay un gravísimo error y riesgo de corrupción en esta contratación (de D&D Ramírez). Muchas veces los actos de corrupción se cometen en el diseño del derecho de paso o en la fase de construcción por deficiencias. Esto es gravísimo porque la construcción del puente Belice 2 no implica solo un gobierno, son tres años”, dice Flores.
Juan Carlos Zapata, de Fundesa, confía en que la experiencia del Grupo Muratori bastará para que la obra tenga una buena calidad, aunque lo deseable sería que más empresas hubieran ofertado en la licitación pública que se lanzó para el contrato de supervisión.
“Hemos visto que la empresa que contrataron para el diseño y construcción de puente Belice dos tiene mucha experiencia. Creemos que va a ser una buena obra de ingeniería porque la empresa que contrataron es de las que más se dedican a hacer puentes en país. Definitivamente, lo que hubiéramos querido en la parte de supervisión es que participaran más empresa porque no participaron muchas. Ojalá se logre empezar con todos los estudios de preinversión iniciales y trabajar la obra en el campo”, dijo Zapata.
Fondos
El Puente Belice dos se construirá con los fondos que se desembolsaron al Civ como para de la Ley para el Fortalecer el Mantenimiento y Construcción de Infraestructura Estratégica. En un inicio ascendían a Q3 mil 100 millones, aunque se le han recortado casi mil Q1 mil millones.
A la fecha, se han ejecutado Q991 millones 372 mil 784.45, lo cual representa un 45.5 por ciento del monto total
La aprobación de este decreto generó cuestionamientos, ya que varias obras contempladas en la cartera de proyectos no tenían sustento técnico y además podían estar sobrevaloradas.
Otro de los cuestionamientos fue que solo 480 metros, menos del 0.1 por ciento de los 719.1 kilómetro que cubrían los proyectos de infraestructura vial, correspondían a construcción de tramos nuevos. Estos se distribuían en 240 metros en rutas centroamericanas, 40 metros en rutas nacionales y 200 metros en rutas departamentales. Todo a un costo de Q230.7 millones, según un análisis del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales.
No obstante, fue impulsada por el Gobierno de la República y aprobada por los diputados de la alianza oficialista.