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Nuevo gobierno en Honduras: por qué debe importar a los guatemaltecos lo que ocurra en ese país
El pasado 27 de enero asumió la Presidencia de Honduras Xiomara Castro, electa por el izquierdista Partido Libre.
La presidenta de Honduras. Xiomara Castro, conversa con la vicepresidenta de EE. UU., Kamala Harris (de espaldas), el día que fue juramentada como la primera presidenta de su país. (Foto Prensa Libre: AFP)
Guatemala y Honduras comparten algo más que una frontera de 256 kilómetros, ya que también los une una historia de conflictos, pobreza y falta de desarrollo humano, factores que se han ido al declive, en parte, por sus gobiernos que han sido incapaces dar bienestar a su población.
Lo que pasa en ese país tiene una alta incidencia en Guatemala, sobre todo desde el aspecto económico y migratorio.
Honduras fue el segundo destino de las exportaciones guatemaltecas el año pasado, que según cifras parciales del Banco de Guatemala se llegaron a US$1 mil 267 millones. La balanza comercial le favorece al país puesto que las importaciones hondureñas suman en el mismo periodo US$673.8 millones.
En cuanto a migración, Honduras y Guatemala son parte del acuerdo CA-4 que permite el tránsito libre de sus ciudadanos entre esos países, así como en El Salvador y Nicaragua. Según este tratado los hondureños pueden circular en el país hasta por 90 días y no necesitan visa para ingresar.
El año pasado transitaron de forma irregular por Guatemala cerca de 350 mil ciudadanos de Honduras con el fin de llegar a EE. UU.
Solo en estos dos aspectos se evidencia la importancia que el país vecino tiene para Guatemala razón por la cual seguirá de cerca lo que suceda con el nuevo gobierno que desde el pasado 27 de enero preside Xiomara Castro, primera mujer en ser electa presidenta de Honduras.
Si las cosas marchan bien por allá, probablemente disminuya la migración irregular, la economía seguirá requiriendo productos guatemaltecos, e incluso el turismo desde Honduras puede subir. El año pasado ingresaron 57 mil hondureños con fines turísticos.
Castro, electa por el izquierdista Partido Libre, llega al Gobierno después de ocho convulsos años con Juan Orlando Hernández como presidente, en los cuales las condiciones socioeconómicas de Honduras cayeron en picada y fomentaron una migración sin precedentes.
Unión Aduanera
Álvaro Sarmiento, especialista en comercio internacional, destacó que desde que entró en vigor la unión aduanera con Honduras, en 2017, las exportaciones de Guatemala a ese país han crecido “significativamente” lo que se ha traducido en más riqueza para el país y en que los hondureños puedan tener acceso a mejores productos y a menor precio.
En otras palabras, los beneficios han sido mutuos. Por tal motivo, Sarmiento no espera que haya una modificación sustancial en las políticas económico-comerciales en el vecino país, ya que la economía está “muy amarrada a la de EE. UU.” y eso lo tiene muy claro el nuevo gobierno hondureño, sin que acá importen las ideologías.
No obstante, Sarmiento reconoce que los inversionistas guatemaltecos en Honduras están más propensos a recibir los impactos, positivos o negativos de quienes dirigen los destinos de ese país.
Por ejemplo, Guatemala tiene múltiples inversiones en el campo de generación de energía y una modernización de la legislación en ese ramo sería “importante” para un sector que hoy por hoy genera miles de empleos en Honduras. Por el contrario, una hipotética alza de impuestos sería contraproducente.
Además, la alianza que Castro hizo con Salvador Nasralla, su vicepresidente, puede ser positivo para las inversiones privadas en Honduras, puesto que este podría inclinarse por proteger las inversiones.
Pero antes que todo, Sarmiento enfatiza en que la estabilidad del Estado de Derecho, el respeto a la propiedad privada y a la vida es fundamental para propiciar un ambiente óptimo para los inversionistas ya que, “si mejoran estas cosas será positivo para todo el mundo”.
“Las autoridades de Honduras saben que los empleos dependen, no de discursos políticos sino de acciones específicas de inversionistas que creen en un país, si es estable”, subrayó.
Para Daphne Posadas, licenciada en Relaciones Internacionales, “en un mundo tan interconectado, lo que pasa en China nos afecta, y lo que pasa en Honduras nos afecta aún más”. En tal sentido, considera que la llegada de Castro al poder fue una reacción al gobierno de Juan Orlando Hernández y una respuesta de una ciudadanía cansada de gobiernos que son ajenos a la realidad de sus países.
“Es una buena idea ver lo que sucede en otros países para responder adecuadamente a los retos políticos que se presenten”, añadió, al mismo tiempo que remarca “Centroamérica se ha convertido en un vecindario complicado en materia de democracia, transparencia y Estado de Derecho”.
Para Posadas, América Latina atraviesa por un ciclo electoral en el que han renacido los discursos radicales y populistas y en un año preelectoral en Guatemala puede darnos alguna de idea de cómo serán la campaña y las elecciones del 2023.
Nuevo interlocutor
En otro aspecto, Jahir Dabroy, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes) afirma que “los riesgos en los países poco institucionalizados son compartidos” y que la delicada situación en la que se encuentra la democracia en el istmo no abona a la integración centroamericana, tanto política como económica, que serviría para que la región tuviera más peso en la comunidad internacional.
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En cuanto al impacto político regional, estima que, debido al detrimento de las relaciones entre Guatemala y Washington, será Honduras el que tendrá la oportunidad de convertirse en el interlocutor de EE. UU. para Centroamérica y su socio más estratégico, prueba de ello fue que la vicepresidenta, Kamala Harris, asistió a la ceremonia de toma de posesión de Castro.
“Ahí perderíamos el protagonismo en la región, que nos guste o no, por su naturaleza geográfica, se ha dado con EE. UU.”, apuntó Dabroy.
Posadas tampoco descarta que EE. UU. vea en el nuevo gobierno de Honduras a un aliado en Centroamérica, pese a que Castro refirió en campaña que se alejaría de Washington para buscar acercamientos con China.
Los mismos retos
Geidy de Matta, analista política del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos, expuso que la llegada de Castro al poder ha generado cierta expectativa, sin embargo, recuerda que ya ha generado confrontación en el poder legislativo hondureño, lo que podría causar un bloqueo de la labor del nuevo Gobierno.
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Para De Matta “no necesariamente lo que ocurre en Honduras tiene que pasar en Guatemala”, no obstante, precisó que ambos países comparten historia, y si antes los grandes problemas fueron los conflictos armados y la deuda externa, hoy en día los retos están en construir una institucionalidad fuerte y consolidar el estado democrático, sin dejar de lado el narcotráfico y el crimen organizado “que han cooptado al poder político” en estas naciones.
Ambos países “requieren estados fuertes y sólidos, y líderes que sean intermediarios entre la sociedad civil y los políticos para canalizar las necesidades y demandas que, parece, han rebasado las capacidades de los estados”, acotó.