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Así es la búsqueda de ovnis en los confines del mundo

La búsqueda de un ovni derribado comenzó y terminó cerca de este pueblo donde residen trabajadores de la industria petrolera en el congelado confín del mundo. ¿Qué pasó después?

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El océano Ártico congelado, donde se sospecha que cayeron los restos de un globo derribado cerca de Deadhorse, Alaska, el 17 de febrero de 2023. (Brian Adams/The New York Times).

El océano Ártico congelado, donde se sospecha que cayeron los restos de un globo derribado cerca de Deadhorse, Alaska, el 17 de febrero de 2023. (Brian Adams/The New York Times).

En serio? ¿Eso fue todo?

El Ejército estadounidense es capaz de hacer muchas cosas, pero encontrar los restos de un objeto volador no identificado desperdigados en una extensión deslumbrante de hielo ártico a temperaturas de menos 34 grados Celsius durante las seis horas disponibles de luz solar no es una de ellas.

La búsqueda de un ovni derribado comenzó y terminó cerca de este pueblo donde residen trabajadores de la industria petrolera en el congelado confín del mundo, y donde pilotos de la Armada a bordo de aviones Boeing P-8 Poseidon por fin se rindieron el viernes, cuando dieron por terminada su misión sin haber hallado ninguna respuesta.

Horas después y a unos 804 kilómetros, las fuerzas canadienses que buscaban los fragmentos de un segundo objeto en territorio del Yucón se retiraron con las manos vacías. Lo mismo sucedió en el lago Hurón, donde los capitanes de la Guardia Costera atracaron sus botes sin hallar lo que sea que derribaron los pilotos de combate en unidades F-22 con un misil Sidewinder de 400.000 dólares. (De hecho, los pilotos dispararon dos misiles; el primero no dio en el blanco).

Los tres objetos fueron interceptados en rápida sucesión el 10, 11 y 12 de febrero, apenas días después de que Estados Unidos derribara un globo gigante de espionaje chino el 4 de febrero. Pero tan pronto como comenzó el frenesí nacional en torno a los fenómenos aéreos, las fuerzas militares empacaron sus cosas y se fueron a casa, dejando respuestas encapsuladas en el hielo del Ártico y bajo las olas espumosas del lago Hurón.

En Deadhorse —población permanente: 25— la vida ya había vuelto a la normalidad para la mañana del sábado. Los trabajadores del sector petrolero partieron a su jornada laboral antes de que saliera el sol y regresarían en la noche para cenar e irse a dormir temprano. Nancy Bremer, recepcionista del hotel Aurora —donde se ubica el único restaurante del pueblo: una línea de producción estilo bufé que sirve filetes de atún de aleta amarilla y hamburguesas con queso— dijo que los lugareños le daban prioridad al trabajo y no les interesaba la amenaza que planteaba un objeto derribado sobre el hielo.

“Si lo encontramos, ¿lo llamó a usted?”, preguntó.

Pese a la amabilidad de las buenas personas de Deadhorse, muchos de nosotros aún teníamos muchas preguntas. Para una nación fascinada por esta saga desde que empezaron las ofensivas aéreas contra objetos misteriosos —¡Pop! ¡Pop! ¡Pop!— ese desenlace parecía incompleto.

¿Tenía que ver con extraterrestres? (No, declaró la Casa Blanca). ¿Eran dispositivos de vigilancia de procedencia misteriosa? (No, declaró la Casa Blanca). ¿Globos de aficionados? (Tal vez nunca lo sepamos, declaró la Casa Blanca).

Pero claro, esto es Estados Unidos. ¿Cuándo fue la última vez que dejamos pasar algo sin obsesionarnos antes?

Quizá algunas respuestas se encuentren en Illinois, donde, según dos personas familiarizadas con la investigación, agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por su sigla en inglés) han entrevistado a un equipo de apasionados de la aviación como pasatiempo que comentaron que su globo se había perdido en alguna parte de la costa suroeste de Alaska el sábado pasado, durante su séptimo viaje alrededor de la Tierra.

Nadie del gobierno o el club de aficionados ha confirmado que alguno de los objetos derribados haya sido el pequeño globo meteorológico del grupo, pero el club eliminó su sitio web tras una avalancha de preguntas.

El gobierno de Biden está dejando que la ciudadanía arme el rompecabezas para encontrar una respuesta. El jueves, el presidente Joe Biden, con la intención aparente de zanjar una brecha diplomática con China, le dijo al público que era poco probable que los tres objetos no identificados fueran dispositivos de vigilancia.

Brian Adams (The New York Times)

Sam Lyman, un piloto que se traslada desde Albuquerque, Nuevo México para trabajar en Deadhorse, mencionó que, en su opinión, la explicación del gobierno sobre por qué derribó los objetos voladores —que se desplazaban a una altitud que los convertía en una posible amenaza para las aeronaves civiles— tenía lógica.

El objeto que volaba sobre Alaska viajaba a unos 12.200 metros de altura cuando fue derribado.

Durante sus 30 años como piloto, Lyman, de 47 años, relató que había visto innumerables globos meteorológicos y de fiesta —un cementerio de FELIZ CUMPLEAÑOS y RECUPÉRATE PRONTO en los cielos— y dijo que un enorme globo meteorológico bien podría obstruir el trayecto de un avión, lo cual podría tener consecuencias “desastrosas”, como que reventara sobre la parte frontal de una aeronave.

Si, en realidad, fue un globo, cosa que la Casa Blanca dice no poder confirmar.

“La única información que tenemos es lo que suben al internet”, afirmó Lyman. “No diré más”.

Los funcionarios militares declararon que el haber permitido que el globo espía de China flotara por gran parte del país y hacia el mar les había dado tiempo de analizarlo con fines de contrainteligencia.

Sin embargo, los legisladores de Alaska, quienes creen que su estado en la última frontera se ha convertido en la primera línea de defensa contra varias amenazas a la seguridad nacional —incluidas las flotantes— han criticado al gobierno de Biden por no haber derribado el globo chino antes.

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¿En qué momento decidimos que un globo de vigilancia, un globo espía proveniente de China es una amenaza para nuestra soberanía?”, cuestionó la senadora republicana de Alaska Lisa Murkowski durante una audiencia de la Subcomisión de Asignaciones de Defensa del Senado el 9 de febrero. “Debería ser al minuto —en el minuto que cruza la línea— y esa línea es Alaska”.

Al día siguiente, un Sidewinder derribó a un ovni que volaba sobre Deadhorse.

Robert Powell, miembro de la junta directiva de la Coalición Científica para el Estudio de los FANI —la abreviatura que ha remplazado a OVNI y significa “fenómeno aéreo no identificado”— ha hecho llamados para que el Congreso financie investigaciones formales del dispositivo. En enero, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional publicó un informe que documentaba 366 avistamientos no identificados recientes, muchos de los cuales eran drones, aves o residuos.

Personas como Powell se dedican a obtener respuestas sobre los muchos avistamientos que no tienen explicación. Él no considera que los tres objetos derribados entren en esa categoría. En este caso, indicó, el gobierno había dado a conocer la información suficiente sin entrar en demasiados detalles.

Aunque Powell suele ser persistente hasta obtener respuestas, entiende por qué las autoridades hicieron eso.

“Si resulta que el segundo, tercero o cuarto objeto era el globo de un aficionado o de investigación de una universidad o lo que sea, no se vería tan bien que lo derribáramos con un misil de medio millón de dólares”, concluyó Powell.

Búsqueda en aeronave. Brian Adams (The New York Times)