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¿Es un mito la creatividad en la oficina?
Algunos profesionales creativos se han sorprendido de la eficacia del trabajo remoto durante la pandemia.
La sede de Johnson Wax en Racine, Wisconsin, fue uno de los primeros edificios de oficinas sin paredes interiores. (Narayan Mahon para The New York Times)
Cuando Yahoo prohibió el trabajo desde casa en 2013, la razón era a menudo citada por líderes corporativos: estar en la oficina es esencial para la colaboración y la innovación espontáneas.
Al disminuir la pandemia en algunos lugares, muchos jefes expresan una nota similar.
“La innovación no siempre es una actividad planeada”, opinó Tim Cook, director ejecutivo de Apple. “Se da al toparse unos con otros a lo largo del día y al promover una idea que se te acaba de ocurrir”.
Sin embargo, estudiosos del tema dicen que no hay evidencias de que trabajar en persona sea esencial para la creatividad y la colaboración. Incluso podría perjudicar la innovación porque la exigencia de trabajar en la oficina en un horario y lugar prescritos es una razón importante por la que el lugar de trabajo ha sido poco hospitalario.
“Eso ha generado muchas de las consecuencias que vemos en los entornos modernos de oficinas —largas jornadas, agotamiento, falta de representación— porque esa cultura de oficina está diseñada para ventaja de unos pocos, no de muchos”, comentó Dan Spaulding, director de recursos humanos en el mercado de bienes raíces Zillow.
“Yo preguntaría: ¿cuánta creatividad e innovación ha quedado fuera de la oficina porque no eras parte del grupo de privilegiados o no eras escuchado?”.
Spaulding y otras personas sugirieron un replanteamiento total de la oficina como un lugar al que va la gente de vez en cuando, para reunirse o socializar, mientras que el trabajo diario se hace a distancia.
“Hay cierta credibilidad en el argumento de que si pones a personas en espacios donde es probable que se topen unas con otras, es posible que tengan una conversación”, comentó Ethan S. Bernstein, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard. “Pero ¿acaso esa conversación servirá para la innovación, la creatividad, será de utilidad para que las personas hablen de lo que la organización quiere que hablen? En ese sentido, casi no hay ningún tipo de dato”.
Las interacciones espontáneas fueron una fuerza impulsora de uno de los primeros edificios de oficinas sin paredes interiores, la sede de Johnson Wax, en Racine, Wisconsin, diseñada en los 30 por Frank Lloyd Wright.
Sin embargo, Bernstein halló que las oficinas abiertas producían 70 por ciento menos interacciones cara a cara. Las personas no consideraron útil tener tantas conversaciones, así que usaban audífonos y se esquivaban entre sí.
El trabajo en la oficina es esencial para empleos dedicados a la innovación, como los que involucran objetos físicos, y beneficia a algunas personas, como los empleados recién contratados. No obstante, algunos profesionales creativos se han sorprendido de la eficacia del trabajo remoto durante la pandemia.
Exigir que las personas vayan a la oficina puede ahuyentar la innovación, porque, para muchas personas, los empleos presenciales nunca fueron ideales. Entre estas se encuentran mujeres, personas con alguna discapacidad, personas que son tímidas, que son productivas a horas poco comunes, o que eran excluidas de las actividades sociales.
En línea, las personas que no se sienten cómodas dando su opinión en una reunión presencial, tal vez se sientan más capaces de intervenir.