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Nuevas conexiones personales para los retos del 2021

Después de un año de nuevos retos es importante reinventarse para dar nueva perspectiva a las metas del 2021, con lo aprendido en los últimos meses.

Reconectar con uno mismo escuchar las emociones le ayudarán a ser mejor persona y replantear sus metas del 2021 para hacerlas mejor. (Foto Prensa Libre: Shutterstock).

Reconectar con uno mismo escuchar las emociones le ayudarán a ser mejor persona y replantear sus metas del 2021 para hacerlas mejor. (Foto Prensa Libre: Shutterstock).

El 2020 ha sido el año de cambios y renovaciones, de aprender a conocerse y aceptar sus temores. Muchas de sus metas se vieron entorpecidas por la pandemia que lo tomó por sorpresa y que por ello lo incomodó, porque a nivel personal nos obligó a tratar de conectarnos con usted mismo, aún sin desearlo.

Desde antes de marzo, cuando inició el confinamiento en Guatemala, estaba acostumbrado a una rutina establecida, quizá de muchos años atrás: despertarse temprano, prepararse para el trabajo, estar en el tráfico, trabajar, almorzar, regresar al tráfico y llegar a casa. Pero desde esa fecha se vio obligado a estar en su hogar, conocerse a usted mismo y enfrentar sus propios miedos.

“Lo que nos pasó a muchos es que no fue hasta al estar en casa y tener ese cambio de rutina de forma drástica que nos dimos cuenta de que no nos gustaba nuestro trabajo, que ya no nos sentíamos cómodos con nuestra pareja o que la educación de nuestros hijos no era la mejor. Nos enteramos de lo que no nos gusta hasta que ya hemos fracasado y hemos desperdiciado mucho tiempo porque no tenemos contacto con nosotros mismos. No nos escuchamos”, explica Alejandro Escobar, coach de vida.

Conectarse con uno mismo y escucharse, aunque se lee sencillo, es muy complicado, a menos que se tenga la disciplina de dedicar tiempo para dejar todo a un lado y centrarse en uno mismo ciertos minutos al día. Sin embargo, hay muchos factores que lo distraen del objetivo, como el trabajo, la rutina y la tecnología.

La cualidad del confinamiento fue que, al ya no poder hacer lo que estaba acostumbrado, empujó a una autoevaluación y valoración de su vida. De forma obligatoria se tuvo que reinventar para adaptarse a la nueva rutina: el teletrabajo, el colegio en casa y no salir si no era necesario. A muchos les costó esa adaptación y vivieron una crisis, se cuestionaron su personalidad, gustos, obligaciones y responsabilidades.

Si usted fue uno de ellos, ahora mismo cuestiónese si esa crisis le ayudó a escuchar sus emociones, a determinar qué es lo que realmente quiere de su vida.

Nuevas formas de conexión

De acuerdo con Cristabel Ramírez, doctora en psicología, y Giglia Canessa, experta en kinesiología, hay una oportunidad para encontrar nuevas formas de conectarse con uno mismo, las cuales ayudarán a responder los cuestionamientos anteriores, a enfrentar nuevas crisis y dar nueva perspectiva a las metas del 2021.

  1. Escuchar las emociones

“Cuando nos queremos reinventar siempre es bueno comenzar por escuchar al corazón, ese nunca se equivoca. Si escuchamos nuestras emociones, estas nos darán coherencia y nos ayudarán a visionar lo que realmente queremos”, dice Giglia Canessa, experta en kinesiología, durante una charla con Cristabel Ramírez, doctora en psicología, en la página Facebook de Servicios de Terapia Integral STI.

Muchos de los conflictos que se tienen no se deben al entorno o a las demás personas, sino a los pensamientos que tiene cada uno en la mente. Estos, de cierta forma por el miedo, lo alejan de sus verdaderos deseos y lo incitan a aceptar roles establecidos por la sociedad. El problema consiste en la pérdida de tiempo y en no ser feliz realmente.

Pasar más tiempo en familia y disfrutar de su compañía podría ser una de los objetivos del nuevo año. (Foto Prensa Libre: Shutterstock).

Para entender el mensaje que envía el corazón y las emociones, es importante saber qué está sintiendo. ¿Cuántas veces, en los últimos meses, le sucedió que no sabía realmente cómo se sentía? ¿Miedo o tranquilidad? Era difícil decidirse por una sola. Por ello, para poder reconocerlo, tuvo que dedicar un tiempo para usted, dirigir su atención en sí mismo e indagar acerca de sus sentimientos. Si no lo hacía era muy difícil controlarse y hacer frente a los nuevos retos.

Canessa menciona que ahora que estamos a días de iniciar un nuevo año, se tome unos minutos al día y reflexione en cómo la pandemia le ha ayudado a conocer sus emociones. Dedicar un tiempo a agradecer que supo comprenderse y salir adelante. Llegar a diciembre, con deseos de establecer nuevas metas para el 2021, es señal de entender su mente constructiva, creadora y que no se conforma con las dificultades que la vida presenta, sino que es capaz de adaptarse y reinventarse.

  1. Aceptar la divergencia

La divergencia es sinónimo de discrepancia, disconformidad y diferencia. Se trata de apartarse sucesivamente de otras cosas.

“Este año, en términos de conexión y conciencia, lo que más sobresalió fue la divergencia. Separarnos de nuestra rutina, de lo que ya dábamos por hecho y adoptar nuevas prácticas. Este proceso nos ha enseñado que somos capaces de reinventarnos y de cómo podemos lograrlo. Un ejemplo sucedió con la tecnología, quizá no todos estábamos acostumbrados a depender tanto de ella, pero ahora trabajamos, estudiamos y socializamos por medio de diferentes dispositivos”, dice Canessa.

La forma en la que se acepta y maneja la divergencia es lo que lo define. Como seres humanos hemos logrado conectarnos y adaptarnos a las modificaciones que el covid-19 nos trajo, como el uso de la mascarilla, el distanciamiento social y a utilizar más los servicios en línea. ¿Fue difícil? Sí. Incluso, todavía estamos en proceso de adaptación, pero ya estamos en camino, no nos detuvimos.

Una de las características en el proceso de aceptar la divergencia es enfrentarse al miedo que surge ante lo desconocido. Esto sucede porque no se sabe realmente qué se desea, no se escuchan las emociones, por ello fue la crisis. Cuando nos presentan prácticas a las que no se estaba acostumbrado y no se sabe qué es lo que realmente se quiere, surge el cuestionamiento de la felicidad.

Hoy se ha aceptado el cambio, las nuevas prácticas y se tiene más certeza acerca de quién es y de lo que lo guía a su felicidad. Esto le ayudará a definir sus nuevos objetivos. Por ejemplo, si desea bajar de peso quizá no necesariamente debe considerar ir al gimnasio, sino crear rutinas de ejercicio en casa.

  1. Terminar la cotidianidad

“Estamos acostumbrados a ver lo que perdimos y no lo que ganamos. Reflexionemos acerca de qué rutinas que no nos causaban placer ahora ya no las hacemos, como estar en el tráfico o arreglarse todos los días corriendo para estar en la oficina a tiempo. Ahora, trabajando desde casa, nos ahorramos eso y pasamos más tiempo en familia”, comenta Ramírez.

La divergencia, por medio de los miedos y otras emociones, hizo que se separara de varias acciones que no lo acercaban a su felicidad, pero estaban tan enraizadas que costó dejarlas ir. Por ello se tuvo que conectar con sus emociones y tener la voluntad de recrearse para buscar la felicidad ante las adversidades.

Tome un tiempo libre y reflexione acerca de esas acciones que ya no ha hecho y que en realidad no lo hacían feliz. Ahora agradezca por ello.

Dedicar tiempo para usted y retomar sus pasatiempos debe estar en su lista de propósitos para ser feliz. (Foto Prensa Libre: Shutterstock).

Actualmente hasta ha tenido que decidir con quien se reúne físicamente, con quien interactúa por medio de plataformas digitales y a quienes ha decidido apartar de su vida. Sus nuevas acciones se vinculan en el aquí y ahora, porque ha roto la cotidianidad al saber que lo que pensaba que tenía seguro mañana ya no es así.

Con este aprendizaje, sus metas estarán más alineadas a lo que verdaderamente desea. Además, su plan de acción estará más enfocado y será más realista porque entendió que las acciones se deben hacer hoy y ahora, no dejarlas para mañana.

  1. Abandonar el consumismo

El hecho de dejar ir la cotidianidad y aprender a escuchar sus emociones también hizo que se dejara de lado el materialismo. “Estábamos tan bien entrampados en que el éxito era tener cosas materiales. En nuestra capacidad de comprar y tener, aunque no nos sirviera o gustara realmente. Pero con la pandemia eso dejó de tener sentido, porque de nada nos sirvió tener muchas cosas si igual tuvimos una crisis de identidad y de cómo lidiar con lo nuevo”, opina Canessa.

Ahora es más fácil enfocarse en lo que realmente importa, en esas acciones, cosas y personas que le brindan felicidad. Escobar comenta que estas nuevas formas de conexión ayudarán a que las fiestas de fin de año sean más sinceras, porque los regalos podrían tomar otro sentido. Si antes se buscaban las tendencias en tecnología o de moda para dar a los seres queridos, ahora se aprecia más el estar dispuesto a tener un tiempo para compartir con ellos. Si no se puede físicamente, puede ser en línea.

Retos del nuevo año

Si el 2020 ha sido de reinventarse, el nuevo año promete ser el decisivo para implementar todos esos aprendizajes y explotar la nueva y mejor versión de nosotros mismos. El coach de vida recomienda que las metas de los próximos meses estén alineadas a hacernos más fuertes de forma espiritual y agradecidos con lo que tenemos ahora.

Escobar enlista algunos ejemplos de las metas que se podrían alcanzar mes a mes.

Enero – escribir un diario: relatar cómo son sus días, las inquietudes, enojos y alegrías le ayudará a hacer una evaluación de qué tanto ha cambiado y a analizar si lo que hace le genera felicidad.

Febrero – comenzar una vida saludable: Si ya se ha reinventado de forma espiritual y emocional, podría hacerlo de forma física. Dejar de fumar, de consumir alcohol y llevar una dieta saludable podrían ser parte de sus propósitos.

Marzo – hacer actividad física: Aunque es uno de los propósitos más repetitivos, analice qué tipo de ejercicio le gustaría e inténtelo. Si no le gusta, cámbielo. Recuerde que esto le ayudará a vivir en el aquí y ahora.

Abril – retome sus pasatiempos: así como durante el confinamiento se tuvo tiempo para retomar lo que más le gusta, como leer, pintar, ver películas, cada semana agende unas horas libres para usted y haga lo que más le gusta.

Mayo – relájese: además de poner en práctica sus pasatiempos, también dedique algunos minutos para hacer meditación y alguna acción que le ayude a relajarse, a prestar atención a lo que está viviendo y así continuar rompiendo con la cotidianidad.

Junio – viajar: este propósito puede cambiar de mes, según le sea posible. Pero sí planifique ir a conocer nuevos lugares. No es necesariamente que vaya a otro país, el objetivo es que vaya a donde siempre ha querido.

Julio – aprender a cocinar: la cocina, además de ser uno de los mejores lugares del hogar porque se comparte con la familia y se experimentan nuevas recetas, tiene un beneficio terapéutico. Es una gran aliada para cuidar más su alimentación y ser más consiente de cómo se está cuidando. Si ya sabe cocinar, no está de más aprender nuevas recetas.

Agosto – amor: Después de ocho meses, es momento de analizar acerca de cómo está su amor propio. De cómo se ha tratado y si se siente conforme. También puede hacer la misma reflexión acerca de la relación con su pareja.

Septiembre – nuevas metas laborales: ¿cambiar de trabajo, comenzar su propio negocio o pedir el aumento que necesita? Todas las opciones son válidas. Lo ideal es buscar un trabajo en el que sea feliz y crezca en lo profesional.

Octubre – disfrute a sus amigos: este mes dedique más tiempo a sus amigos y familia, a pasar más tiempo juntos y disfrutar de su compañía. Quizá una cena, ir al cine o simplemente estar un tiempo juntos le ayudará a crecer como persona.

Noviembre – ayudar a los demás: una labor social o ayudar a alguien cercano que lo necesite puede ser una buena meta para cambiar su perspectiva de la vida y cómo puede impactar en el mundo.

Diciembre – Disfrutar la felicidad: después de haber conseguido todo lo que se propuso, es hora de disfrutar cada etapa y crecimiento de los últimos meses. Recuérdese siempre de vivir en plenitud.

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