Camino al éxito
Fue en 1943 cuando su fama de imitador y presentador le permitieron involucrarse en el programa Hits musicales, en el Teatro Palace, y en El Tribunal de la alegría.
“De manera cómica, ‘sacaba los trapitos al sol’ de muchos funcionarios; estos no se molestaban, al contrario, lo felicitaban por su forma de hacerlo”, recuerda Castro.
El dominio de la voz le permitió crear varios personajes. “Tenía la capacidad de hacer más de 20 voces: chino, árabe, amanerado, pícaro; era impresionante”, recuerda Mario Antonio Sandoval, vicepresidente de Prensa Libre. El periodismo también fue uno de sus dotes. Fue locutor del Diario del Aire, al lado del Nobel de Literatura Miguel Ángel Asturias. También tuvo el programa de entrevistas Andanzas.
“Uno de sus recuerdos más gloriosos fue cuando tuvo el privilegio, en febrero de 1944, de anunciar a Luna de Xelajú, de Paco Pérez, como la ganadora de un festival de la canción”, cuenta Atala Valenzuela, su cuñada.
Su talento en actuación lo descubrió el director y comediante mexicano Joaquín Pardavé, en 1946. Incursionó en el cine mexicano en Lágrimas de sangre, El ropavejero, Primero soy mexicano, Destrozado corazón y María Montecristo. En Guatemala participó en los filmes El Cristo Negro y Cuando vuelvas a mí. Trabajó como animador de espectáculos, lo cual le permitió acercarse a las estrellas Pedro Infante, Libertad Lamarque y Luis Aguilar.
En 1952 obtuvo una beca para estudiar Relaciones Públicas, Radio y Televisión Educativa, en la Universidad de Boston. Más adelante fue contratado por la Agencia de Información de los Estados Unidos en Guatemala para producir programas en la serie Guatemala forja su futuro.
Fue el primer locutor guatemalteco contratado por La voz de América, en EE. UU. En 1956, fue el primer rostro en aparecer en la televisión centroamericana cuando se inauguró el Canal 8. Dejó su huella humorística en los programas Casino de la Alegría y en las radiodifusoras TGW, Ciros, Fabulosa y Panamericana.
Sencillo y ético
“Hola, mi simpatiquísimo amigo, ¿cómo te trata la vida?”, era una frase característica de él, asegura Castro. “Tenía un sentido del humor increíble. En toda plática sacaba un chiste”, recuerda María Teresa Martínez, quien lo considera un pionero de la radionovela en este país.
“Siempre nos enseñó a ser honrados, correctos y éticos”, recuerda Silvia, su hija.
La virtuosa voz de Quique se apagó el 28 de abril, a causa de un cáncer de parótida.