Revista D

Efemérides del 2014

Sucesos que marcaron la historia

Efemérides del 2014: Iximché, antigua capital del señorío kaqchikel, fue arrasada por un gran incendio hace 490 años (Foto Prensa Libre: Archivo)<br _mce_bogus="1"/>

Efemérides del 2014: Iximché, antigua capital del señorío kaqchikel, fue arrasada por un gran incendio hace 490 años (Foto Prensa Libre: Archivo)

Nace El Hombre que parecía un caballo

En 1914, el escritor Rafael Arévalo Martínez crea una novela vanguardista del género zoopsicológico.

A finales de 1914, el escritor guatemalteco Rafael Arévalo Martínez conoce al poeta colombiano Miguel Ángel Osorio, más conocido por sus seudónimos Porfirio Barba-Jacob o Ricardo Arenales.

Fue una amistad instantánea. “Casi inmediatamente después de una de las tantas rupturas habidas entre ambos, Arévalo es poseído, según su relato, por un raptus de inspiración y compuso la primera parte del cuento”, refiere el escritor Dante Liano, en la introducción de la edición analítica de la Unesco, que sitúa la composición entre septiembre y octubre de 1914. Arévalo le muestra la obra a Barba-Jacob, quien se enfurece al verse retratado en ella y le prohíbe publicarla. “Desde que lo conocí me sentí atraído por él. Yo tenía entonces un alma de adolescente. Y Osorio me deslumbró… Algo había en aquel homosexual que se ajustaba en todas sus partes a otro algo mío”, dirá el mismo Arévalo en 1960, al explicar cómo surgió su obra, aunque aclara que no era una atracción física. “El cuerpo de Arenales me causaba repulsión”, añade.

Arévalo se va a vivir a Quetzaltenango en diciembre de 1914, donde da clases de Gramática, y al año siguiente, por el entusiasmo de admiradores es publicada la novela, que comienza así: “En el momento en que nos presentaron, estaba en un extremo de la habitación con la cabeza ladeada como acostumbraban a estar los caballos y con aire de no fijarse en lo que pasaba… En esa misma prístina escena de nuestra presentación, empezó el señor de Aretal a desprenderse, para obsequiarnos, de los traslúcidos collares de ópalos, de amatistas, de esmeraldas y de carbunclos que constituían su íntimo tesoro…”.

Se inicia el proyecto maya

El 3 de mayo de 1914, el explorador Sylvanus G. Morley reporta en una carta, escrita en la selva de Petén, que han explorado los sitios de Naranjo, Tikal, Ceibal, Altar de los Sacrificios e Ixkún, además de haber descubierto uno nuevo, llamado Aguas Calientes. La expedición era auspiciada por la Institución Carnegie, de Washington, EE. UU., que se sumaba así a la exploración arqueológica maya. “Como el excesivo calor es muy fuerte para los aparatos fotográficos, no nos confiamos únicamente a las cámaras, sino estamos dibujando prácticamente todo”, decía Morley, quien había estado ya antes en Guatemala, pero bajo los auspicios del museo Peabody, de la Universidad de Harvard, entidad con la cual tuvo desacuerdos.

País sigue bajo la férula del dictador

 En 1914, el presidente Manuel Estrada Cabrera, quien ya llevaba 15 años en el poder, tenía bajo su dominio  al Ejército, los tribunales, la Asamblea, la Prensa y numerosas asociaciones civiles.  El “cabrerismo” era la única forma de expresión política permitida. No había disidencia, pues las intrigas entre políticos liberales y conservadores, así como  la abundancia de delatores, comúnmente llamados “orejas”, hacían imposible cualquier oposición.

Aquel año, la producción de café, el principal producto de exportación, fue excepcional: más de 846 mil quintales, en dos mil 66 fincas, de los cuales 358 mil provenían de 170 propiedades cuyos dueños eran alemanes, y su país era el principal destino de las exportaciones guatemaltecas.

Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, en agosto de 1914, Estrada Cabrera se apresuró a declarar la neutralidad de Guatemala, pero de alguna manera obvió seguir las directrices de  EE. UU., aunque el cierre del mercado europeo lo obligó a tomar partido y confiscar bienes alemanes. En los años que precedieron a la guerra, los inversionistas alemanes controlaban un ferrocarril y la Empresa Eléctrica, que proporcionaba el servicio en la Ciudad de Guatemala.

Uno de los rubros de mayor producción era la fabricación de bebidas alcohólicas. En 1914 había 145 fábricas de aguardiente, tres cervecerías y 22 empresas productoras de bebidas gaseosas.

Aquel año se celebró una  Minervalia, fiesta  en honor de  la diosa griega de la sabiduría, que el “benemérito” presidente usaba para impulsar su imagen pública como protector de las artes y la cultura. La tasa de analfabetismo en el país,  según el dato del censo de 1921, era del 88 por ciento.

El vagabundo surge

El 7 de febrero de 1914 se estrenó un cortometraje mudo —no hubo  cine sonoro hasta 1928— titulado Kid races at Venice, en el cual apareció por primera vez un vagabundo de sombrero bombín, enormes zapatos y bigote mosca  —interpretado por el  actor Charles Spencer Chaplin— que  conquistó al público.

Chaplin, nacido en Londres en 1889, era la estrella de la compañía ambulante de comedia Fred Karno. Había pasado períodos de su infancia en orfanatos. Su padre,  alcohólico, abandonó a la familia; su madre, una cantante, padecía  episodios depresivos que requerían hospitalización. Desde los 14, Charles hacía pequeños papeles teatrales, hasta que en 1907 se integró a la compañía. A raíz de su éxito   efectuó la gira por EE. UU, en 1913. Un productor de la naciente industria de cine lo vio y lo contrató como suplente.

En 1913, Chaplin filmó su primer corto, pero pasó inadvertido: salía con un enorme bigote y abrigo. Después grabó Mabel at the wheel, donde inventó su clásico personaje: “Quería que todo estuviera en contradicción: los pantalones, flojos; la chaqueta, estrecha; el sombrero, pequeño, y los zapatos, grandes. […] No tenía idea del personaje que iba a representar, pero en cuanto estuve vestido, la ropa y el maquillaje me hicieron sentir qué clase de personaje era. Cuando llegué al escenario, había nacido por completo”, relata el propio Chaplin en su autobiografía.

El video de Mabel se estrenaría hasta el 14 de abril, pese a que se grabó antes que  el  de las carreras y por ello se toma este como la primera aparición pública de quien el artista definía así:   “Es al mismo tiempo un vagabundo, un caballero, un poeta, un soñador, un tipo solitario que espera siempre el idilio o la aventura. Quisiera hacerse pasar por un sabio, un músico, un duque, un jugador de polo”.  

Entre 1914 y 1923, Chaplin interpretó, escribió, musicalizó, supervisó la fotografía, dirigió y produjo 69 filmes.  Llegó a tener su propia productora. Cuando surgió el cine sonoro,  Chaplin se resistió y continuó en silencio. En total protagonizó 81 películas, entre las cuales las más celebradas son A dog’s life, The kid, The gold rush, Modern times y The great dictator, en la que hacía mofa de Adolf Hitler.

Chaplin murió en 1977, en Suiza. Su personaje sigue vivo.

Los padres de Superman

El mismo año, 1914, pero en lugares distintos, nacieron  el dibujante Joseph Joe Schuster —10 de julio— y el escritor Jerome Jerry Siegel —17 de octubre—, creadores de Supermán, héroe de historietas cuya primera aparición fue en 1938, en la revista Action Comics.  Por si fuera poca la coincidencia, también en 1914 nació George Reeves, el primer actor que interpretaría a Supermán en la pantalla, de 1952 a 1958.

Schuster y Siegel se conocieron en una escuela secundaria de Ohio, Estados Unidos, y trabajaron juntos con el término Supermán para un villano del cuento gráfico de la revista Science Fiction, en 1933. Estaba lejos de ser el popular personaje, ya que era en realidad un calvo que quería controlar al mundo, que posteriormente se transmutaría en el villano Lex Luthor.

Lo replantearon como un héroe llegado a la Tierra desde otro planeta, oculto bajo la imagen del periodista Clark Kent. Pasaron cinco años buscando quién lo publicara, hasta que lo vendieron a National Allied, por US$130 más algunas regalías.

Al principio ambos producían todas las historietas, pero con el tiempo y gracias al éxito de las mismas se amplió el equipo de guionistas y dibujantes.

Debido a un litigio legal por la propiedad intelectual, durante 30 años la DC Comics retiró el crédito de Schuster y Siegel, hasta que en 1975 volvieron a incluirlos, como parte de un arreglo económico, además de darles una pensión económica. Schuster murió en 1992; Siegel, en 1996. La coincidencia relacionada con Supermán es triple, ya que en aquel 1914 nació también George Reeves, el primer actor que lo interpretaría.

Abre Canal de Panamá

El 15 de agosto de 1914 se efectúa el primer cruce de un buque por el Canal de Panamá, paso artificial interoceánico cuyos primeros estudios y trabajos  comenzaron en 1881, aunque la idea había sido tomada y desechada varias veces desde 1526. En mayo de 1879, el francés Ferdinand de Lesseps, quien había completado la excavación del Canal de Suez, presentó  su proyecto de canal interoceánico de Panamá.  El costo de las obras se calculó en 600 millones de francos. La malaria, el clima y factores políticos retrasaron la obra. La compañía quebró en 1903, el mismo año en que Panamá se independizó de Colombia. Estados Unidos se hizo cargo de los trabajos mediante una concesión indefinida, que posteriormente fue renegociada. En 1999, el Canal pasó a estar bajo jurisdicción del Gobierno panameño, que en la actualidad trabaja en una ampliación para aumentar la capacidad de tránsito marítimo.

Julio Cortázar: el gran innovador

Julio Cortázar es uno de los más revolucionarios narradores latinoamericanos. Nació en Bélgica, el 26 de agosto de 1914, y es hijo de un diplomático argentino.  Dominó con maestría el relato corto, la prosa poética  y a través de la novela instauró  nuevas formas  de contar, al romper la temporalidad lineal. Debido a que  de niño se enfermaba con frecuencia, los libros fueron su  mejor compañía durante buenos períodos. Fue maestro, estudió Filosofía e idiomas. Sus  primeras obras fueron  rechazadas por editoriales, hasta que en 1951 surgió Bestiario, una  colección de ocho relatos. Aquel año se mudó a París, donde radicaría definitivamente y donde su genio explotaría en decenas  de cuentos, poemas, ensayos y varias novelas. En 1963  publicó Rayuela, su obra más famosa, que se puede  leer en distintas secuencias, según la división de los capítulos.

Octavio Paz, poeta brillante 

Quien con total sencillez sintetizó el misterio de la vida al decir: “Nada soy yo, cuerpo que flota, luz, oleaje; todo es del viento y el viento es aire siempre de viaje”, fue el poeta mexicano  Octavio Paz, premio Nobel de Literatura 1990. Fue un intelectual, diplomático, escritor, nacido  el 31 de marzo de 1914, en plena década de la Revolución Mexicana,  bajo cuyo influjo de ideas creció, aunque también estudió en EE. UU. y España, donde combatió al lado del  Ejército republicano. Se graduó de abogado y participó  en misiones educativas, a la vez que empezó a escribir poesía, dentro de la que se movió con libertad, sin encasillarse en movimiento alguno. Intuitivo, libre, rítmico pero a la vez emotivo, el autor reconoció alguna vez que el surrealismo lo impactó fuertemente. Recibió numerosos reconocimientos, entre los cuales figuran el Premio Internacional Menéndez Pelayo 1987, el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 1993, otorgado a su revista literaria Vuelta. Murió el 19 de abril de 1998.

Estalla la Primera Guerra Mundial

El 28 de junio de 1914 fue asesinado el príncipe Francisco Fernando de Austria, en Sarajevo, capital de Bosnia-Herzegovina, por el nacionalista serbobosnio Gavrilo Princip, perteneciente a un grupo que exigía la anexión de Bosnia a Serbia. Al vehículo en el que viajaba el príncipe le arrojaron una bomba, que este devolvió a la calle. El príncipe y su esposa intentaron huir, pero a unas cuantas cuadras, Princip los reconoció y les disparó.
Aquella muerte desató la inmediata protesta del imperio Austro-Húngaro, que exigió una investigación. Al no tener respuesta, declaró la guerra a Serbia, el 28 de julio de 1914. Rusia moviliza sus tropas en apoyo de Serbia y empezaron a funcionar las alianzas militares. Francia, aliada de Rusia, tomó algunas medidas de precaución en sus fronteras. Alemania  le declaró la guerra a Francia el 3 de agosto, y así, a través de aliados y colonias, la guerra se extendió por el mundo, incluyendo África y Oriente Medio.
Estados Unidos se sumaría a la guerra en 1917, tras el hundimiento del crucero Lusitania, por un submarino alemán.
En el transcurso del conflicto fueron movilizados más de 70 millones de militares. Murieron más de nueve  millones de combatientes y millones de civiles. Por primera vez entraron a funcionar a gran escala las ametralladoras, el uso de gases venenosos y aviones. Fue una guerra de trincheras, lo cual, de alguna manera, incidió en la prolongación del conflicto.
Alemania se rindió el 11 de noviembre de 1918, aunque la firma de la paz ocurriría hasta 1919.

Nace Rafael Carrera

José Rafael Carrera Turcios nació en el barrio Candelaria, el 24 de octubre de 1814. Hijo de Simón Carrera, quien manejaba carretas de bueyes, y Juana Rosa Turcios, comerciante de cordelería.

Los historiadores liberales lo pintaron como analfabeta. En realidad, estudió la primaria —todo un logro en aquel tiempo— y tenía una inteligencia destacada. De corta estatura, de cabello liso y negro, de mirada severa, activo y astuto.

Sus primeros años coincidieron con una grave depresión económica en el país. Creció en el turbulento período de la Independencia y el establecimiento y ruptura de las Provincias Unidas del Centro de América. A los 14 años se unió como tamborilero en el ejército federal, durante la guerra civil de 1827-1829. Participó en  batallas y  obtuvo el grado de sargento.

Triunfaron los liberales, y Carrera se dedicó a oficios diversos. En Mataquescuintla, Jalapa, trabajó con mercaderes y arrieros. Vendió ganado porcino con gran éxito, algo que sus detractores usaron peyorativamente al llamarlo porquerizo.  Su gran inspirador fue el párroco del pueblo, Francisco Aqueche. En 1837, Carrera se casó con Petrona García, hija de un rico terrateniente local.

Algunas reformas impulsadas por el jefe de Estado Mariano Gálvez causaron malestar, y Carrera consiguió unificar a campesinos y hacendados del oriente, sobre todo respecto del anticlericalismo, impuestos y políticas de tenencia de tierras.

En 1837 hubo una epidemia de cólera. Carrera era comandante de una patrulla local para hacer cumplir la cuarentena, lo cual aprovechó para crear un movimiento insurgente que derrotó a las fuerzas del gobierno, el 9 de junio.

Las divisiones entre los mismos liberales ayudaron a que   el ejército campesino de Carrera tomara la Ciudad de Guatemala el 1  de febrero de 1838. Gálvez renunció.

El sucesor no cumplió sus promesas y Carrera retomó  la guerra  en marzo de 1838.
El presidente de la Federación, el liberal hondureño Francisco Morazán, marchó hacia Guatemala, pero el 13 de abril de 1839 Carrera, una vez más, tomó la capital y  dejó al conservador  Mariano Rivera Paz como presidente. En marzo de 1840, Carrera derrotó a Morazán.  Desde ese momento hasta su muerte —aparte de un breve exilio entre 1848 y 1849—,  fue el gobernante militar de Guatemala, pues consolidó el poder de su ejército. Asumió la Presidencia en 1844, y en 1847 declaró la fundación de la República de Guatemala, cuya primera Constitución se aprobó en 1851.

Carrera murió el  Viernes Santo de 1865, probablemente de disentería.

Ximénez sale de Rabinal

Entre 1704 y 1714, el dominico español conoció la cultura y raíces de los mayas Rabinaleb.

La salida de Francisco Ximénez, fraile dominico español, del curato de Rabinal, en 1714, es importante porque cierra uno de los ciclos de investigación pastoral y lingüística más ricos de la historia guatemalteca. A Ximénez se debe la primera versión del Popol Vuh, libro sagrado de los quichés, pero no vaya a creerse que aquel trabajo representó un reconocimiento inmediato para este religioso. Su colosal obra durmió por más de un siglo en la biblioteca de la entonces pontificia Universidad de San Carlos de Guatemala.

Nacido en Sevilla en 1661, Ximénez llegó a América como acólito, a los 27 años. Habiendo cumplido su noviciado, en 1691 fue enviado a San Juan Sacatepéquez y después a San Pedro de las Huertas, donde aprendió kakchikel. 

En 1701  fue transferido a Santo Tomás Chichicastenango (Chuilá), donde aprendió gramática y habría hallado el manuscrito del Popol Vuh, cuya traducción y transcripción empezaría en 1715.

Entre 1704 y 1714 fue cura y predicador general entre Rabinal y Chichicastenango, atmósfera que le enriqueció en su conocimiento de los pueblos originarios del Altiplano.

Cuando se marcha de Rabinal, en 1714, emprende el estudio y redacción de sus obras; sin embargo, su impacto en la divulgación de la tradición indígena antigua ha sido relegado a veces en favor de la figura del abate francés Brasseur de Boubourg (1814-1874), quien, si bien es cierto que dio a conocer la traducción del dominico español, también fue quien, de alguna manera, mantuvo oculto el manuscrito. Tampoco ha sido suficientemente reconocido el papel de Ximénez en el rescate del drama Rabinal Achí, que actualmente es Patrimonio Mundial de la Humanidad y que Boubourg dio a conocer en el siglo XIX.  Ximénez llamó “Tesoro” a dos de sus compilaciones. Murió en 1729.

Roma adopta el Credo

Aunque el Credo   se reza en las misas con normalidad, como confesión de creencia de fe, no formó parte de la liturgia eucarística sino hasta  1014, cuando el papa Benedicto VII lo autorizó. Este pontífice había sido nombrado en 1012 y expulsado  por la familia de los Crescencio, que pusieron en su lugar al antipapa Gregorio.

Año y medio más tarde, en 1014, Benedicto VIII fue repuesto en el papado por el rey Enrique II de Sajonia, quien a su vez fue coronado por él. Durante esa misa se incluyó el Credo Niceno- constantinopolitano, cuya principal innovación era afirmar que el Espíritu Santo “procede del Padre y el Hijo y que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria”, lo cual desembocaría años más tarde  en el Cisma de las Iglesias de Oriente y Occidente. El Credo de los Apóstoles —hoy conocido como Credo corto— formó inicialmente parte de la liturgia bautismal: cuando una persona quería ser bautizada, antes debía recitarlo. Solo hasta  el siglo V se introdujo en la misa, en el oriente cristiano, de lengua griega. El primer lugar del occidente cristiano donde se recitó el Credo en la misa fue en España, por mandato del rey Recaredo —siglo VI—. 

El Credo Niceno-constantinopolitano  recoge la fe de los Concilios de Nicea (año 325) y Constantinopla (381). Pasarían casi 600 años para que Roma lo validara y ordenara incluirlo en la liturgia en todo el mundo.

Iximché arrasada por gran incendio

La capital del señorío  kaqchiquel  vivía en pugna con otros reinos.

Diez años antes de que los conquistadores españoles llegaran a Iximché, capital de los kaqchiqueles, la ciudad fue arrasada por un incendio, cuyo origen no se ha aclarado, pero que causó gran destrucción, debido a los materiales con que estaban elaborados los techos y parte de las  viviendas.

Iximché fue fundada hacia 1470, por Juntoh y Vukabatz,  instados por su protector, Kicab, gobernante de los quichés, cuando este fue depuesto en una revuelta dirigida por sus hijos Tepepul e Itzayul.

Kicab les sugirió que se trasladaran de su centro en Chiavar —posiblemente Chichicastenango— a Ratzamut, promontorio del cerro Tecpán, en el actual  Chimaltenango. La cima de Ratzamut se encuentra a dos mil 75 metros sobre el nivel del mar y está flanqueada por profundas pendientes. Las ciudades mesoamericanas, en especial del Posclásico, eran estratégicamente ubicadas en sitios altos, como  protección ante los constantes ataques  de otros pueblos. Ese es el caso de Iximché, que solo tenía un paso de entrada, en el cual aún había un foso de ocho metros de profundidad, para resguardarse. Esa defensa natural, que existía a la llegada de los españoles, fue rellenada con el tiempo.

La población kaqchiquel que habitó el sitio se dividió en dos grupos; uno  se quedó en Iximché y el otro partió a conquistar a los pocomames y fundó la ciudad de Chwa Nima Abäj —Mixco Viejo—, al norte de San Martín Jilotepeque, Chimaltenango, desde la cual resistieron a los españoles.

Los kaqchiqueles establecieron cuatro linajes: los Zotzil, los Xajil, los Xpantzay y los Tucunché, y así dividieron los territorios.

Etimológicamente, el nombre del sitio se compone de dos palabras en kaqchiquel: ixim, que significa “maíz”, y chee, con la que se refieren al “árbol”, por lo que se puede traducir de  manera libre como “árbol de maíz”, aunque según estudios no se alude tanto a la milpa, sino al árbol de ramón, que era aprovechado como alimento.

La ciudad se divide en cuatro plazas, donde hay palacios, templos, altares y casas largas, además de juegos de pelota. El lugar llegó a albergar hasta 15 mil pobladores; sin embargo, la acrópolis central era administrativa, y reservada a las élites. En los alrededores vivía el resto de la población.

Unos cinco años después del incendio, la ciudad fue asolada por una peste que, según el Memorial de Sololá, era una enfermedad “de granos”, que diezmó a la población, incluso a algunos de los gobernantes.

Los Itzá envían comitiva

En 1614, el jefe de los itzá, que vivían en la isla Tayasal —hoy Flores, Petén—, envía a Mérida —hoy Yucatán— una delegación  para expresar que querían someterse pacíficamente a los conquistadores, pese a que durante  un siglo habían combatido con tal ferocidad que   nadie había intentado apoderarse de su territorio.

No sería sino hasta 1618 que llegarían dos misioneros, Bartolomé de Fuensálida y Juan de Orbita, quienes habían trabajado en Yucatán y  decidieron ir a intentar la conversión al cristianismo de esta etnia.  Primero se dirigieron a Tipú, pueblo colonizado, situado al noreste del lago Petén Itzá. Desde allí enviaron mensajeros a Tayasal y los itzaes les autorizaron penetrar en su territorio. Cuando empezaron a predicar, los indígenas les dijeron que, según sus profecías, no había llegado aún el tiempo de convertirse.

Pidieron a los misioneros que se fueran, no sin antes darles permiso para pasear por el poblado e incluso para ver los ídolos. En el templo principal encontraron una gran estatua de cal con figura de caballo: era el dios Tzimín Chac (tzimín significa caballo y Chac era el dios de la tormenta y el rayo). Se sabe que Cortés, en 1525, había abandonado en la isla un caballo herido, y que los españoles, montados y disparando, habían causado una gran  impresión. Por ello fue que los indios decidieran divinizar al caballo. El sacerdote Orbita cogió una gran piedra con la cual golpeó y rompió la estatua, y por poco son ejecutados. Días después, de nuevo intentaron persuadir a Canek de que se hiciera cristiano, pero este les repitió que, según el calendario y las predicciones de los antiguos sacerdotes propios, el tiempo de convertirse aún no había llegado. Los dos misioneros españoles regresaron a Tipú, pero  apenas se habían apartado de la orilla del lago cuando algunos itzaes les tiraron piedras.

La conquista definitiva de Tayasal no se produciría sino hasta 1697, cuando fue totalmente arrasada.

*Con datos de  Historia General de Guatemala

El fin de las Cortes de Cádiz*

Las Cortes de Cádiz fueron el primer esfuerzo democratizador en las colonias españolas. En 1810,  España estaba en crisis, pues en 1808 el rey Carlos IV había abdicado en su hijo Fernando, quien también renunció porque el emperador francés, Napoleón, nombró rey a su hermano José Bonaparte. En 1810 se convocó a representantes de las colonias españolas y por Guatemala fue electo el doctor Antonio Larrazábal y Arrivillaga. Ocupó su curul el 24 de agosto de 1811, y el 24 de octubre fue electo presidente de las Cortes, que promulgaron la Constitución de la Monarquía Española en 1812, las cuales representaban todo un avance político para la región. 

Sin embargo, Fernando VII recuperó el trono de España en 1814 y mostró su vocación absolutista, con lo que disolvió las Cortes, derogó la Constitución y mandó a prisión a los diputados, entre ellos Larrazábal, quien pasó encerrado seis años.

*Con información del historiador Roberto Mayorga

El 28 de junio de 1914 fue  asesinado  el príncipe   Francisco Fernando de Austria, en Sarajevo, capital de Bosnia-Herzegovina,  por el nacionalista serbobosnio Gavrilo Princip, perteneciente a un grupo que exigía la anexión de Bosnia a Serbia. Al vehículo en el que viajaba el príncipe le arrojaron una bomba, que este devolvió a la calle. El príncipe y su esposa intentaron huir, pero a unas cuantas cuadras, Princip los reconoció y les disparó.
 Aquella muerte desató la inmediata protesta del imperio Austro-Húngaro, que exigió una investigación. Al no tener respuesta, declaró  la guerra a Serbia, el 28 de julio de 1914. Rusia moviliza sus tropas en apoyo de Serbia y  empezaron a funcionar las alianzas militares. Francia, aliada de Rusia, tomó algunas medidas de precaución en sus fronteras. Alemania  le declaró la guerra a Francia el 3 de agosto, y así, a través de aliados y colonias, la guerra se extendió por el mundo, incluyendo África y Oriente Medio.
  Estados Unidos se sumaría a la guerra en 1917, tras el hundimiento del crucero Lusitania, por un submarino alemán.
En el transcurso del conflicto fueron movilizados más de 70 millones de militares. Murieron más de nueve  millones de combatientes y millones de civiles. Por primera vez entraron a funcionar  a gran escala las ametralladoras,  el uso de gases venenosos y aviones. Fue una guerra de trincheras, lo cual, de alguna manera, incidió en la prolongación del conflicto.
Alemania se rindió  el 11 de noviembre de 1918, aunque la firma de la paz ocurriría hasta 1919.

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