En mayo tendrá lugar en El Remate, Petén, el III Encuentro de epigrafistas mayas, que reunirá a expertos en la escritura y lectura de glifos precolombinos.
Detrás de este evento hay una historia que comenzó hace casi 40 años, en Texas, Estados Unidos, en un círculo académico. La realidad difiere a dicho escenario. Hoy, el conocimiento de los encuentros ya no es exclusivo de ese ámbito; se irradió a las comunidades mayas y vive una etapa de apogeo, en lo que a la enseñanza de la epigrafía se refiere.
Líderes, maestros, niños, estudiantes y público general tienen la opción de aprender a leer y escribir glifos.
El sitio discovermam.org documenta el trabajo de la organización Maya antiguo para los mayas (MAM). Bruce Love, su presidente, en uno de los documentos publicados, toma las palabras del epigrafista kaqchikel Antonio Cuxil: “Un pueblo sin historia es como un árbol sin raíces. Eso es precisamente lo que la epigrafía significa para el pueblo maya”. Y con ellas habla del interés e inicios en la región por aprender a leer glifos.
Love, doctor en Antropología e investigador independiente, menciona que en junio de 1987 “un grupo de lingüistas se encontraba en la Antigua Guatemala para participar en el IX taller maya”, un evento organizado por el Proyecto Lingüístico Francisco Marroquín (PLFM). “Los participantes eran tanto estadounidenses como guatemaltecos y mexicanos”.
Después de la presentación, detalla el investigador, algunos estudiantes se interesaron en aprender a leer las inscripciones y se acercaron a Kathryn Josserand, una de las exponentes. A pesar de no estar en el programa de actividades, dio un taller, junto a su esposo Nicholas Hopkins. “Llegaron unos 30 mayas y recibieron una introducción a la jeroglífica”. Al día siguiente el grupo viajaría a Copán, y Josserand le sugirió hablar con Linda Schele, quien fue una destacada tallerista y epigrafista.
Schele conoció a “Martín Chacach y Narciso Cojtí, entonces los más destacados del grupo de lingüistas mayas. Ellos le pidieron que impartiera un taller en la Antigua”. Ella accedió y proporcionó un cuaderno de trabajo, que fue traducido por Nora England, lingüista del PLFM.
La actividad formativa se impartió del 20 al 22 de julio de 1987. Schele, Josserand y Hopkins, con la ayuda de England, atendieron a más de 25 participantes, representantes de siete idiomas: kaqchikel. q’eqchi’, mam, tz’utujil, ixil, popti’ y ch’orti’.
“El éxito de esta iniciativa le mostró el valor de trabajar con los mayas, una relación que disfrutó mucho. En los años siguientes, ella visitó con frecuencia la Antigua, al igual que Josserand y Hopkins, y luego se sumaron Nikolai Grube y otros, para exponer más conocimientos epigráficos. Hasta donde sabemos, estos fueron los primeros talleres de epigrafía organizados específicamente para los hablantes de las lenguas mayas”, señala el antropólogo.
Conocer la historia
La Universidad Maya Kaqchikel cuenta con cinco campus en el país. German Curruchiche Otzoy, Coordinador de la sede Chi Xot (Comalapa), recuerda que desde la década de 1990 asiste a distintos estudios de epigrafía, dados por diferentes organizaciones. Inicialmente, eran esporádicos y en el contexto de encuentros internacionales. Pero ahora son más frecuentes e impartidos por profesionales y asociaciones nacionales.
Curruchiche refiere que en la Universidad Maya Kaqchikel hay tres profesorados que en su plan de estudios incluyen el curso de Epigrafía: Idioma e Historia, Investigación y Traducción Jurada, todos en kaqchikel. Los catedráticos son miembros del Centro de Investigación y Enseñanza de Epigrafía Maya “Sak Chuwen”. Agrega que en la sede B’o Ko’ (Chimaltenango) también lo contempla el plan de estudios de Medicina naturopática.
“Hay más divulgación. Contamos con más epigrafistas en el país. Cada vez hay más personas que asisten y se involucran en el tema”, dice el coordinador universitario. Agrega que cada año enseñan epigrafía a niños, en un curso vacacional.
“A nuestros capacitaciones han asistido botánicos, sacerdotes mayas, maestros y también personas que no saben leer ni escribir, pero con el interés de aprender, indica Romelia Mo, lingüista e integrante de Sak Chuwen. Fundado en el 2010 por Alejandro Garay, Iyaxel Cojti, Igor Xoyon y Mo, este centro imparte cursos de lectura y escritura a diferentes públicos y tiene alianzas con otras organizaciones de fines similares.
“La epigrafía maya es un medio para conocer la historia prehispánica olvidada”, resalta Mo. Con el apoyo de la Agencia Alemana de Cooperación Internacional publicarán este año los libros: Tikal, una ciudad e historia, que en 50 páginas habla sobre los fundadores, los habitantes y hechos históricos puntuales de esta ciudad-estado.
El otro documento es Cuaderno de epigrafía maya; su contenido se vinculará con programas del Ministerio de Educación, para un diplomado y para que sea también de uso en el ciclo básico, en el área de formación ciudadana o en clases de literatura o historia.
Relevancia
“El interés por la epigrafía maya ha existido siempre en círculos no académicos. Yo he impartido muchos cursos libres y son acogidos muy bien, no solo en Guatemala sino en otros países centroamericanos”, comenta Camilo Alejandro Luin, arqueólogo y epigrafista del Museo Popol Vuh.
Luin piensa que difundir este conocimiento al público general “es importante para que conozca cuestiones básicas sobre los sistemas de escritura mesoamericanos”, pero cree que la forma para lograr que la epigrafía guatemalteca sea tomada en cuenta por escuelas extranjeras, “es teniendo en el país un posgrado en estudios mesoamericanos en donde los interesados puedan ahondar y especializarse. De igual forma, indica, las publicaciones son de suma importancia pues “no es posible que únicamente los investigadores extranjeros sean los que difundan todos los textos”.
En julio de este año será la trigésima edición del Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, un evento anual donde también se han presentado disertaciones epigráficas. En el evento del 2012, los integrantes de Sak Chuwen expusieron el tema La enseñanza de la epigrafía maya en Guatemala y su impacto en la población maya.
En la investigación se detalla que “la epigrafía maya es un campo especializado que se desarrolla principalmente en esferas académicas con algunas excepciones. Una de ellas son los talleres que se han venido desarrollando desde hace más de 20 años, organizados por académicos extranjeros y nacionales y varias organizaciones guatemaltecas”. Las conclusiones del centro investigativo son que la enseñanza del sistema de escritura permite:
1) Recuperar el conocimiento del pasado prehispánico.
2) Conocer la historia.
3) Definir y refortaler la identidad maya y
4) Acceder a las ciencias desarrolladas por una cultura olvidada.
Glifos modernos
Martín Gómez Ramírez (1961) es profesor y escritor chiapaneco. Es autor de Xikitin (Cigarra), un poema escrito en glifos prehispánicos. “He publicado seis libros y tengo varios poemas en maya tseltal”, indica Gómez. Su idioma materno pertenece a la familia lingüística maya.
En Texas
Desde 1977, en la ciudad tejana de Austin, Estados Unidos, tenían lugar los encuentros Maya meetings, propuestos por Schele en la Universidad de Texas. A partir de la experiencia de 1987 en Guatemala, junto con Grube, comenzó a invitar a estudiantes mayas a las reuniones.
En el 2005 se creó Amigos de los mayas, con la finalidad de asegurar una mayor participación de este grupo en los encuentros de Texas. Así, en el 2008 invitaron a 13 personas. Pero el año siguiente la dinámica fue distinta, pues ocho de los asistentes mesoamericanos fueron también disertantes, por primera vez. Fue un poderoso indicio del interés regional por la epigrafía.
Amigos de los mayas y el PLFM copatrocinaron, en el 2010, un evento en Antigua Guatemala al que asistieron 70 mayahablantes. “Quedó muy claro que llevar los talleres a los lugares en los que viven los mayas resultaba mucho más eficaz que invitarlos a donde se impartían”, apunta Love. Dos años después, Amigos de los mayas adoptó un nuevo nombre: Maya antiguo para los mayas (MAM).
Con el cambio surgió un nuevo objetivo: “Mayas enseñando a mayas”, otorgando becas en efectivo y donando proyectores digitales para llevar a cabo encuentros de epigrafía, conducidos por los mismos mayas en sus comunidades, además de patrocinar congresos internacionales.
Una llave
“La epigrafía es un instrumento para que los mayas de hoy estudien su propia historia. Es una llave para abrir la puerta al pensamiento e ideas religiosas de sus antepasados prehispánicos. Permite el acceso a documentos auténticos de esa época, que no están corrompidos por ideas cristianas o europeas”, indica el epigrafista alemán Nikolai Grube, quien desde 1988 imparte anualmente cursos de esta ciencia en el país.
Grube considera que no todo el material epigráfico tendrá el potencial de trascender los círculos académicos, pues hay detalles de gramática clásica, de astronomía y de otros temas que son muy especializados. Pero reconoce que “la escritura maya es muy especial, por ser la única autóctona del continente americano y porque ya podemos entender gran parte de ella. Por eso, mucho de sus resultados ya circulan entre el público”.
Glifoteca
En la Universidad de Valle de Guatemala comenzó el proyecto Glifoteca, “en donde estamos construyendo una base de datos que contenga todas las inscripciones mayas”, indica el arqueólogo Camilo Luin.
Agrega que esa información se pondrá a disposición del público en la web. “Esperamos difundirla en la página de la institución y lograr que otras universidades se unan a la iniciativa”.
Otro trabajo relacionado con epigrafía, que el arqueólogo considera es de gran importancia, ocurre en la Universidad Estatal de Humanidades en Moscú.
“Hemos registrado fotográficamente y con el uso de un escáner 3D, los textos jeroglíficos de varias ciudades mayas. Este proyecto continúa cada año en nuestra temporada de campo”, concluye Luin.
Próxima cita
La tercera edición del Congreso de Epigrafistas Mayas será del 14 al 20 en El Remate, Petén. Es la primera vez que este encuentro ocurrirá en Guatemala. El Proyecto Lingüístico Francisco Marroquín, con sede en la Antigua Guatemala, es coorganizador.
“Está dirigido a participantes de origen maya que en sus comunidades destaquen por promover la aplicación y enseñanza del Ojer Maya’ Tz’ib’ (epigrafía maya) en diferentes ámbitos, comprometidos a promover y transmitir los conocimientos adquiridos en el encuentro”, indican los coorganizadores.
Este año se espera la asistencia de cien personas, ”entre organizadores, conferencistas nacionales e internacionales, y los asistentes de Chiapas, Quintano Roo, Mérida, Yucatan (México), Belice y representantes de la mayoría de las comunidades lingüísticas mayas de Guatemala.
En la plataforma en línea Indigogo hay una campaña de recaudación de fondos para financiar el congreso. El primero de estos eventos fue en el 2012, en Valladolid, Yucatán; el segundo, en el 2014, en Ocosingo, Chiapas, ambos en México.
Fuentes: Maya Antiguo para los Mayas; Martín Gómez Ramírez, profesor y escritor chiapaneco; Nikolai Grube, epigrafista de la Universidad de Bonn, Alemania; Romelia Mo del Centro de Investigación y Enseñanza de Epigrafía Maya “Sak Chuwen”; Juan Rodrigo Guarchaj, Ajpub’ Pablo García Ixmatá, Héctor Xol Choc, Walter Amílcar Paz y Marta Cux Yac, del Proyecto Lingüistico Francisco Marroquín; German Curruchiche Otzoy, Coordinador de la sede Chi Xot (Comalapa), de la Universidad Maya Kaqchikel; Camilo Alejandro Luin, arqueólogo y epigrafista del Museo Popol Vuh de la Universidad Francisco Marroquín; y los sitios discovermam.org y universidadmayakaqchikel.org