Tesoro arquitectónico
Esta construcción de estilo barroco se llevó a cabo bajo la dirección del párroco Juan Antonio Barahona Gallardo, aproximadamente, en 1551, de acuerdo a antiguas boletas de bautizos que se conservan en la Casa Parroquial.
En estos registros históricos también se constata que el padre Barahona fue alumno del arquitecto Diego José de Porres, responsable de la construcción de la Basílica de Esquipulas, Chiquimula.
Este templo es una de las estructuras históricas de mayor importancia en Centroamérica y el más interesante edificio del municipio de San Luis Jilotepeque.
Su valor histórico y arquitectónico es similar al templo de su vecino San Pedro Pinula, del mismo departamento. Ambos forman parte de la ruta de Templos Coloniales del Oriente de Guatemala.
Al igual que otros de esa época, se construyó bajo las estrictas normas del barroco español, lo que ha permitido que soporte las inclemencias del tiempo y las sacudidas de fuertes terremotos, que, aunque lo han dañado, no ha sido derrumbado.
Para su construcción se emplearon ladrillos de barro que fueron pegados con una mezcla especial de leche, cal, arena y, a veces, clara de huevo.
El templo tiene en la parte superior tres campanas y en su interior se encuentran imágenes religiosas de mucho valor histórico, entre ellas, la de San Luis, rey de Francia.
Destino turístico
La feria titular se celebra en honor a este santo patrono el 25 de agosto. Recientemente, la municipalidad inauguró la remodelación del parque central, con lo cual pretende que dicho municipio se convierta en un destino turístico.