Tiene 25 años y cursa una maestría en Estudios Espaciales en la Universidad Internacional del Espacio, en Estrasburgo, Francia; luego de culminar la carrera de Ingeniero Aeronáutico en Rusia, de la cual se graduó con honores.
Estudió en la Federación Rusa tras obtener una beca del gobierno de ese país, a través de la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan), gracias a su alto rendimiento académico en el colegio. Hoy su determinación lo mantiene enfocado en el posgrado.
Su padre, Élmer Emilio Gramajo, es médico, y su madre, Aída Francisca González es dentista. Es el menor de cuatro hermanos y se considera fruto de una familia que siempre lo ha apoyado en sus decisiones académicas.
¿Cuándo comenzó su deseo de ser astronauta?
A los siete años me gustaban los programas de televisión sobre el espacio que difundía el canal Discovery Channel. Otra cosa que me impresionó y me motivó fue un ejemplar de la revista National Geographic, que aún conservo, tiene varias ilustraciones de nativos americanos, por ejemplo, de los incas y su visión del universo. Pensé que tenía que ir a ver cómo era ese mundo.
Para alcanzar esa meta, ¿cómo ha sido el camino?
Me gradué de secundaria pensando que quería ser ingeniero. No sabía con exactitud la especialidad, pero era bueno en Física y Matemática. En Rusia apliqué para Ingeniería Mecánica, pero el sistema allá es diferente, pues se debe escoger entre las especialidades de Automotriz, Robótica o de Aeronaves.
Escogí esta última, pero me querían trasladar de la ciudad de Tver, donde estaba inicialmente. Incluso me ofrecí para viajar a Siberia para cursar Aeronáutica o Espacial. Entonces se me condicionó a obtener cinco, la puntuación máxima. Fue así que me enviaron a la Universidad Estatal Aeroespacial de Samara, cerca de los Montes Urales.
¿Por qué Aeronáutica y no Aeroespacial?
Aeronáutica está enfocada en la construcción de aeronaves y la Aeroespacial es secreta; se enfatiza en diseño de satélites y cohetes. No pueden estudiar extranjeros, a menos que se suscriba un convenio entre países.
¿Esa fue la primer barrera?
La ingeniería en aviones, aunque no sea específica, es un primer paso. Veo como la direcciono hacia mis objetivos, por eso apliqué a una siguiente beca para estudiar la maestría, la cual costea la compañía privada en estudios espaciales Global Satellite Services Provider (SES). Terminé el primer año y el segundo es opcional para una tesis costeada por la empresa y la Universidad de Estrasburgo, Francia.
En cuanto a la carrera espacial, a partir de este año, ¿considera cercanas las misiones tripuladas a Marte, por ejemplo?
Hay una percepción errónea de la gente. Se cree que el presupuesto de la Agencia Espacial Estadounidense (Nasa) representa el 5 por ciento del presupuesto federal. No es cierto, quizá es del 0.05 por ciento. Así que cuando dicen 10 años, será el doble de tiempo.
Por otro lado, otros países han surgido como potencias espaciales dispuestas a invertir, como Israel e India, que envió una nave a Marte, al parecer a un costo menor que la producción de la película Avatar.
¿Cómo se visualiza en este escenario?
Pretendo ser ingeniero especialista en la misión, miembro de una tripulación. Los pilotos siempre son militares, por su experiencia de vuelo.
Por el momento, para ser astronauta, cada ocho años, en promedio, habrá 20 mil aplicantes, para ocho plazas en las misiones de la agencia espacial europea.
Pretendo posicionarme por ese lado, además, cuando comiencen los vuelos comerciales se agilizará el paso con las compañías privadas, entre estas: Space X, Virgin Galactics y Blue Origin. Cuando se logre llevar turistas a vuelos suborbitales se incentivará la inversión.
¿Es válido continuar la conquista del espacio, a pesar de la inversión millonaria?
Es importantísima. En Israel participé en un taller para una escuela de niños de alto coeficiente intelectual en la que se les habló de negocios, ingeniería y leyes.
Hice una presentación sobre el espacio y los beneficios de las investigaciones, los cuales uno no se imagina que surgen de allí.
Por ejemplo, los aislantes térmicos de las viviendas rusas vienen de tecnología espacial, así como los trajes de los bomberos cuentan con tecnología para retardar el fuego sobre el cuerpo. Otros aportes son el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) o la Teledetección (detección a distancia de información que se produce en la superficie terrestre y otros astros).
También están las fotografías satelitales. Un programa puede determinar el riesgo de cada región con fotos gratuitas. Se podrían prevenir desastres y agilizar la agricultura. En este caso, el satélite detecta cambios en el color de las plantas.
Me gustaría promover estos beneficios en Guatemala junto a un colega. Necesitamos estas tecnologías para agilizar la agricultura, la prevención de desastres y la administración cuando estos hechos ocurren.
El año pasado participó en el concurso El espacio para la paz, el cual ganó con la propuesta de una aplicación móvil. ¿Qué hay de este proyecto?
Estoy desarrollando una aplicación para móviles con la cual se podría monitorear los hechos de violencia en Guatemala. El objetivo es que las personas puedan conectarse y ayudarse en una situación de este tipo; que reporten un robo o un ataque armado en el momento, a través de un mensaje o advertencia a teléfonos celulares que estén en el área, incluyendo agentes policiales. Pero me hace falta tiempo y dinero.
¿Qué alcances podría tener?
Reducir los índices de violencia si las personas cooperan. En principio, es una alerta inmediata, segundo; es una hipótesis, me parece que la gente trabaja con patrones en el que aparecerá el perfil de los agresores, por determinado número de puntos, según la frecuencia de hechos. Es decir, permitiría un patrón de victimarios y de zonas rojas.
Con esta idea, participé en la Conferencia Internacional del Espacio en octubre del 2014, en Israel, un evento clave para todos los interesados en el espacio, desde lo económico, compañías y académicos.
¿Qué consejo le daría a otros jóvenes que desean continuar sus estudios en el extranjero?
No hay que darse por vencido. Creer en uno mismo y seguir adelante. Por ejemplo, la beca para Rusia me la dieron a última hora; después de varias aplicaciones. Intenté por varias puertas para ver cuál de estas se abría. Uno recibe rechazos, pero no me detengo a pensar en esto, sigo y después vemos.
Perfil
Ingeniero Aeronáutico, Universidad Estatal Aeroespacial de Samara, Rusia (2008-2012), becado por el gobierno ruso.
Cursa una maestría en Estudios Espaciales en la Universidad Internacional del Espacio, Estrasburgo, Francia, becado por la compañía SES.
Primer lugar en la Competencia Nacional de Estudiantes de Ingeniería Aeronáutica de Rusia, representando a la Universidad Aeroespacial de Samara (2013).
Reconocimiento por la segunda mejor tesis de la especialización: Vehículo aéreo no tripulado de reconocimiento civil y monitoreo del medioambiente, (2013-2014).