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En 1780, el médico guatemalteco Felipe Flores practicó la inoculación experimental como medida para frenar los contagios de viruela en la capital de Guatemala con buenos resultados.
Mientras tanto, el facultativo inglés Eduardo Jenner investigaba el caso de una campesina inmune a la viruela, pero a quien se le formaban algunas ampollas en las manos debido a su contacto con vacas, que también tenían pústulas. En 1796, Jenner extrajo el líquido de las pústulas y se lo inyectó a un niño de 8 años, James Phipps. Seis semanas después lo expuso al virus de la viruela y James no se contagió.
El informe de tal procedimiento se publicó en 1798. La vacuna era efectiva, siempre y cuando el recipiendario no hubiera adquirido inmunidad previa y el virus guardara la potencia necesaria. El hallazgo se extendió rápidamente por el mundo. La Gazeta de Guatemala publicó en 1802 un artículo sobre los esfuerzos infructuosos por conseguir la vacuna, porque se hacía difícil transportar el virus activo por la larga travesía marina.
Una de las hijas del rey Carlos IV se contagió de viruela y esto lo obligó a vacunar a las otras dos. Los buenos resultados llevaron a que el monarca ordenara investigar la forma de llevar este antídoto a América. El Consejo de Indias consultó al doctor Felipe Flores, quien estaba en España desde 1798. Este recomendó transportar las vacas con viruela y también niños para ser inoculados en los brazos con el pus de las vacas. Tales sugerencias se aprobaron el 22 de marzo de 1803, pero Flores no quiso dirigir el proyecto, que quedó a cargo del español Francisco Balmis. Se le llamó la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna y su objetivo era llevarla a todas las colonias españolas. Zarparon en el barco María Pita. No llevaban vacas, pero sí el virus almacenado en recipientes de vidrio al vacío, además de un grupo de 22 niños huérfanos, para inocularlos.
En 1804, la expedición llegó a Mérida, Yucatán. Allí, Balmis envió, a través de Francisco Pastor, una muestra de la vacuna e instructivos destinados a la Audiencia de Guatemala.
La expedición siguió al puerto de Veracruz, donde vivía el médico guatemalteco Ignacio Pavón y Muñoz, quien logró obtener una pequeña muestra del virus vacuno, la cual envió de inmediato a Guatemala. Se la entregaron al médico Narciso Esparragosa, quien junto al protomédico José Antonio de Córdova lograron procesar la muestra y procedieron con la primera vacuna en Guatemala. Fue administrada el 16 de mayo de 1804 al niño Alfonso Wading y otros seis infantes, con cuatro piquetazos en el brazo. Esparragosa siguió la evolución del niño Wading, quien al sexto día presentó la esperada pústula, cuyo líquido se extrajo para repetir el proceso.
La vacunación se extendió rápidamente. En Guatemala se reportaron 4 mil inmunizados en pocos días. La Gazeta de Guatemala, en su edición de junio, reportó 13 mil vacunados.
En agosto de 1804 llegó Pastor a Guatemala con la muestra oficial, pero ya la vacunación a gran escala se había emprendido.
No obstante, la erradicación de la viruela no fue fácil. Hubo mucha resistencia, prejuicios y burlas hacia el medicamento. En 1879, tras un fuerte contagio en el país, el presidente Justo Rufino Barrios decretó la vacunación obligatoria, que no tuvo el alcance deseado. En 1908, el presidente Manuel Estrada Cabrera ordenó la inmunización obligatoria sin distinción de etnia, edad o nivel social. Ya para 1910 había 1 millón 300 mil inoculados.
La Organización Mundial de la Salud declaró la viruela totalmente erradicada en 1979, más de dos siglos después de los estudios del médico Flores y 175 años después de la llegada de la vacuna a Guatemala.
NARCISO ESPARRAGOSA
Nació en Caracas, Venezuela, en 1759. Se trasladó a Guatemala en 1786, donde se matriculó en la Escuela de Medicina de la Universidad de San Carlos. Fue discípulo del médico José Felipe Flores. Diseñó innovaciones para facilitar partos y también contribuyó a la primera vacunación en Guatemala. Murió por un derrame cerebral en 1819, y fue velado en el Hospital San Juan de Dios.
Con información de Historia General de Guatemala y Reseña Histórica de la Viruela del doctor y académico Rodolfo Mac Donald Kanter.