Una de las acciones notables de Castellanos fue establecer un pueblo de indígenas para cultivar huertas que atendieran las necesidades de la ciudad de Santiago de Almolonga. Al lugar se le conoció como la Milpa del Tesorero, a finales de 1529, y después como el pueblo de San Pedro del Tesorero. Por último, adoptó el nombre de San Pedro Las Huertas, que perdura hasta nuestros días. Se sabe que para la década de 1540 él tenía entre 80 y 100 esclavos indígenas que cultivaban vegetales y frutas durante todo el año.
Otra acción original de Castellanos fue la introducción del trigo a Guatemala, dada la necesidad de consumir pan por parte de los españoles, según relata Domingo Juarros. Y también trajo el ganado lanar, junto con Francisco Zorrilla en 1530.
El primer contacto de Castellanos con América se debió a un viaje cuya comitiva constaba de hidalgos y caballeros que tenían como obligación ejercer ciertos oficios como resultado de la nueva gobernación otorgada a Pedro de Alvarado, quien, tras presentar sus cartas al emperador, por medio de la Casa de Contratación de Sevilla obtuvo el título de adelantado de Guatemala en carta fechada el 20 de diciembre de 1527.
En esta comitiva venían los oficiales de la Real Hacienda, entre ellos Francisco Zorrilla como contador, Francisco de Castellanos como tesorero, Gonzalo Ronquillo como veedor y el futuro obispo de Guatemala Francisco Marroquín. En este viaje, cuyo permiso fue concedido el 26 de mayo de 1528, también venía la esposa de Alvarado, doña Francisca de la Cueva, quien falleció antes de llegar al puerto de San Juan de Ulúa en Veracruz, a finales de octubre de 1528.
Una vez en el continente americano Castellanos advierte los manejos de Alvarado a través de su alto cargo, así como de sus abusos, cuando el tesorero real en México retiene al adelantado hasta que fue obligado a pagar el quinto real -un impuesto de la Corona- sobre las ganancias que obtenía en sus encomiendas en aquel territorio, según la obra de José María Vallejo García-Hevia, Estudio de Instituciones Hispano Americanas.
El primer tesorero real en Guatemala fue Francisco de Castellanos con título de nombramiento, pero hubo uno antes llamado Eugenio de Moscoso, de la Real Provisión, designado por los ciudadanos con el fin de mantener un orden en la administración de los recursos, lo cual fue registrado en el acta capitular de la ciudad de Santiago del 4 de septiembre de 1527.
Por consiguiente, Mosquera es el fundador de la Real Caja de Hacienda, pero Castellanos venía de México acompañando a Francisco de Orduña, juez de residencia con nombramiento de capitán general por parte de la Audiencia de México, con lo cual se hizo efectivo el de Castellanos el 14 de agosto de 1529 en el último cabildo presidido por Jorge de Alvarado, entonces teniente de gobernador. Dos días más tarde Castellanos se presenta ante el cabildo y entrega su título de nombramiento de regidor propietario de la ciudad de Guatemala que ya preside Orduña en Santiago en Almolonga, Sacatepéquez, actual Ciudad Vieja, según expone la obra de Vallejo, Juicio a un conquistador, Pedro de Alvarado.
Orduña tuvo una iniciativa importante, que fue mandar a construir un camino real que uniera la ciudad de Santiago de Almolonga, Guatemala, con la ciudad de Tenochtitlan, México. Para ello utilizó como mano de obra a más de 800 indígenas de su encomienda de Tecali, antes de llegar a estas tierras.
Entre las primeras peticiones que le hicieron a Castellanos, el 5 de septiembre de 1529, fue asignar más clérigos y sacristanes, porque solo había uno, llamado Juan Godínez. El problema es que cuando las tropas salían en campaña de conquista llevaban a un religioso, para el caso Godínez, por lo se quedaban sin el único que tenían.
Uno de los eventos más discutidos en esta época fue la invasión para someter a los pueblos que aún quedaban fuera del mando español, como la región del señorío quiché de Sacapulas. En junio de 1529 dio inicio la misión encomendada al regidor de Santiago de Guatemala, Gaspar Arias Dávila, que en ese momento fungía como lugarteniente en El Salvador, para enfrentar a los uspantekos e ixiles, pero fue detenido porque Francisco de Orduña le abrió un juicio de residencia. Lo sustituyó Pedro de Olmos, pero fue derrotado por los uspantekos a principios de 1530.
Entonces se propone la tarea a Castellanos. Acompañado de ocho capitanes españoles, 400 indígenas auxiliares, 40 soldados españoles de Infantería y 32 de Caballería, cruzó el río de Sacapulas y llegó a las cumbres montañosas de Nebaj, donde hubo dos combates en los cuales participaron entre cuatro y cinco mil guerreros ixiles de Nebaj que perdieron ambas batallas.
Es posible que los guerreros de Chajul, también ixiles, en lugar de unirse al combate para derrotar a los españoles huyeran a las montañas, y por ello los ixiles de Cotzal fueron los únicos que se aliaron con un Ahau de Uspantán para hacer frente a los españoles, según Tabita Juana de la Cruz, Tilon tatin tenam maya´ Ixil.
Para 1530, el único regidor que solicita a Orduña, en el cabildo del 3 de marzo de ese año, que vaya a contrarrestar el ataque que había efectuado Martín de Estete en la villa de Cuzcatlán, en nombre de Pedrarias Dávila, fue Castellanos, con el fin de liberar al teniente de gobernador Diego de Rojas, quien estaba prisionero.
Orduña acepta la petición porque Rojas había sido enviado por él como teniente de gobernador, para hacer un juicio a Pedrarias Dávila, el 20 de septiembre de 1529.
El puesto de tesorero real impuso limitaciones en el uso y disfrute que tenía Alvarado sobre el oro y la plata de las minas en Guatemala, por lo que Castellanos pasó a ser su enemigo.
De alguna manera la riqueza del adelantado tenía que ser auditada por Castellanos. A ello se suma que este también venía con la ambición de ser un conquistador y ocupar puestos de poder.
En este marco, en el juicio de residencia que Orduña hace a Jorge de Alvarado se expone una relación del estado de la provincia, con fecha 20 de marzo de 1534 y enviada al emperador Carlos V después de que Alvarado partiera al Perú, en el cual se desplegaba un detalle de todas las faltas cometidas por el Adelantado y su hermano Jorge, que también incluía a los distintos gobernadores en ese lapso.
Esta enemistad provoca la reacción del adelantado, que pone tras las rejas a Castellanos por exigir el quinto real, al igual que al escribano Morales, y por hacer notar que los juegos de apuestas habían sido consentidos por Alvarado, sin poner un alto a los vicios.
Lo anterior queda redactado por el licenciado Alonso de Maldonado en el juicio de residencia en el cual procesa a Pedro de Alvarado en 1537.
Por otra parte, cuando se crea la Armada del mar del sur deja a Castellanos en el puerto de Acajutla y da la orden de que no se le permita ingresar a las naves por estar enfermo, lo cual no se justificaba.
En medio de la controversia entre estos dos personajes, Alvarado haría su último viaje. Murió en Nochtitlán el 4 de julio de 1541.
María (de Luyando) de Orozco, la vida sentimental de Castellanos merece un espacio aparte. Dado que su esposa fue María de Orozco, alguien a quien conoce luego que ella venía con el grupo de doncellas que acompañaron a Beatriz de la Cueva en el viaje de 1539, pero al parecer la belleza de doña María cautivaba a los caballeros de manera inmediata.
Con 16 o 17 años desembarca en Santo Domingo, isla La Española, y tiene la oportunidad de conocer a Luis Colón, un jovencito de 19 años nieto del Almirante Cristóbal Colón, quien se enamora perdidamente de ella, y el lugar más apropiado para el alojamiento de las doncellas fue el palacio de los Virreyes, donde Luis vivía por ser hijo de Diego Colón el virrey; mientras las doncellas estuvieron, se realizaron muchos bailes y veladas nocturnas, donde María y su enamorado bailaban, pero no existía un lugar para estar solos y hablar lo que el corazón quería expresar, por lo que Luis solicitó a la camarera de su hermana Felipa Colón que le ayudara para poder encontrarse con María en un lugar apartado.
El encuentro tuvo lugar en el segundo nivel del palacio pero por medio de una puerta con candado y barrotes con el suficiente espacio para poder juntar sus manos y teniendo a la camarera de testigo, él le pregunta: “aceptas ser mi mujer”, a lo cual ella contesta “no sería mejor que buscara a alguien que tenga el mismo rango social que vuestra merced”, pero él insiste que su amor es ella, por lo que reitera la pregunta, a lo que ella dice que “sí”, por consiguiente ella le pregunta: “aceptas ser mi marido”, y él contesta afirmativamente.
Así se amparan del matrimonio “por palabra de presente”, como lo permitían las “Siete Partidas” o libro de las leyes que fue elaborado por el rey de Castilla Alfonso X que aún estaba vigente; luego se separan cada quien a su cuarto, pero al día siguiente la noticia incendia toda la villa con las habladurías de sus ciudadanos y encuentra resistencia en la virreina por lo que encierran a María de Orozco en el Oratorio del palacio. Además, de manera intempestiva Alvarado parte hacia Guatemala y la lleva junto al séquito de doncellas como era el plan original, sin que se consumaran las respectivas nupcias, quedando todo en ansias y deseos.
Es así como llega María de Orozco a Santiago de Guatemala el 15 de septiembre de 1539, y luego de las presentaciones respectivas, logra Francisco de Castellanos conquistar a María de Orozco, a sabiendas de su posición en la sociedad, ya que ella desciende de otro conquistador Francisco “Juancho” de Luyando, conquistador de Puerto Rico, que con Diego Ramos de Orozco, logran obtener el territorio de la isla pacificando a los indígenas tainos a partir de 1508, incluso llegaron a conquistar varias islas frente a la actual Venezuela y el territorio de la Guayana, la madre de María de Orozco es María Gregoria de Orozco hija de Diego Ramos, por lo tanto para Castellanos ella tenía la alcurnia requerida además de lo bella que pudo haber sido.
De dónde venía
Francisco de Castellanos nació en León, en la villa de Sahagún, España, entre 1500 y 1505. Sirvió en las campañas de Flandes y Germania. También participó en la batalla de Fuenterrabia (Guipúzcoa) entre 1521 y 1524, donde España venció a los francos. Con ello se consolidó a este personaje para tener la misión de cuidar el dinero de la Corona en tierras americanas.
