A lomo de mula
De Rivera llegó el 23 de febrero de 1659 a estas tierras, procedente de España, donde nació en 1612. Pertenecía a la orden de San Agustín, fue escritor, autor de algunas obras de contenido religioso, entre ellas Aclamación por el principio santo y Concepción Inmaculada de María, libro que recibiera críticas adversas, razón por la cual publicó después Explicatio apologética para aclarar sus ideas.
Estaba por imprimirla en su patria cuando fue notificado de su nueva responsabilidad en el Nuevo Mundo, por lo que viajó a estas tierras con los textos originales y así culminar el trabajo, pero se topó con el inconveniente de que Santiago de Los Caballeros carecía de imprenta.
Para resolver la situación, gestionó ante diferentes autoridades la implementación de una. Entre otros, habló ante los cabildos, los oidores de la Real Audiencia, los provinciales de las órdenes religiosas y con el presidente y capitán general, Martín Carlos de Mencos.
Al lograr la aprobación, comisionó a fray Francisco de Borja, de la orden franciscana, para que fuera en busca de la primera maquinaria, le entregó cartas de las instituciones y personas mencionadas, así como dinero en efectivo.
De Borja marchó a Puebla de Los Ángeles (hoy, Puebla, México), ciudad en donde su familia tenía un taller. Ahí compró la prensa a José de Pineda Ibarra, a mediados de marzo de 1660, contratándolo también como el primer linotipista en la Capitanía General de Guatemala.
El tórculo, la pieza que se adquirió, costó 1,538 pesos y un real. De Pineda Ibarra se trasladó junto con su familia y la prensa, a lomo de mula, desde el altiplano central de Puebla hasta la ciudad de Santiago, a donde llegó el 16 de julio de 1660. Este año será el 357 aniversario de ese recorrido.
Fundación
El Museo del Libro Antiguo exhibe obras desde 1660, hasta los primeros años de la vida independiente del país. El recinto resguarda piezas coloniales del arte de la impresión, como obras de contenido espiritual, crónicas, gramáticas, diccionarios y tratados científicos. La mayoría de los títulos están adornados con xilografía, y las caras interiores de las tapas están cubiertas con papel jaspeado.
Fue fundado el 16 de marzo de 1956 y ocupa la casa donde funcionó la primera imprenta, al costado del Ayuntamiento de la Antigua Guatemala. La colección comenzó con una donación de David Vela y Arturo Taracena Flores. Vela fue uno de sus fundadores, así como el periodista Rigoberto Bran Azmitia. Ambos, en 1960, fueron nombrados presidente y tesorero respectivamente del Comité de Conmemoración del Tercer Centenario de la Introducción de la Imprenta en Guatemala, que propició la edición de la serie de Bibliografía Guatemalteca: de 1660 a 1960, y la compra del inmueble anexo al museo.
El profesor José Joaquín Pardo en Efemérides para escribir la historia de la muy noble y muy leal ciudad de Santiago de los Caballeros del Reino de Guatemala, menciona acerca del inmueble que el 20 de mayo de 1658, “se hundió la casa del repeso de la carne situada al lado poniente de las casas consistoriales (Edificio del Ayuntamiento). A los pocos días, el 4 de junio, el administrador de los bienes del Convento de Santa Catalina Mártir solicitó al Ayuntamiento se le vendiera dicha casa, que más tarde la adquirió José de Pineda Ibarra”.
Réplica
El 29 de noviembre de 1964 el museo incorporó a su exposición permanente una réplica de tamaño natural de la primera prensa que funcionó en Guatemala. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) proporcionó los planos, que fueron enviados desde Leyden, Holanda.
La copia fue construida por el ebanista José Antonio Jiménez, quien trabajó con tal precisión que logró su funcionamiento, imprimiéndose el día de su inauguración, en hojas de papel del siglo XVII, la carátula de la primera impresión realizada por José de Pineda Ibarra, el Sermón predicado por fray Francisco Quiñónes en el convento de San Francisco, el 4 de octubre de 1660.
Acervo
Hay unas dos mil 500 obras que se custodian en el recinto. Sobresalen, entre otras:
Explicato apologética, de fray Payo Enríquez de Rivera, impreso por José de Pineda Ibarra en 1663. Es el primer libro hecho en Guatemala.
Crónica de la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de Guatemala, de fray Francisco Vázquez, trabajada en el taller del convento de San Francisco en 1714.
Arte de la lengua metropolitana del reino cakchiquel o guatemálico, de Ildefonso Joseph Flores, impreso por Sebastián Arévalo, en 1753.
Noticia breve de todas las reglas más principales de aritmética práctica, del padre Juan Joseph Padilla (1732), es considerado el primer libro didáctico de la Colonia.
Manual de párrocos, de Cayetano Francos y Monroy (1788).
Guatemala por Fernando Séptimo, (1808), libros de canto gregoriano.
Dentro de las obras de otros países están: Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo (Imprenta del Reyno, Madrid, 1635). La segunda parte de la obra El ingenioso caballero Don Quixote de La Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra que se imprimió en los talleres de Juan de la Cuesta, Madrid, en 1615. Y Biblias en diferentes idiomas, e incluso reproducciones de los primeros trabajos de Gutenberg.
Hay también piedras litográficas que cuentan con grabados. Son de diferentes dimensiones y sus ilustraciones corresponden a retratos conmemorativos, retratos de personalidades del país, alegorías, imágenes religiosas, partituras, mapas, planos, anuncios publicitarios, etiquetas, diplomas, firmas, tarjetas de presentación o felicitación y viñetas.