Revista D

Se hacen carrocerías para camiones

Los camiones guatemaltecos se visten con estas vistosas barandas.

Las carrocerías de gran altura, por lo regular, se usan para transportar verduras y frutas. Foto Prensa Libre: Roberto Villalobos Viato.

Las carrocerías de gran altura, por lo regular, se usan para transportar verduras y frutas. Foto Prensa Libre: Roberto Villalobos Viato.

Transitan por las carreteras del territorio nacional. Muchos salen de las fincas cargados con frutas o verduras y tienen como destino los mercados.

Es tan normal verlos que pasan inadvertidos. Sin embargo, al observar detenidamente, se descubre que esos camiones tienen una carrocería con un colorido muy guatemalteco. “Nos identifica”, dice Marcelino Maldonado, quien, en San Martín Jilotepeque, Chimaltenango, fabrica estas enormes y fuertes cajas desde hace 22 años.

De hecho, en la ruta que conduce hacia ese departamento hay varios sitios que se especializan en su producción. Uno de ellos se ubica en el km 21, en Lo de Coy, Mixco. Ahí atiende Pablo García, quien ha estado en el negocio desde hace 15 años. “Los transportistas las solicitan de este tipo porque son duraderas”, afirma. Dependiendo del uso y mantenimiento  tienen una vida útil de siete a 10 años.

La madera que por lo regular se emplea es la del árbol volador, pues es bastante dura.

El primer paso es curarla, para evitar que se arruine. Luego, los fabricantes toman las medidas del camión para que la carrocería encaje. “Hay desde 12 a 26 pies de largo”, refiere Filiberto Galindo López, quien labora desde hace casi 10 años en un enorme predio  en el km 48.5, en San Miguel Morazán, Chimaltenango.

El último paso, después de un largo proceso de carpintería y herrería, es hacerlas bonitas. Para ello, cual artistas, ponen en marcha su imaginación. Usan pintura de aceite; usualmente, cuatro o cinco “manos”.

El diseño lo brindan los propietarios de los camiones y en otros casos se lo dejan a criterio del constructor. “Puede que sea una ‘w’, una ‘z’, líneas horizontales o verticales o la tradicional ‘cola de avión’”, explica García.

La carrocería está lista al cabo de tres días, en el caso de las más pequeñas. Las de mayor tamaño están en poco más de una semana. “En cada una llegan a ocuparse hasta cinco carroceros”, refiere Galindo.

Los precios, por supuesto, varían según la cantidad de material que se emplee, pero, en general, van desde los Q10 mil a los Q26 mil.

Cambios

Hoy, muchos camiones se venden con esta estructura incluida, por lo general de metal. Por eso, según Maldonado, hay menos solicitudes de carrocerías de madera. “Hace una década entregaba 10 al mes, pero en estos tiempos, menos de la mitad”, comenta. “Antes iba a los aserraderos y encontraba a colegas esperando a cargar la madera. Hoy rapidito sale uno”, agrega.

Pese a la baja en la demanda, todavía son bastantes los coloridos camioncitos que recorren nuestro país, con propietarios transportando los frutos de la agricultura.

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