Revista D

Un mundo de símbolos en textiles mayas

Como marcas indelebles e identitarias, las figuras bordadas en los textiles mayas reflejan una minuciosa interpretación de la realidad y sus aristas.

Detalle de un huipil de San Lucas Tolimán (Sololá) en el que pueden apreciarse líneas coloridas con figuras del pato poc. (Foto: Cortesía Bárbara Knoke de Arathoon)

Detalle de un huipil de San Lucas Tolimán (Sololá) en el que pueden apreciarse líneas coloridas con figuras del pato poc. (Foto: Cortesía Bárbara Knoke de Arathoon)

Los procesos de culturización —inducidos por el rápido caminar del denominado progreso— han demostrado en el tiempo cómo los grupos sociales pueden llegar a ser transformados en híbridos idiosincráticos determinados por cambios en sus idiomas, tradiciones y formas de vida relacionadas con los territorios geográficos que habitan.

Guatemala no dista de ello y en el país los casos son innumerables. Entre esos destaca el de la aldea San Antonio Las Flores, Chinautla, a 15 km del casco urbano central de la ciudad de Guatemala.

Allan Peinado, de 23 años, reside en la comunidad y sus ocupaciones se diversifican desde la enseñanza de marimba y el estudio, hasta las actividades hogareñas y, en especial, la elaboración de textiles que lleva a cabo desde hace ocho años.

Aunque para estos tiempos resulta un caso atípico para los pobladores mayas kaqchikeles de la comunidad, Allan considera su ejercicio como tejedor una forma de resistencia y una acción de rescate de la memoria identitaria individual y comunitaria de la zona.

“Me resultó necesario recuperar el uso de textiles ante los procesos que ha sufrido la comunidad”, cuenta Peinado en referencia a la culturización que comenzó a surgir en su aldea, luego del terremoto de 1976.

El joven considera que la situación socioeconómica, y en particular el racismo, contribuyeron a la pérdida del uso de indumentarias autóctonas en San Antonio Las Flores.

A su vez, infiere que si había alguien que debía recuperar esa vivencia ese era él. Así, desde el aprendizaje del bordado por parte de familiares, y su puesta en práctica, el joven recupera con sus manos el acervo ancestral de su comunidad.

“Es valioso rescatarlo y luchar para que la población reconozca el trabajo que desde siempre se ha hecho por mujeres y que nos identifica como comunidad kaqchikel en Chinautla. La memoria colectiva, al final, no le pertenece a una persona, sino al conocimiento de todo un grupo”, apunta el tejedor, músico y maestro.

El textil como identidad individual y colectiva

La antropóloga Bárbara Knoke de Arathoon, quien ha estudiado de cerca los tejidos mayas y su simbolismo durante los últimos 30 años, refuerza lo que Allan Peinado reivindica: “La indumentaria es un símbolo de identidad local, pero también de etnicidad”.

En su publicación Huellas prehispánicas en el simbolismo de los tejidos mayas de Guatemala, señala que los tejidos utilizados por la población maya son, a la vez, signos que hacen referencia a la identidad de las personas dentro de una comunidad, tanto de manera individual como colectiva; al estatus dentro de ese grupo o a las ocasiones, ya sea como parte de la cotidianidad o una ceremonia.

Desde las apreciaciones que se han hecho en la vivencia ladina, y también confirmadas por personas indígenas mayas, hay una diversidad de textiles en los que se han impreso los componentes identitarios mencionados anteriormente. Entre los más comunes que suelen utilizarse al vestir están los huipiles, los cortes, fajas y tocados, además de la prevalencia de pañuelos, servilletas y paños, entre otras piezas.

Bordado de un león de la riqueza, elaborado en Nahualá (Sololá). (Foto: Cortesía Bárbara Knoke de Arathoon)

Knoke de Arathoon dice que en cuanto a los trajes que se utilizan —en gran proporción por mujeres mayas— se puede hablar de los “generalizados”, que muestran la combinación de huipiles y un corte de un mismo sitio, y los “pan—maya”, destacados por combinar piezas de distintos lugares de origen.

La implementación de un corte de Salcajá, un huipil de Almolonga, una faja de Santa María de Jesús y un tocado de Zunil en un vestuario ejemplificaría el uso de un traje pan—maya, describe la antropóloga.

Dicha versatilidad en el uso de piezas corresponde también a la imparable transformación de la sociedad. “Factores como internet, la globalización y la comunicación han cambiado los códigos de uso de las vestimentas, de tal manera que es habitual y muy aceptado por jóvenes, comenta.

Otro aspecto que cabe dentro de estas apreciaciones se relaciona con los huipiles sublimados: tejidos que, a diferencia de uno bordado “auténticamente”, cuentan con diseños impresos mediante la sublimación textil.

Imagen de un centro de mesa tejido con figuras de muñecas brocadas con tramas suplementarias. La pieza es originaria de Santa Catarina Palopó en Sololá. (Foto: Cortesía Bárbara Knoke de Arathoon)

De acuerdo con Knoke de Arathoon, la utilización de estas piezas hace referencia a los costos económicos. Mientras que un huipil podría tener un precio de Q 600 a Q3 mil  o más, los huipiles sublimados tienden a ser más accesibles, de unos Q100.

A diferencia de las piezas bordadas a mano, los huipiles sublimados suelen tener una durabilidad más corta. Debido al algodón, los huipiles “auténticos” pueden llegar a preservarse muchísimos años.

En síntesis, precisa, optar por un huipil sublimado responde a aspectos económicos, pero también culturales o generacionales. Cabe la posibilidad de que quienes vistan piezas de esas características no se sientan identificados con los símbolos que representan para muchos otros dentro de la misma comunidad étnica.

Es preciso resaltar que al hacer alusión a las piezas textiles utilizadas por personas mayas —los trajes en general— no se habla de un “traje típico”, ya que es una expresión peyorativa. En su lugar, se recomienda utilizar las expresiones “vestimenta o indumentaria maya”, sostiene la antropóloga.

Símbolos o pequeñas revelaciones de mundos

Así como los trajes pueden ser leídos desde una amplia significación, los símbolos, las figuras o pequeñas tramas bordadas que les dan vida también resuenan con distintos sentidos.

De acuerdo con Knoke de Arathoon, para comprender mejor lo mencionado se puede partir de un modelo lingüístico en el que los símbolos están compuestos por dos elementos: el significante y el significado.

El significante está constituido por una imagen que incluye rasgos como las formas o los materiales con que fueron elaborados los símbolos dentro de las piezas textiles. En esos casos, apunta la antropóloga, se puede contemplar un traje completo, una prenda, una parte de la misma o un elemento de diseño. Por otro lado, el significado hace referencia a las ideas o conceptos alrededor de la pieza observada.

Más allá de las impresiones dadas por esos conceptos, los símbolos también pueden abordarse desde otros dos enfoques: uno “émico” y otro “ético”, según el antropólogo y lingüista Kenneth Pike.

El enfoque “émico” está fundamentado en descripciones que reflejan una visión de los informantes partiendo de criterios que forman su sistema cultural, que en el caso de los textiles mayas alude a quienes elaboran las piezas. El enfoque “ético” por otro lado, se destina a un abordaje hacia los criterios y categorías de los investigadores, generalmente antropólogos o historiadores.

En la publicación Huellas prehispánicas en el simbolismo de los tejidos mayas de Guatemala, Knoke de Arathoon se refiere a la importancia de distinguir estos tipos de enfoque empleados en el estudio del simbolismo de los tejidos, ya que las respuestas pueden ser distintas partiendo de distintas perspectivas.

Muchas veces, las interpretaciones a partir de los símbolos pueden discrepar entre lo que los académicos sostienen y lo que las mismas personas que han tejido las piezas dan como significado, explica la antropóloga en su texto.

Asimismo, expresa que, en ocasiones, las piezas bordadas pueden incluir figuras que no tienen un significado especial. Por el contrario, puede ser que estas cumplan en realidad un sentido estético que destaque por su colorido  o  la complejidad de su elaboración.

Por ejemplo, en algunas prendas suelen aparecer franjas horizontales intercaladas que son propuestas para separar figuras dentro del mismo lienzo que, en sí mismas, puede que tengan  un significado. “Equivalen a un punto y seguido de una oración. —Es un— signo que denota una idea o concepto diferente”, puntualiza.

Otro elemento relacionado con el análisis de los símbolos tejidos tiene que ver con el préstamo de estos entre varias comunidades étnicas. La antropóloga expresa que con el paso del tiempo se ha popularizado el hecho de que distintos símbolos pueden estar presentes en el imaginario de diferentes  comunidades sin necesidad de guardar un mismo significado.

“Se ha popularizado el préstamo de símbolos entre comunidades, en el que  unas adoptan el estilo de otras, pero cada una y cada quien le dan un significado propio”, subraya.

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