Mayweather se ha encar gado mejor que nadie, quizás en la historia, de vender su marca e imagen. “Soy el rostro del boxeo”, proclamó el es tadounidense de 36 años, con su arrogancia de siempre, aunque sin la grandilocuencia de otros tiempos.
La realidad es que May weather tiene toda la razón. Y no solo es el rostro del boxeo, también es el atleta mejor pa gado del planeta. Durante buena parte de su carrera, Mayweather se ven dió como el malcriado y ma lencarado, sus insultos a opo nentes, altercados con su pa dre —intermitentemente, en trenador— y problemas con la ley opacaron por momentos la brillante trayectoria invicta.
Ahora, con un contrato con Showtime y CBS que podría alcanzar los US$300 millones, Mayweather asemeja más a un ejecutivo de una corpo ración multinacional.
Mide cada palabra y gesto, calculando el efecto como si fuera el impecable jab que ha utilizado para ganar sus 45 peleas, incluida la lección de la semana pasada durante la pelea ante el Canelo Álvarez.
“Cualquier cosa que un bo xeador haga bien, yo la hago fabulosa. El 14 de septiembre fue solo otro peldaño”, pun tualizó Mayweather.
Revista TodoDeportes
Floyd Mayweather Jr. es sinónimo de éxito y dinero
Floyd Mayweather Jr. llegó al podio para la última conferencia de prensa antes de su megapelea contra Saúl Álvarez y, antes de tomar asien to, revisó los pequeños car teles colocados en la mesa de los protagonistas.
Floyd Mayweather Jr. festeja efusivamente al final del combate, en el cual venció a Saúl el Canelo Álvarez, y unificó los títulos del CMB y OMB.
Algunos llevaban los nom bres de las personas asignadas a cada silla, otros tenían el lo gotipo de una cervecería pro motora del combate. Mayweat her movió una de las pancartas de la bebida y tapó el espacio con una gorra blanca y negra con las letras TMT, las iniciales de su grupo The Money Team.
Así es Mayweather. La marca siempre va primero. Más allá de los ingredientes deportivos —dos púgiles in victos, en óptimas condicio nes físicas, con estilos con trastantes— que sostuvieron entre Mayweather y Álvarez sirvió como un estudio del negocio del boxeo.