Su gran momento depor tivo lo ha transformado en el futbolista del momento. Ribéry ha recibido elogios de sus compañeros y de la Prensa, y se asoma como uno de los jugadores claves en el Bayern del técnico Pep Guardiola.
SUFRIDO
La vida de Frank Ribéry está marcada por el sufri miento. Las cicatrices en la cara, que lo hacen reconocido en el mundo del futbol, son producto de las tantas anécdotas que marcaron su infancia.
El francés cuenta que nunca se operó porque las cicatrices le ayudaron a for mar su carácter. No obstan te, estas se convirtieron en un difícil episodio, que no fue el primero que el pequeño Frank tuvo que afrontar: recién nacido, sus padres lo abandonaron en un convento.
Se crió en un internado, bajo los cuidados de las monjas y se escapaba con frecuencia para jugar futbol.
Tiene una cicatriz en el pómulo derecho, por una herida que le dejó un accidente automovilístico que sufrió a los 2 años de edad, al estrellarse contra el parabrisas. Tuvieron que hacerle una re construcción facial, por los cortes que le produjeron los cristales.
Su infancia fue una ver dadera tortura. Frank fue víctima de insultos de sus compañeros, que se burlaban de su condición física: Richy, el cara cortada; Scarface, de la mítica película de Al Pacino que casualmente se estrenó el mismo día que él nació —7 de abril de 1983—.
“De pequeño se burlaban de mí y me escondía a llorar en un rincón. Pero eso me ha ayudado en la vida”, declaró alguna vez Ribéry.
Como parte de su creci miento tuvo varios empleos antes del futbol. Fue peón en la construcción y se levan taba a las 5 de la mañana para trabajar.
Entre los últimos aconte cimientos que ha vivido des taca su matrimonio con Wa hiba Belhami, una francesa de origen argelino por quien se convirtió al islam y con quien procreó tres hijos.
En el 2001 debutó con el US Bolougne de su ciudad natal. En junio del 2005 fichó por el Olympique Marseille y de este equipo dio el salto al Bayern Múnich durante la temporada del 2007.
Según dice, con los años se ha convertido en bávaro y, sin duda, ha sido durante el tiempo uno de los jugadores más determinantes del Bayern, por su velocidad y sus regates por la banda, y en los últimos tiempos, por su voluntad para bajar a recuperar balones.
En el primer año, Ribéry y el Bayern brillaron juntos, y el nombre del francés empezó a convertirse desde ese momento en una de las fi guras emblemáticas de los bávaros.
Ribéry es hoy el mejor de Europa. También lo es Bilal Yusuf Mohammed, el nombre que adoptó cuando se convirtió al islam. Pero esa es otra historia. La actual dirá que hubo una vez un francés que derrotó a Messi y a Cristiano.
CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS