Escenario

Una cura para cada quien

La tecnología médica ha permitido desarrollar fármacos especializados que se basan en el perfil genético del paciente, lo cual brinda mejores resultados del tratamiento.

En 1972 se creó la primera molécula de ADN recombinante en laboratorio. Este proceso consiste en “cortar” y combinar fragmentos de ADN de diferentes fuentes para el aislamiento de genes o para alterar su estructura o función, explicó el médico Rodolfo Lambour, director de la Federación Centroameriana de Laboratorios Farmacéuticos, durante el taller regional de medios Medicina Personalizada, que se desarrolló en México.

Esto abrió el campo a la medicina genómica personalizada o farmacogenómica, en la que se emplean biofármacos, en las dosis adecuadas, según la variación genética que padece un mismo grupo de pacientes. Cada vez que se descubre una variación genética diferente, se crea un nuevo medicamento.

Características

En esta medicina se involucra a la epigenética, que analiza los factores no genéticos, como los medioambientales, que pueden incidir en la transmisión de patologías de una generación a otra. Las alteraciones en los mecanismos epigenéticos originan padecimientos como el cáncer, enfermedades neurodegenerativas y autoinmunes. “Un mismo medicamento actúa distinto en las personas, aunque padezcan la misma enfermedad: en unos no funciona, en otros provoca efectos secundarios adversos y en los demás resulta eficaz”, afirmó Eddy González, médico genetista y director de Genómica.

Por ejemplo, muchos pacientes diabéticos tienen problemas gastrointestinales. Mediante un examen genético se determina que sus molestias se deben a la intolerancia al gluten, algo común en esta enfermedad, luego de lo cual se individualiza su terapia, refirió González. Esto permite conocer por qué la persona no responde de manera adecuada a los tratamientos y así evitar pérdida de tiempo y dinero, comentó en el taller Abdieel Esquivel, especialista mexicano en Inmunofarmacología y Terapias Biológicas.

El mecanismo de esta terapia consiste en identificar el gen que participa en el desarrollo del cáncer de mama, por ejemplo, e inhibir su función con moléculas para interrumpir el proceso de la enfermedad, explicó González.

Estos medicamentos, que pueden ser bebibles o inyectados, se enfocan en padecimientos neurológicos, reumatológicos y oncológicos. En Guatemala se emplean para tratar principalmente cáncer, artritis reumatoide, hipercolesterolemia, diabetes y esclerosis múltiple.

La medicina personalizada, por ahora, tiene altos costos, pero los beneficios son múltiples y cuando se recetan las dosis exactas disminuyen las reacciones adversas, hay elección certera del fármaco y mejor cumplimiento del tratamiento. Asimismo, tiene mayor probabilidad de éxito terapéutico.

Preventiva

Esta medicina también es predictiva, ya que ayuda a identificar el gen que predispone a la persona a padecer una enfermedad específica y así diagnosticarla de manera temprana, afirmó Esquivel.

El uso de estas pruebas genéticas requiere consejo médico profesional, para evitar malas interpretaciones de los resultados.

Al ser fármacos específicos, no se adquieren en las farmacias, sino mediante instituciones de salud públicas o privadas, y son los especialistas quienes los administran, indicó Lambour.

Algunas farmacéuticas solo los proveen cuando existe un examen genético previo. Se debe consultar a los especialistas para determinar si la persona es candidata a este tipo de tratamiento, añadió Lambour.

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