Los principales aspirantes son el empresario e ingeniero civil Elvin Santos, del oficialista Partido Liberal (PL, derecha), y el agricultor a gran escala Porfirio Lobo, del Partido Nacional (PN, derecha).
Carlos H. Reyes, independiente, se retiró del proceso, y César Ham, de Unificación Democrática (UD, izquierda), decidió seguir en la contienda. Ambos son miembros del Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado y que han llamado a bloquear los comicios.
Unos 4.5 millones de hondureños están convocados a elegir gobernante, 128 diputados titulares con sus respectivos suplentes y 20 para el Parlamento Centroamericano, y las alcaldías de 298 municipios. El nuevo gobierno tomará posesión el 27 de enero próximo.
Según la última encuesta de la firma CID-Gallup, Lobo tiene el 37 por ciento de la intención de voto y Santos el 21 por ciento, mientras que Ham ocupa el tercer lugar con tres por ciento.
A ocho días de los comicios, la campaña proselitista mantiene un bajo perfil y se ha trasladado sobre todo a la radio y la televisión.
Las elecciones son rechazadas de plano por Zelaya, quien a la vez se niega a volver al diálogo con el presidente de facto, Roberto Micheletti, pese a las últimas gestiones del emisario de EE. UU., Craig Kelly, que trató de impulsar el Acuerdo Tegucigalpa/San José, firmado el 30 de octubre último.
Desacuerdos
Micheletti, EE. UU. y todos los grupos de poder de Honduras, incluida la mayoría de candidatos presidenciales, afirman que las elecciones serán la solución de esa crisis.
Sin embargo, el secretario general de la Organización de los Estados Americanos, José Miguel Insulza, y los gobiernos de Sudamérica, con excepción de Colombia, han anunciado que desconocerán las elecciones si antes no se restituye a Zelaya.
Lo último que ocurrió fue que Micheletti anunció su retiro por ocho días, con el argumento de que la atención de los hondureños esté concentrada en el proceso electoral y no en la crisis política.
Zelaya denunció que, con su retiro temporal, Micheletti pretende “legitimar y blanquear el golpe de Estado y ocultar la verdad y los crímenes cometidos contra el pueblo, la Constitución y la democracia”.
Con todo lo que ha pasado en Honduras desde el golpe de Estado todo parece indicar que las elecciones se efectuarán con “normalidad”, aunque nadie se atreve a predecir nada debido a que la tensión se mantiene y continúan las protestas y amenazas de los seguidores de Zelaya, de bloquear las elecciones al considerarlas ilegítimas.
con información de las agencias afp, efe y sitios de internet
Ilegalidad Fracaso Restitución
El Congreso Nacional de Honduras anunció que se reunirá el 2 de diciembre próximo para decidir, tal como lo estipula el Acuerdo Tegucigalpa/San José, si restituye en el cargo a Zelaya hasta la conclusión del actual período gubernamental, el 27 de enero del 2010.
Pero el presidente derrocado ha renunciado a volver al poder y a formar parte del gobierno de unidad, porque considera que solo podría servir para “encubrir” el golpe de Estado.
Zelaya, quien se encuentra refugiado en la Embajada de Brasil desde el 21 de septiembre último, afirmó “que de continuar el fraude electoral, será necesario repetir o reprogramar los comicios próximos (por) ser ilegales”.
