Vida

Fundación Paiz realizó exposición homenaje

Dedicada a la pintora Antonia Matos

En general es discutible y difícil atribuir a un artista una generación. ¿Dónde acaba y dónde empieza? Tan difícil como atribuirle en forma definitiva sus lazos de continuidad. La mayor parte de las obras de esta muestra, al menos los desnudos, me parece que son estudios.

La pintura de Antonia Matos es desenfadada, más que de colores tenemos que hablar de tonos cálidos y fríos, de empastes. En su obra existe un cierto rechazo a cualquier constreñimiento y normalización formal. Su obra se coloca en el punto justo en que caos y orden se encuentran (retrato de Pedro Aycinena).

Paradójicamente, el realismo, tal como se entiende desde Courbert, nació de una actitud rebelde e innovadora; fue entonces cuando se rompió el equilibrio existente entre arte y público. El divorcio entre la vanguardia y el arte oficial se produce entonces. Creo que nada de esto le interesaba profundamente a Antonia Matos. A lo que llega esta pintora es a poder captar la sugerencia esencial del tema. Para colocar plenamente a esta pintora dentro del contexto de ?influencias o referencias?, debemos buscar en el ambiente que obviamente encontró en París, en la década 1920-30.

Es decir, los planteamientos de Aristide Maillol (1861-1944), André Lhote, Maurice Denis (1880-1854), escribió ?El Neotradicionalismo? y otras curiosidades estéticas, hoy muy útiles y, sobre todo, Amadeo Modigliani, pudieron haber influido la obra de Matos.

Me recuerda lo escrito por Paul Valery: ?Lo que sucede es que va y viene de la materia a la idea, de su espíritu a su modelo, y cambia lo que quiere por lo que puede y lo que puede por lo que obtiene?, por medio de esa fuerza, traza la línea, la superficie, el número, el orden y el ritmo, etc.

Creo que a Antonia Matos no le interesaban las vanguardias, las vivió como espectadora; prueba de ello es su participación a los modelos decimonónicos que le ofrecían los Salones Oficiales. Yo no me alarmaría en absoluto por no incluirla en el núcleo de los excelentes artistas como Gálvez Suárez, Garavito o Julio Urrea.

Y Antonia Matos no vivió ni en el cruel ostracismo: surgía cuando quería y su obra fue siempre altamente reconocida. Es en la personalidad de la artista que hay que buscar esa indiferencia. ¿Hubo corriente impresionista o posimpresionista en Guatemala? No. Según Pierre Francastel, ?el apogeo del Impresionismo fue hacia 1875, y su declive hacia 1885; a partir de esa fecha el movimiento se había disociado?. Antonia Matos llegó a París a estudiar pintura, dibujo, etc., pero no llegó como artista ?consumado?. Un artista ?consumado? llega a integrarse al movimiento que surge, tal como lo realizó Mérida o Valenti. Subartés volvió a París hasta 1935.

De Barcelona partió a tierras uruguayas, por lo que Matos conoció a Picasso probablemente a través de Carlos Mérida. Pero todo esto llegan a ser puras anécdotas alrededor de Antonia Matos. Nos legó su obra, obra exigente; en ella hay verdad sin trucos y sin evasivas. Posee una profunda sabiduría técnica, hace de la pintura un testimonio humano, logra lo más difícil en el arte, la fidelidad hacia sí misma. Los retratos sacan afuera lo que llevan dentro. Se diría que la pintora también los vio desde el interior.

En sus retratos hay ansia por alcanzar el aliento último. No en balde se dice que todo retrato también es un autorretrato.

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