Escenario

Istmo se mueve

La Compañía de Danza de Centroamérica y el Caribe (Codaca) expresa tanta belleza, virtuosismo y sublime ejecución que bien podría tener un nombre más poético. Quizá se podría llamar Istmovimiento, Danzas Unidas de Centro América, Danzamérica o alguna expresión que refleje mejor tanto talento reunido de varios países hermanos.

El escenario de la sala Efraín Recinos, del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, se llenó de música, color y movimiento la noche del miércoles, en tanto que el jueves el exconvento de la Compañía de Jesús, en Antigua Guatemala, sede de la Cooperación Española, fue el que irradió imaginación.

La compañía está compuesta por 14 bailarines, dos provenientes de cada país de Centroamérica, Panamá y República Dominicana.

Las ocasiones descritas son la culminación de la gira de 12 presentaciones en los mencionados países, que empezó en diciembre y que mediante el lenguaje corporal transmite el anhelo de paz y alegría de estas naciones.

Sin límites

Si algo abundó en la presentación, fue la energía, la destreza, el gusto y las ganas por bailar.

La presentación, que duró un poco más de media hora, fue suficiente para demostrar que los 14 corazones de los centroamericanos y caribeños latían en armonía con la música de alegres ritmos latinos de tambores, marimba y otros instrumentos autóctonos.

Vestuario blanco básico, de pantalón y chaleco, los hombres, y vestido holgado, las mujeres, bastaba para dejar entrever que aquí pesaba más la vocación dancística por encima de cualquier otro lenguaje. Con total libertad creativa bailaron por momentos hip-hop y danza contemporánea, o corrieron haciendo cabriolas para probar que el espíritu artístico libera de la indiferencia.

Lo nuestro

En la primera parte del programa el Ballet Moderno y Folclórico de Guatemala, brilló con la obra Guatemala.com, del coreógrafo Amadeo Alvizures, que muestra la riqueza sociocultural de nuestro país y sus costumbres por medio del realismo mágico y un lenguaje visual osado. Las escenas cautivaron a los asistentes, entre los que se contaban integrantes de delegaciones diplomáticas.

Unieron fortalezas

La obra titulada Otros mares, de la compañía centroamericana y del caribe, es inspiración del coreógrafo alemán Mark Sieczkarek.

La nombró así por vivir en otro punto geográfico del planeta y porque cada participante podía aportar su ingenio.

Según los bailarines, Mark no les impuso nada, aunque él traía una idea, no ensayaron con un guión previamente fabricado, sino más bien el coreógrafo aprovechó y orientó las fortalezas de cada uno, pues en el grupo unos bailan breakdance, hip-hop, danza moderna o contemporánea.

De lo que sí estuvo muy atento el coreógrafo fue de bajar las revoluciones de los danzantes acostumbrados a los ritmos de estas tierras, candentes, acelerados, enérgicos, alegres, casi frenéticos. “Hazlo con menos prisa, con calma, solo dejar fluir tu sentimiento, con naturalidad”, les decía.

Los guatemaltecos

Los bailarines Ana Sofía Villar y Josué Barrios, del Ballet Moderno y Folclórico de Guatemala, representaron a nuestro país en la compañía. “Fue una experiencia de vida, difícil por momentos, pero gustosa de hacerlo. Me sirvió para darme cuenta de que a la danza pertenezco y a esto quiero dedicarme”, expresa Villar.

“El coreógrafo me dijo: Demuéstrame qué puedes hacer, porque eso será tu aporte a la obra”, dice Josué Barrios.

Primera vez

“La integración de la Compañía de Danza de Centroamérica y el Caribe busca la integración de artistas del área, el fortalecimiento de la danza contemporánea en la región y promover la formación de líderes culturales”, comenta Helmut Schippert, subdirector de Goethe Institut Mexiko, entidad alemana que patrocinó la capacitación y gira artística de los 14 bailarines.

“Esperamos continuar con esta iniciativa, porque esta experiencia ha demostrado que existen muchos jóvenes con talento”, expresa Lucía Armas, directora de Fomento del Arte Guatemala y representante guatemalteca ante el comité Codaca.

Otros mares
Obra coreográfica de  Mark Sieczkarek.

El autor buscó durante cinco semanas ritmos que reflejaran la diversidad de los países de origen de los bailarines.

Participan 14 bailarines,  dos de cada país de Centroamérica, Panamá y República Dominicana.

Los artistas integran la Compañía de Danza de Centroamérica y el Caribe (Codaca).

La obra ha sido presentada en 12 ocasiones.

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