Guatemala

Lepra, amor y trato igual para los pacientes

En el siglo XIX, los leprosos debían llevar una campana para anunciar su paso por las calles, para que nadie se acercara a ellos.

Pese al paso de los años, esta enfermedad aún no ha sido erradicada de Guatemala. La diferencia es que ahora quienes aún la padecen, reciben atención adecuada en el Hospital Las Piedrecitas, zona 6.

La enfermedad, que ha atemorizado a generaciones desde la época de Jesucristo y está documentada incluso en pasajes bíblicos, cuando era considerada una maldición, todavía aqueja a algunas personas en Guatemala, con la diferencia que ahora reciben tratamiento adecuado.

?En los años de 1800 era prohibido que el paciente leproso caminara por la misma calle que las demás personas?, comenta Peter Greenberg Cordero, subdirector del hospital Las Piedrecitas.

Los tiempos han cambiado. Los pacientes que antes sufrían de marginación total y falta de atención adecuada, ahora reciben tratamiento en Las Piedrecitas.

Según Greenberg, actualmente el centro atiende a ocho pacientes activos, a quienes ofrece atención gratuita.

No se ha erradicado

?No podemos decir que la lepra está erradicada. El año pasado atendimos un nuevo caso que no había recibido tratamiento, ni diagnóstico?, informa.

A decir de Greenberg, desde el criterio de la Organización Panamericana de la Salud y Organización Mundial de la Salud, OMS, la lepra en Guatemala está erradicada, porque se considera activa cuando hay un caso por cada cien mil habitantes.

El año pasado en el país, con una población que se acerca a 12 millones, sólo se detectó un caso.

Para el especialista, el trabajo en busca de enfermos de lepra debe continuar, y así evitar que haya más víctimas, pero también se debe educar a la población para que no exista más rechazo y miedo hacia ese mal.

Luchan por una vida normal

Narcisa de León, Petrona Alarcón y Elbita Suchité son pacientes del hospital Las Piedrecitas.

Con dificultad en lo que queda de sus manos aquejadas por la enfermedad, pero con deseos de llevar una vida normal, diariamente realizan terapia y elaboran coloridas manualidades.

?Doña Chichita?, como es conocida Narcisa, no sabe que tiene la enfermedad. Lleva más de 12 años de recibir tratamiento gratuito en Las Piedrecitas.

Las muñecas iluminan su mirada diariamente, ya que siempre le gustaron y ahora tiene posibilidad de hacer distintas manualidades con ellas.

?Tenemos gente bastante mayor que por su incapacidad física no se pudo incorporar a la sociedad.

La persona que más tiempo tiene de vivir en el hospital cuenta con 53 años?, indica Greenberg.

La atención es totalmente gratuita. Esto incluye prótesis en dientes y oídos, y calzado especial, entre otros insumos.

Se calcula que un tratamiento por paciente con lepra oscila entre Q2,000 y Q2,500 diarios.

Como cualquier paciente

?La educación es la base para romper todo tipo de temor que podamos tener para evitar marginación hacia los pacientes, por ejemplo, con lepra?, indica Greenberg.

Señala que no es una enfermedad altamente contagiosa, como se pensaba.

Sus síntomas son pequeñas manchitas en la piel; en algunos casos, ronchitas rojas o pelotitas

La principal manifestación es una especie de anestesia en el área afectada.

Por lo general, el paciente no sabe que tiene lepra. El diagnóstico se realiza por medio de biopsia, que consiste en tomar un pedacito de piel y hacer coloraciones para teñir la ?micobacteria? parecida a la de la tuberculosis, que es la que causa la enfermedad. Esta se denomina Micobacterium leprae.

La principal vía de contagio es estar mucho tiempo viviendo en intimidad y contacto con la persona que sufre la lepra y estar predispuesto genéticamente a adquirirla.

Todos los hijos o familiares se consideran contactos de lepra y se les hacen exámenes para detectar que no vayan a desarrollar el mal por herencia.

Hay dos tipos de lepra: Lepromatosa, que se disemina en todo el cuerpo y depende de las defensas de la persona. Quien no logra combatir al bacilo y matarlo, desarrolla la lepra lepromatosa en todo el cuerpo.

También está la lepra tuberculoide: una persona con defensas altas puede lograr frenarla, con antibióticos.

Enfermedad, no castigo

En el siglo XIX, el noruego Amadeus Hansen descubrió que la lepra es una enfermedad infecciosa. El hallazgo fue anterior al descubrimiento del bacilo de la tuberculosis.

?Este fue un gran avance en la investigación de la enfermedad, porque se descubrió que era derivada de un agente causal y que no se trataba de una maldición o un castigo de Dios, como se decía?, expresó Greenberg.

Entre 1940 y 1960 se empezaron a impulsar los primeros tratamientos avanzados de pacientes con lepra.

No obstante, fue hasta 1972 que se fundó el Patronato de Acción Contra la Lepra, cuando se inició el tratamiento de la enfermedad como una campaña nacional.

Hospital dermatológico

El hospital Las Piedrecitas, donde funcionan el Instituto Dermatología y el Patronato de Acción Contra la Lepra, fue abierto en 1890, a seis kilómetros del casco de la ciudad, con el propósito de tener centralizados a todos los pacientes con lepra.

Las funciones del instituto son la erradicación de la lepra y darle tratamiento afín a otros pacientes con problemas dermatológicos.

Actualmente, el Hospital atiende cada año a 45 mil pacientes con diversas afecciones de la piel.

Asimismo, recibe estudiantes de dermatología de Centroamérica y atiende pacientes guatemaltecos y de otras nacionalidades.

Funciona gracias a la ayuda de empresas y personas anónimas. La consulta médica cuesta Q15. El centro también vende medicina a bajo costo.

Ayuda: Convivio Navideño

Gracias a la iniciativa y entusiasmo de la familia Paz, los enfermos de lepra y los demás pacientes del Hospital La Piedrecitas festejan cada año su agasajo navideño.

Jane Klussman Paz, organizadora de la actividad. Indica que este año el convivio está programado para el 14 de diciembre, a las 15 horas. ?Mi mensaje para la población en general, es que los pacientes leprosos son personas que no buscaron estar enfermos y merecen respeto, amor y cuidados, como cualquier otra persona?, afirma Klussman.

Ella lleva varios años de organizar la reunión navideña de los enfermos con lepra. ?He experimentado paz y cercanía con Dios al conversar con los leprosos?, agrega.

Con el apoyo de varias empresas anónimas, Klussman lleva todos los años regalos, música y comida a los internos.

Este año, su idea es que llegue Santa Claus. Dice que quienes deseen ayudar para el convivio, pueden comunicarse al teléfono 215-2666.

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