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Pirlo es la inteligencia hecha hombre sobre el césped

Cuando Italia dé comienzo a su mundial contra Inglaterra, Andrea Pirlo ya habrá cumplido 35 años. Con esa edad Zidane disputaba los últimos minutos de su carrera en Alemania 2006, y Del Piero, otro de los que arrancaban aplausos en cualquier estadio, se despedía de la azzurra en Austria después de la misma tanda de penaltis que encumbró a España.

Andrea Pirlo es el líder y el jugador que necesita Italia para el Mundial de Brasil 2014. (Foto Prensa Libre: Archivo)

Andrea Pirlo es el líder y el jugador que necesita Italia para el Mundial de Brasil 2014. (Foto Prensa Libre: Archivo)

Seedorf renunció a participar con Holanda cuando sumaba 32 primaveras y un decepcionante Kaká abandonaba el Real Madrid por la puerta de atrás con 31. Totti no llegaba a los 30 el día que se marchó del equipo nacional. Andrea Pirlo acabará contrato con la Juventus en el próximo mes de junio, pero se espera una renovación, aunque ya le quedará muy poco por ganar en esto del futbol. Dirigió y conquistó el Mundial 2006, va camino de sumar más ligas con la Juventus que con el Milan, y tiene en su vitrina la Champions League por partida doble y la Copa de Italia, entre otros trofeos menores.

El currículo perfecto y la edad apropiada para convocar a los medios y comunicar, con el semblante serio y los ojos brillantes, que agradeces al futbol todo lo que te ha regalado pero has decidido dar un paso atrás y te marchas a jugar a Estados Unidos, a Qatar o al Dalian Aerbin chino.

Entre los mejores

Sin embargo, no parece que el jugador italiano esté pensando en la retirada: “Sin duda quiero seguir jugando. Veremos si en la Juve o en otro equipo. O juego, o desaparezco”, confesó en noviembre. Y mientras, Pirlo sigue manteniéndose entre los mejores mediocentros del mundo y no ha perdido un solo ápice de habilidad técnica.

En la actual temporada, es cierto que cumple con la dosificación propia de las grandes estrellas entradas en años. La consolidación de Arturo Vidal y Paul Pogba en el centro del campo de Turín ha permitido a Pirlo tomarse un respiro y medir cada una de sus aportaciones. En ocasiones sigue con la mirada las acciones de su equipo en lugar de ejecutarlas él, cumple con un esfuerzo inteligente pero contenido y, por ejemplo, no participa en muchos de los contraataques con carreras innecesarias. El físico ya no es el mismo: la rodilla derecha lo ha castigado este curso dejándolo fuera de los terrenos todo diciembre.

Pero esa es la teoría, en la práctica el 21 de la Juventus no ha jugado menos partidos que sus compañeros y en casi todos lo ha hecho durante los 90 minutos. Reparte buen juego y cuando un balón no pasa por sus pies, al menos sí lo hace por su cabeza. Mantiene una cifra correcta de asistencias y goles y a balón parado sigue siendo uno de los lanzadores más peligrosos de Europa. Así han sido los tantos que ha anotado esta temporada en una disciplina que domina tanto cuando toca ajustar a la escuadra como cuando es necesario sorprender con un disparo raso.

Pieza clave

Con Italia, el Pirlo comedido se desata para convertirse en protagonista absoluto del equipo. Así sucedió durante la pasada Eurocopa con una selección llena de dudas e incógnitas que se hizo mejor conforme avanzaba el torneo. Se pudo escuchar que no llegaría lejos, pero alcanzó la final dejando por el camino a Inglaterra y Alemania. El trabajo de Cesare Prandelli sirvió para limpiar de prejuicios al mundo del futbol: Italia podía jugar bien tocando la pelota y el catenaccio es un término listo para ser desterrado. La pieza indispensable para que esa excelencia se produzca es Andrea Pirlo, que se ha convertido en la mano de Prandelli dentro del campo. Él es quien inicia las jugadas desde la defensa, quien aporta un sentido a cada pase y quien ha permitido convertir el estilo del equipo.

En Milán habrá muchos altos cargos que lamenten su marcha forzada, pero fue Allegri quien acordó que Ambrosini y Van Bommel ocuparían su puesto por delante de la defensa. El primero ahora juega en la Fiorentina y el segundo ya se ha retirado, y mientras a los rossoneri se les caen los anillos vagando por la zona media de la tabla en la Serie A italiana. Parece que alguien tomó una decisión equivocada.

Pura inteligencia

Porque las piernas se cansan, pero la calidad no tiene desgaste conocido. Pirlo ya ha demostrado que puede desequilibrar un partido en cualquier acción insignificante o cuando la tensión es máxima. Nadie podrá olvidar en muchos años el penalti a lo Panenka que merece una denominación propia, porque la sutileza fue indescriptible. Sirvió para derrumbar a una Inglaterra que dominaba la tanda y para confirmar que el mediocentro italiano rebosa talento, pero él no estaba pensando en la lírica cuando elevó suavemente la pelota por el centro de la portería: “Elijo la mejor solución para reducir la posibilidad de error. Lo decido a última hora, cuando veo a Hart moverse sobre la raya de gol. Es puro cálculo”. Eso es Pirlo, pura inteligencia.