A pesar de ser en la actualidad uno de los mejores delanteros del mundo, Dzeko no ha olvidado todo lo que tuvo que vivir cuando solo era un niño. De perfil humilde y trabajador, fue condecorado como embajador de Unicef en apoyo a la infancia de Bosnia. Esta modestia le ha servido para convertirse en un auténtico ícono en su país, el espejo en el que todos los padres bosnios quieren que se miren sus hijos.
De villano a héroe
Sus inicios futbolísticos tampoco fueron un camino de rosas. De hecho, el delantero bosnio es un villano convertido en héroe. Cuando tenía 17 años y jugaba en el Zeljeznicar Sarajevo, le llamaban estaca y le decían que sobraba hasta en el banquillo.
Las burlas eran constantes. Jugaba en el medio del campo, alejado del área, y nunca tuvo la confianza de los directivos ni del entrenador, a pesar de haber estado dos temporadas en la primera plantilla. A Dzeko no le quedó más remedio que hacer las maletas y emigrar al Teplice checo, que pagó 80 mil euros por él.
Allí permaneció dos años, encontró su sitio, explotó y llamó la atención de los ojeadores del Wolfsburgo, que lo fichó por ¤4 millones en el verano del 2007.
Tras una primera temporada discreta —ocho goles en Bundesliga en 28 partidos—, en la campaña 2008-2009 se destapó como un killer.
Sus 26 goles en 32 partidos le sirvieron al Wolfsburgo para proclamarse campeón del campeonato alemán por primera vez en la historia del club.
El bosnio empezaba a sonar con fuerza para los grandes clubes europeos y comenzaba a ser considerado como uno de los mejores delanteros del continente.
El momento esperado
En la siguiente campaña, volvió a lucirse —máximo goleador de la Bundesliga con 22 goles en 34 partidos— y en el mercado invernal de la temporada 2010-2011 le llegó la oportunidad que llevaba toda la vida esperando: el Mánchester City lo fichó por 37 millones de euros.
Por fin tenía la oportunidad de demostrar su valía en un grande de Europa. En Mánchester ha cumplido el sueño de ganar una de las grandes ligas europeas y, a pesar de pasar rachas como suplente, ha sido una pieza clave en el crecimiento del equipo.
Con la selección bosnia es la gran e indiscutible estrella. Desde su debut, en el 2007, ha anotado 33 goles en 60 partidos. Dzeko es un oportunista del área, posee un magnífico remate de cabeza y es letal cuando lo dejan encarar al portero.
Consciente de sus limitaciones, sabe esperar su momento, tirar desmarques precisos y aprovechar todos los balones que llegan al área.
No es un delantero que suela fabricarse los goles con grandes jugadas individuales; su éxito depende de que sus compañeros consigan hacerle llegar balones en posiciones cercanas al arco rival. Una vez allí, el killer bosnio no suele fallar.
De lo que Dzeko sea capaz de hacer dependen la mayoría de las opciones de Bosnia en el Mundial. El niño que sobrevivió a una guerra y fue humillado en sus inicios en su ciudad natal se ha convertido con los años en la gran esperanza de su país.
PERFIL
PERFIL
Edin Dzeko
Nació el 17 de marzo de 1986, en Sarajevo, Bosnia y Herzegovina.Es conocido como el Diamante bosnio. Debutó en el 2003 con el Zeljeznicar Sarajevo, equipo con el que estuvo hasta el 2005. Después militó con el Teplice de República Checa. En el 2007, pasó al Wolfsburgo, de Alemania, y en el 2011 firmó con el Mánchester City, equipo con el que milita actualmente.