“Empezó a decir cosas extrañas, oía voces, dejó de obedecer, se volvió agresiva”, contó Turayev de 62 años.
“Intentaba calmarla, pero ella solo repetía: ¡Tengo miedo, papá!. La llevamos a un hospital. Allí la mantuvieron 13 días”, agregó.
Después de su estancia en el hospital psiquiátrico regional de Samarkand, una ciudad del sudoeste de Uzbekistán, volvió a casa y tuvo que tomar medicamentos durante un largo período, dijo su padre.
“Luego volvió a ser normal”, dijo Turayev.
“Si no se le hace daño y no se le grita, normalmente es muy tranquila”, agregó este hombre de 62 años.
Gulchekhra Bobokulova fue detenida el lunes pasado por la Policía cerca de una estación de metro en el noroeste de Moscú cuando deambulaba con la cabeza de una niña de 4 años, diciendo que era “terrorista”.
“Esto es lo que Alá me ordenó”, declaró la mujer el miércoles pasado al comparecer ante un juez.
Tras prestar declaración, el juez ordenó su detención preventiva hasta el 29 de abril acusada de haber asesinado a la niña y haberla decapitado por “una razón desconocida”.
Durante la audiencia, Gulchekhra hizo declaraciones incoherentes.
“Alá enviará un segundo profeta para traer noticias de la paz, hola a todos”, declaró.
“Tengo hambre, voy a morir en una semana, es el fin del mundo, me prohibieron comer, hola a todos”, dijo, saludando a la Prensa.
La mujer fue sometida a exámenes psiquiátricos y no se excluye que en el momento de los hechos estuviera bajo “la influencia de psicotrópicos o drogas”, indicaron los investigadores.
No practicaba el islam
Turayev aseguró que su hija, madre de tres niños, recibió por primera vez tratamiento en un hospital psiquiátrico en 2002. Después del internamiento el esposo de Bobokulova se divorció de ella y se llevó al hijo mayor.
Cuando le dieron el alta permaneció en casa dos semanas, según el padre, “y de repente una vez más volvió a sentir miedos. '¡Veo sangre!', decía. Temíamos por ella y una vez más la llevamos a otro hospital y la volvieron a ingresar”, recuerda. Turáyev afirma que después de un largo tratamiento, el estado mental de su hija se normalizó.
- Vea el video que muestra cuando Goulchekhra Bobokoulova exhibía la cabeza de la niña en Moscú
https://www.youtube.com/embed/f0ixT3jTrkA
El padre relató que su hija solo tenía estudios de primaria, y que al terminar la escuela se casó y tuvo hijos, por lo que le sorprendió que consiguiera trabajo como niñera en Moscú.
“No sé cómo consiguió un trabajo como niñera, como acabó en esa familia, es algo de lo que nunca hablaba”, dice Turáyev. “A nosotros nos decía que cuando estaba en Moscú echaba de menos a sus hijos. Y cuando estaba aquí —en Uzbekistán— se quejaba de que extrañaba a la niña que cuidaba, le preocupaba cómo estaba sin ella”, añadió.
Pide perdon
“Somos una familia numerosa, tengo seis hijas, 19 nietos y un bisnieto, y estamos horrorizados por lo que hizo. Perdónenla, perdónennos a todos nosotros si es que esto puede ser perdonado. Los niños lloran, la madre ha enfermado. Ni yo ni mi hija queríamos que pasara algo parecido”, confesó el hombre.
“Perdónenla, perdónennos a todos nosotros si es que esto puede ser perdonado”, finalizó.
Otra versión
En lo que pareciera confirmar los problemas psicológicos de Bobokoulova, horas antes de lo declarado por su padre dijo en un supuesto interrogatorio grabado en video, que el asesinato fue un acto de venganza contra el presidente Vladimir Putin por los ataques aéreos rusos en Siria.
Al preguntarle sobre el video difundido el jueves, Dmitry Peskov, vocero de Putin, dijo que es difícil juzgar el testimonio de una mujer que calificó de “evidentemente trastornada” .
En el video, dice que el asesinato de la niña fue una venganza. Al preguntarle contra quién, responde “el que ha derramado la sangre” . Al preguntarle a quién se refería, especificó: “¿Quién la derramó? Putin ha estado lanzando bombas”.
El Comité de Investigación, la principal agencia investigadora de Rusia, no pudo confirmar ni negar la autenticidad del video, pero el vocero Vladimir Markin advirtió en un comunicado que las palabras de Bobokulova deberían ser tratadas con precaución.
“Me he vengado (…) de los que derraman sangre”, afirmó en referencia a los bombardeos rusos en Siria, país al que incluso dijo que le habría gustado ir porque allá las mujeres andan con la cara cubierta.
También contó que leía el Corán y oraba cinco veces al día con lo cual se confesaba “fiel creyente”, lo cual contradice por completo la versión de su padre.
En su primera declaración ante un juez el miércoles afirmó que su atroz acto lo había hecho “por orden de Alá”.