Por otro lado, el sobrepeso y la obesidad tienen consecuencias como el aumento del colesterol y triglicéridos, disminución de la tolerancia a la glucosa y problemas psicosociales, entre otros.
En América Latina, para el 2011, según un estudio efectuado por Unicef, la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial, la prevalencia promedio de retardo en talla en niños menores de 5 años es de 13.4 por ciento —7.1 millones de niños—. En Guatemala, alrededor de la mitad —49.8 por ciento— de los pequeños menores de 5 años tienen baja talla para la edad. Esta cifra excede la prevalencia promedio de África —40 por ciento— y Asia —35 por ciento—.
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Obesidad
Respecto del sobrepeso y obesidad infantil, la prevalencia en América Latina crece de manera rápida. Entre 1990 y 2011 se observó un incremento de 6.5 por ciento a 7.1 por ciento. La situación es alarmante porque un tercio, sino es que la mitad de los niños con sobrepeso lo seguirán siendo cuando sean adultos.
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Frente a esta situación, algunos países han comenzado a implementar políticas que ayuden a disminuir este incremento acelerado. En México, el año pasado se aprobó el impuesto a las bebidas azucaradas y comida chatarra, con el objetivo de desincentivar su consumo. Chile aprobó el uso de etiquetas que alerten sobre los productos altos en calorías, azúcar, grasa saturada y sodio; y este año, en Brasil y México se aprobó una ley que prohíbe la publicidad y uso de caricaturas en los productos dirigidos a niños.
Como respuesta a la problemática a la malnutrición, es importante el cuidado de la nutrición en la ventana de los primeros mil días —lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y una adecuada alimentación complementaria—; la prohibición de la publicidad dirigida a niños —comida chatarra, cereales de desayuno y bebidas azucaradas—, y la creación de espacios seguros para la actividad física.
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*Nutricionista y magíster en Salud Pública