De hecho, se le asocia con los noviazgos, los enamorados y la vida matrimonial.
Valentín observó que al emperador Claudio le interesaba que los jóvenes permanecieran solteros, con el afán de incorporarlos al Ejército. Esto obligó a muchos a no contraer matrimonio o vivir solamente en unión de hecho, lo cual le refutó Valentín, por considerar que el matrimonio es la consumación del amor de Dios, mediante un acto sacramental.
“Valentín de los enamorados”, cuyo nombre significa “Valiente”, vivió en Roma, donde ejerció el sacerdocio, hasta su muerte por decapitación. A escondidas del emperador oficiaba matrimonios colectivos.
Enfurecido, Claudio, aconsejado por sus ministros, ordenó la ejecución de Valentín, por considerarlo una amenaza para el imperio. Se le venera como el santo del amor conyugal desde el año 496.
Sus restos se veneran en la basílica que lleva su nombre, en Terni, Italia. El símbolo de su persona es el almendro, aunque también las personas se demuestran cariño, amistad y amor con rosas, símbolo del martirio, la entrega, el amor en sus diversas manifestaciones y el sacramento del matrimonio.
La costumbre de intercambiar regalos, tarjetas y flores este día nació en Europa durante la Edad Media y la caída del Imperio Romano, y se propagó a Estados Unidos a mediados del siglo XIX.