Porque al adquirirlos, además de contribuir a la extracción ilegal de su hábitat natural, estas especies requieren de atención específica. Y si usted desconoce cómo se comportan y cómo debe cuidarlas, puede llevarse una desagradable sorpresa.
Por ejemplo, las mujeres que tienen en casa a una iguana macho como compañía podrían ser agredidas por el animal cuando se encuentren en su período menstrual.
Ello porque las feromonas que libera en esos días son similares a las que producen las iguanas hembras durante la época de cortejo, en la que el macho somete de forma agresiva a su pareja, y a menos que haya presencia masculina en el hogar, este comportamiento no se inhibirá.
También puede ocurrir que después de comprarlo, su reptil no quiera comer o moverse del lugar donde lo dejó.
Y quizá usted interprete esta actitud como necesidad de ?cariño?, lo cargue o se lo coloque alrededor del cuello para llevarlo de paseo al parque, al supermercado o al cine.
Pero cometería un grave error, pues estos animales son instintivos, así que su conducta es difícil de condicionar, y hasta que se hayan adaptado por completo a su nuevo ambiente, demandan tranquilidad.
Sólo así se sentirán a gusto y empezarán a alimentarse, aspecto vital para que estén saludables por largo tiempo, enfatiza el médico veterinario Rolando Wer, presidente de la fundación ecológica Fundaparque.
Considere que los reptiles no reconocen a su dueño como lo hacen los perros, ya que carecen de memoria para almacenar olores, y tampoco responden a los estímulos afectivos.
Lo peor es que cuando este tipo de ejemplares es sacado de su entorno natural se originan desbalances en los ecosistemas y las especies se tornan más vulnerables a desaparecer.
Mucha higiene
Todos los reptiles, como parte de su flora intestinal, poseen más de tres mil serotipos de Salmonella, microorganismo que al entrar en contacto con los humanos ocasiona diarrea, náusea y vómitos. Y aunque hay tratamiento para la sintomatología, la persona siempre queda como portadora, explica el médico veterinario Héctor Fuentes Rousselin del Hospital de Veterinaria de la Universidad de San Carlos, Usac.
El contagio ocurre, sobre todo, cuando después de atenderlos no se efectúan las medidas de higiene correspondientes como lavarse las manos e incluso tomar un baño.
Al respecto, el médico veterinario Dennis Guerra, coordinador del Departamento de Vida Silvestre de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Usac, indica que la Salmonella se encuentra en las heces de estos animales, que al caminar o pasar sobre ellas, y luego rondar por la habitación donde están alojados, así como al acercarse a bebederos o estar en brazos de sus dueños, pueden contaminarlos.
Incluso, pueden enfermar a otras mascotas como perros o aves. Por eso es recomendable que atienda antes a estos últimos y luego a los reptiles, y los mantenga lo más alejados posible, para evitar contagios o que se hagan daño entre ellos.
?A sangre fría…?
Estos vertebrados son hectotérmicos, lo cual significa que su temperatura corporal depende de la del ambiente (si ésta es de 4 grados, así la tendrán ellos, y si es de 37, igual), y no es que sean de ?sangre fría?, como erróneamente se cree.
Todo lo contrario, ellos necesitan de una fuente externa de calor que les permita regular la temperatura y mantenerla constante (una bombilla especial que les distribuya el calor), para así llevar a cabo sus funciones corporales.
Una iguana necesita tener de 36 a 37 grados centígrados para estar en condiciones óptimas y poder desplazarse, comer o digerir sus alimentos.
La gran ventaja de esta condición es que gastan muy poca energía en relación con un mamífero o un ave, lo que les permite pasar algún tiempo sin comer.
Pero mucho cuidado, porque manipular a un reptil que no se ha alimentado por meses puede provocarle un ?shock? hipoglicémico, pues en el forcejeo gasta su última reserva energética advierte Guerra.
La desventaja -desde el punto de vista comercial- es que no son rentables para su reproducción en cautiverio, ya que mientras un pollo de engorde en 42 días alcanza cuatro libras de peso, una iguana tarda cuatro años en lograrlo. Y a esto mismo se debe el peligro de extinción que corren los ejemplares cuando los extraen de la naturaleza.
Alojamiento
El espacio para hospedar a la mascota -que puede ser una pecera- tiene que ser proporcional a su tamaño y contar con la respectiva fuente de calor, ventilación, comederos, recipiente con agua y papel periódico en lugar de arena, ya que el animal podría ingerirla junto con sus alimentos y dañar su tracto digestivo.
En el caso de las tortugas también requieren de los rayos solares para la correcta absorción de vitamina D y fijación de calcio, así que debe evitar situarlas en recipientes de plástico que impiden el paso de la luz.
Con las serpientes hay que ser bastante precavidos, sobre todo si son venenosas, puesto que son escapistas de primera, aspecto que pondría a todos los integrantes de la familia en gran riesgo.
Además, ¿puede imaginarse el impacto ambiental que esta fuga puede ocasionar y cuántos accidentes podrían ocurrir a causa del descuido?
Hábitos alimenticios
Estos son muy variados en los reptiles. En el país hay serpientes que comen caracoles, mientras que otras se alimentan de peces, ranas, arañas, escorpiones e incluso de otras serpientes.
En el caso de las iguanas las hay herbívoras, que se alimentan de hojas suculentas flores y frutos, y las omnívoras, que comen frutas, insectos, roedores, carroña y hasta heces fecales.
Las tortugas se abastecen principalmente de peces, aunque para mayor beneficio habría que dárselos vivos.
A pesar de que estas últimas y las lagartijas absorben agua por la piel, también requieren beberla y aunque ambas poseen pulmones, tienen resistencia para permanecer largo tiempo bajo el agua.
Por tal razón, antes de adquirir cualquier reptil es indispensable informarse sobre sus específicos hábitos de vida, para suplirlos al máximo y evitar que enfermen o mueran por desnutrición o manejo inadecuado.
?La vida no es cola de iguana?
Este refrán hace alusión a que si la vida se desperdicia no se recupera, contrario a lo que ocurre con la cola de las iguanas que sí puede regenerarse -aunque no con la misma textura que la anterior- después de que sus dueñas la pierden, por lo general para escapar de los depredadores, señala Fuentes.
También se sabe que las serpientes y las lagartijas mudan de piel. Las primeras lo hacen en una sola pieza, mientras que las segundas por parches.
Esta característica es una estrategia para controlar a los hectoparásitos, y también ocurre cuando están creciendo.
Los reptiles tampoco tienen párpados, salvo algunas excepciones, y quienes no los poseen se lubrican los ojos con la lengua.
Advertencia
Si está consciente del compromiso que significa adquirir una mascota y aún así está dispuesto a cumplirlo, cuando la compre exija un certificado autorizado por el Consejo Nacional de Áreas Protegidas que garantice que el ejemplar fue criado en una granja.
Considere que según la Ley de Áreas Protegidas, Decreto 4-89, es prohibido comprar, cazar, colectar o transportar animales silvestres vivos o muertos, partes o derivados, sin la autorización de Conap.
De acuerdo con la modificación Decreto 110-96, la pena para quien infrinja la ley es de cinco a 10 años de prisión, y una multa de Q10 mil a Q20 mil.
Si desea comunicarse con los profesionales entrevistados, llame a los siguientes números: Dr. Guerra 202-0123; Dr. Fuentes 202-0240; Dr. Wer 331-3516.
Clasificación
Los reptiles son vertebrados de la clase Reptilia, que se divide en cuatro órdenes:
1. Testudines o Chelonia: Al que pertenecen las tortugas terrestres o acuáticas.
2. Crocodilia: Agrupa a los cocodrilos, caimanes, gaviales y al aligator o caimán estadounidense.
3. Rhinocephalia: La única especie representante es la Tuatara (Sphenodon punctatus). Habita en Nueva Zelandia.
4. Squamata: Ésta tiene dos subórdenes: a) Serpentes u Ophidia; b) Lacertilia.
? En el suborden Serpente hay varias familias; en el país se encuentran la Boide, donde se clasifica la mazacuata; y la Culubride, a la que pertenecen las culebras, únicos ejemplares a los que puede denominárseles así.
? Además, está la familia Viperidae la cual agrupa a las víboras o serpientes, que tienen una fosa loreal u órgano termosensible situada entre el ojo y la nariz, que les permite detectar el calor de las presas, aunque no las vean.
? Y en la familia Hidrophidae se encuentra el género Pelamis, al cual pertenece la serpiente marina.
? En el suborden Lacertilia se agrupan los lagartos, que son todas las lagartijas de cualquier tamaño, desde un Geco hasta el Dragón de Komodo.