Es entonces cuando la víctima siente que se ahoga, que algo le oprime el pecho, que suda en exceso o las pulsaciones se le disparan. Si se ve que un amigo, familiar o cualquier persona sufre una crisis así, abc.es recomienda seguir los siguientes pasos.
Aíslar a la víctima e intentar que se relaje con respiraciones calmadas y sucesivas, tomando el aire por la nariz y expulsándolo por la boca, tal y como indica Guía de Primeros Auxilios SAMUR-Protección Civil. Si se tiene una bolsa, lo mejor será que respire dentro de ella.
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Hablar con ella de forma pausada y relajada, procurando no alterarla más. Lo más importante es que su nivel de nerviosismo se vaya reduciendo. Valorar la rapidez de su pulso, número de respiraciones y dolor.
Y lo más importante: mantén la calma. El vital que la víctima se relaje. Para ello, intenta averiguar qué le ha ocurrido y llamar a equipos de socorro.
Nunca darle de beber café, bebidas de cola, chocolate, té, bebidas energéticas o cualquier otro líquido similar que pueda aportar excitantes al organismo.
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Según Sanitas, cuando el estrés ha sido el desencadenante de la crisis, se pueden adquirir una serie de hábitos saludables que ayuden a prevenir nuevos episodios. Cuando una crisis de ansiedad se genera por este motivo, no hay tratamiento, pero actividades como el ejercicio físico ayudan a relajarse y descargar el estrés acumulado.
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Tranquilidad: mantener la calma y procurar que la víctima también. Aíslarla en un lugar tranquilo, alejada del bullicio.
Respiración: realizar respiraciones calmadas y sucesivas. Hacer que imite tomando el aire por la nariz y expulsándolo por la boca. Si se tiene una bolsa, mejor
Averigüación: hablar con ella de forma tranquila e intenta conocer qué le ha sucedido.