Vida

Antonio Gallo

Filósofo, escritor e impulsor del arte

Filósofo, autor de varios libros, catedrático universitario y sacerdote italiano, vino a Guatemala a principios de la década de los 60.

La llegada de Antonio Gallo al país coincidió con la fundación de la Universidad Rafael Landívar, donde ha sido catedrático y en donde creó la galería El Túnel. Ahora está escribiendo un texto de metafísica y ya tiene otro preparado sobre valores. Tiene también un manual de hermenéutica, dirigido al problema de la identidad.

¿Cómo se dio la fundación de la galería El Túnel?

?En aquella época, que fue alrededor de los 70, habíamos tomado contacto con diferentes movimientos del arte y me di cuenta de que las galerías en Guatemala no duraban. En aquel entonces teníamos la Facultad de Humanidades en la zona 1, a media cuadra de Santo Domingo.

Allí mismo abrimos la galería El Túnel. El primer expositor fue Luis Díaz. Nació dentro de la universidad y después ya con Ingrid (Klüssmann) buscamos una sede más grande en la 16 calle, entre 6a. y 5a. avenidas, donde todavía está una parte, porque hay otra en la zona 10. Se abrió una escuela, porque Ingrid daba también clases de pintura.

Servía un poco como centro de reunión de artistas alrededor de El Túnel, se movían prácticamente lo que nosotros llamábamos los diez grandes, que eran los pintores más reconocidos, como Elmar René Rojas, Abularach, Quiroa, Gallardo. También los jóvenes, porque la idea era promover la pintura o la escultura. El Túnel duró hasta hoy, gracias a Dios celebró sus 30 años y sigue adelante?.

¿Qué piensa de esta nueva ley que prohíbe los espectáculos obscenos?

?Yo no sé cómo haya nacido esta ley, ni siquiera el alcance que tenga. Le dan mucho bombo porque todo el mundo, los periodistas, en seguida levantan el grito al cielo que les quitan la libertad. Quiroa escribe en elPeriódico que esto va a ser el fin del arte. Yo creo que esto no llega a tanto. La pornografía contra la cual se lucha es la pornografía abierta que se encuentra en las películas de televisión, en todas partes, y eso no tiene nada que ver con el arte. Esa es pura inmoralidad que explota el instinto de la gente para vender?.

¿En dónde está el límite?

?En la conciencia de la gente. Tiene que desarrollarse una conciencia crítica, moral, por lo cual se evita ese tipo de destrucción, porque es destruir la apertura de la juventud que se polariza a través de estos espectáculos. Yo no conozco la ley ni sé hasta dónde llega, pero sí estoy de acuerdo en que tiene que separarse lo que es la pornografía de lo que es la expresión artística?.

¿Cómo ha logrado conjugar su función de sacerdote, filósofo y académico?

?No veo ninguna dificultad, con tal de que uno sea coherente con lo que hace y lo que dice?.

¿Por qué la filosofía se mantiene lejos de la realidad de muchos jóvenes?

?Porque la filosofía es difícil. Es una especulación propiamente de gente mayor, de gente que reflexiona sobre la vida. Al joven le cuesta. Aprenderse una filosofía como si se le pusiera un vestido a uno no tiene sentido. Siempre serán pocos los que se dedican a la filosofía. En Guatemala no había nadie, ahora hay algunos, por lo menos. El único filósofo guatemalteco era Nery Castañeda, que se fue a Estados Unidos y murió de cáncer hace unos años?.

¿Cuál es papel que debería jugar un filósofo en una sociedad como la guatemalteca?

?Primero, observarla, y luego, tratar de comprenderla e indicar cuál es el valor humano básico que hay que respetar en las relaciones entre unos y otros. Por eso es necesario que los filósofos también escriban, pero no a favor de un grupo que les paga, como sucede con Roberto Morales, por ejemplo, de quien ya se sabe claramente que está orientado al que le paga, y todo lo manipula.

Pero si es un filósofo serio, sincero, busca las situaciones que no son iguales en todas partes. En cada lugar hay una situación que habría que resolver desde el punto de vista humano. Que los valores humanos sean respetados, porque están encima de cualquier ley y tradición. En Guatemala, desgraciadamente, hay una tradición muy triste en este propósito, porque siempre se ha impuesto la fuerza.

Es necesario un verdadero proceso de respeto hacia lo humano, lo fundamental. Por eso digo que no soy ningún revolucionario ni voy a organizar desfiles, pero el filósofo es más peligroso que los desfiles, porque las ideas caminan por su cuenta. Lo que tiene que hacer el filósofo es presentar las ideas, para que la gente sea alimentada por esta visión”.

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