Piensa lo que la sociedad nos dice acerca de encontrar al compañero de vida perfecto: se trata de amor, sigue tus instintos, es cuestión del destino.
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Día de San Valentín: el hombre que ideó una fórmula para encontrar el amor (y la aplicó para “seleccionar” a su esposa)
¿Cuál es la mejor manera de encontrar a la pareja de tus sueños?
Ahora imagina qué sucedería si siguieras un consejo similar en tu trabajo o incluso cuando intentas dirigir una empresa.
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Imagina decirle a los inversores que no has hecho ninguna investigación de mercado, que no tienes un plan a largo plazo y que no te has tomado la molestia de estudiar. No inspirarías confianza, ¿cierto?
La elección de con quién casarte es una de las más importantes que tomas en tu vida.
Es alguien a quien verás prácticamente todos los días (si todo va bien) por el resto de tu vida; si tienes hijos, es casi seguro que los tendrás con esta persona. Compartirás una cama, vacaciones, dinero, un hogar, casi todo…
¿No tendría sentido adoptar un enfoque más racional para tomar esta decisión?
Las estadísticas sugieren que muchos de nosotros nos estamos equivocando: se estima que el 42% de los matrimonios en Reino Unido terminan en divorcio. En EE. UU., la cifra es aún mayor: aproximadamente la mitad de todas las parejas casadas se divorcian.
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Es por eso que Ed Conard decidió que necesitaba “optimizar” su búsqueda de pareja cuando quería casarse hace 20 años.
Conard es un supercapitalista. Ganó millones de dólares dirigiendo Bain Capital, una empresa de capital de riesgo, junto al excandidato presidencial de Estados Unidos Mitt Romney.
Ahora es comentarista económico y autor del bestseller Consecuencias imprevistas: por qué todo lo que se te ha contado sobre economía es incorrecto.
Al proceso que eligió lo llama “selección secuencial, no hay vuelta atrás”. Suena romántico, ¿no?
Así es como funciona.
Paso uno: Calibración
Comienza por “calibrar” tu elección. Eso significa reunirte con tantas potenciales parejas como sea posible.
Conrad recomienda “lanzar tu red”, aunque advierte que al principio hay que olvidarse de la lujuria, e incluso del amor.
“Esa es solo la evolución que está intentado que tengamos bebés”, dice.
En esta etapa no estarás saliendo con nadie, solo te estarás reuniendo con personas que podrían destacarse. Probablemente no habrá tantos, quizás un puñado.
Una vez que tienes un conjunto de candidatos prometedores, pasas a la fase dos. Vas a salir con un tercio de este subconjunto, escogiéndolos casi al azar.
De acuerdo a las reglas de Conrad, no te casarás con ninguna de estas personas, así que prepárate para endurecer tu corazón, pues deberás alejarte, por más atractiva que parezca una posible pareja.
La persona más adecuada que encuentres durante este período servirá para “calibrar” tu elección, estableciendo el estándar para la siguiente etapa del proceso.
Paso dos: Evaluación
Lo que sigue es lo que Conard llama el período de “evaluación”: es cuando realmente eliges a tu futuro cónyuge.
Debes deshacerte de potenciales parejas si no puedes resolver los problemas con cierta facilidad.
“Tienes que ser despiadado“, insiste. “Si no estás muy seguro de que esa persona es con quien puedes tener un matrimonio exitoso… tienes que deshacerte de ella”.
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Aquí está la regla clave de Conard: “Cuando encuentras a alguien mejor que la mejor persona del período de calibración, cásate con ella. Y si al final no has encontrado a nadie, te casas con la última persona”.
Sigue este proceso, afirma, y las estadísticas sugieren que vas a conseguir una buena pareja.
¿Mejores parejas, matrimonios más felices?
El enfoque de Conard para elegir una pareja es un método bien establecido para comprar cosas como una casa.
Pero según el economista ganador del Premio Nobel Alvin Roth, los esposos no son como las casas: el matrimonio es un mercado sin precios.
El profesor Roth de la Universidad de Stanford ganó su Nobel por su trabajo sobre equilibrar la oferta y la demanda de todo tipo de recursos que no tienen un precio: escuelas y estudiantes, riñones y pacientes, médicos y hospitales.
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Está de acuerdo en que es importante conocer a varios posibles compañeros antes de dar el paso: “No te cases con la primera persona que conozcas”, advierte.
También hay que tener expectativas realistas: “Lo primero que debe hacer una agencia matrimonial es persuadir a sus clientes de que no son un 10”.
Pero, dice, puedes hacer demasiada calibración y evaluación. Elegir a un compañero es un proceso en dos direcciones: solo cuando tienes serias intenciones de matrimonio, las parejas potenciales te tomarán en serio.
“Parte de estar bien emparejado es el historial que compartes y esto comienza cuando se ven por primera vez”, dice el profesor Roth. “Así que invertir en ese historial mejora la calidad de esa pareja”.
Para usar una metáfora económica, tienes que construir algo de capital.
¿Y dónde queda el amor?
Eso es sin duda lo que muchos se estarán preguntando.
“Suena un poco frío, un poco calculador, muy poco romántico“, dice Nicola Cornick, autora de decenas de novelas románticas y presidenta de la Asociación de Novelistas Románticos.
No en vano, Cornick es una gran fanática del amor y el romance en las relaciones.
“Si embarcarte en la revisión de una lista con un montón de personas te funciona, entonces genial”, dice Cornick.
“Lo que yo no recomendaría sería descartar el elemento de la espontaneidad“.
Según Cornick, considerar que enamorarse es siempre algo irracional es un error.
“Creo que si examinas lo que se encuentra bajo una atracción instantánea, probablemente también existan criterios racionales”, dice.
“Tienes el mismo sentido del humor, tienes valores o intereses compartidos”.
¿Consiguió Conard a su pareja perfecta?
Jill Davis es la mujer de la que finalmente se enamoró, ¿o más bien “seleccionó”?
Ella reconoce que su enfoque sistematizado es probablemente “único” y, tal vez te sorprenda descubrir que a ella le “encantó” que él hubiera pensado tanto en el proceso.
Pero no había un razonamiento metódico para ella cuando conoció a Conard en una cita a ciegas.
“Seguí mi instinto“, admite. “Ed me pareció una persona persona brillante. No había conocido a nadie como él”.
Y piénsalo de esta manera. Jill se había clasificado como la mejor en el brutal proceso de búsqueda de Ed, por lo que ella fue, juzgada por sus criterios objetivos, la mujer de sus sueños.
¿Pero qué pasa con el romance? “Para él, esto es romántico”, dice ella. Aunque aclara que se trata de “una versión diferente del romance”.
Jill y Ed han estado felizmente casados durante 18 años, por lo que tal vez su romance sea evidencia de que la cabeza y el corazón pueden trabajar juntos.
¡Feliz día de San Valentín!