Pero recientemente han surgido opiniones de expertos sobre cómo las comidas en la noche, especialmente aquéllas que son abundantes y que realizamos antes de irnos a dormir, pueden alterar el organismo y los procesos digestivos.
BBC NEWS MUNDO
¿Hasta qué hora es sano comer en la noche antes de acostarse?
Para mucha gente, principalmente quienes pasan todo el día fuera de casa trabajando o estudiando, la cena se ha convertido en el alimento principal y más sustancioso del día.
Un estudio presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, que se realizó en Roma la semana pasada, analizó con más de 700 adultos el vínculo entre la hora en que se consumen los alimentos y el efecto en el organismo.
Encontró que consumir alimentos tarde en la noche tiene un impacto significativo en la presión arterial del individuo.
Durante la noche, un proceso fisiológico normal es el descenso de la presión arterial.
Sin embargo, el estudio encontró que un 24.2 por ciento de los participantes que habían comido dentro de las dos horas antes de acostarse no habían mostrado un descenso adecuado de la presión sanguínea.
Entre quienes habían cenado más temprano el porcentaje fue de 14,2.
“Estado de alerta”
Según los expertos, consumir alimentos antes de irse a acostar produce que el organismo permanezca en un estado de “alta alerta”, lo cual estimula la producción de hormonas del estrés, como la adrenalina, y también pueden alterar los ritmos circadianos.
La doctora Ebru Ozpelit, profesora de cardiología de la Universidad de Dokuz Eylul, en Izmir, Turquía, quien presentó el estudio, afirmó que los resultados sugieren que la hora en la que la gente come sus alimentos es tan importante como los propios alimentos que come.
Ozpelit afirmó que la vida moderna está alentando “hábitos de alimentación erráticos”, como saltarse el desayuno y comer cada vez más tarde, que se están volviendo cada vez más prevalentes y pueden causar daños a lo largo del tiempo.
“Debemos definir la frecuencia ideal y la hora de los alimentos porque cómo comemos puede ser tan importante como lo que comemos”, dijo Ozpelit.
“Comer desayuno es importante, debemos tener un desayuno fuerte, y no debemos saltarnos el almuerzo. Debemos tener una pequeña cena y ésta no debe ser después de las 7 de la noche”, declaró.
Resistencia a la insulina
Los expertos afirman que el cuerpo humano no está diseñado para enfrentarse a muchos de los aspectos de la vida moderna.
Con la llegada de la luz artificial y la industrialización, los humanos modernos comenzaron a experimentar horas prolongadas de iluminación cada día y esto resultó en un consumo extendido de alimentos y a comer cada vez más tarde en el día.
La doctora Cecilia Albala, experta en nutrición y salud pública del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos de la Universidad de Chile, afirma que, en efecto, las comidas nocturnas pueden tener efectos adversos en el organismo.
“Siempre hemos dicho que debemos hacer la última comida lo más temprano posible”, explica la experta a BBC Mundo.
“Esto tiene que ver con la resistencia a la insulina. Porque comer a última hora puede alterar los flujos hormonales durante el sueño, que son muy importantes, para metabolizar una comida”.
La resistencia a la insulina y los problemas para procesar las hormonas son trastornos que pueden conducir la diabetes.
Reflujo
Otros estudios en el pasado también han encontrado efectos adversos de comer tarde en la noche.
Una investigación publicada en 2005 sobre los hábitos alimenticios de 350 personas encontró que quienes comían durante las tres horas previas a irse a acostar mostraron un mayor riesgo de desarrollar síntomas de reflujo.
Este trastorno causa que los contenidos estomacales retrocedan desde el estómago hacia el esófago, lo cual puede irritar el esófago y causar acidez gástrica, náusea, indigestión y en algunos casos, puede llevar a cáncer de esófago.
En un artículo publicado en el New York Times en 2015, titulado “Los peligros de comer tarde en la noche”, el doctor Jamie Koufman, médico especializado en trastornos de reflujo, escribió que estos trastornos se han convertido “en una epidemia que afecta a hasta 40 por ciento de los estadounidenses”.
“El reflujo puede llevar a cáncer de esófago, que se ha incrementado en 500 por ciento desde la década de 1970”, dice el médico.
Y afirma que la causa de estas “inquietantes tendencias”, puede ser la dieta mala, el mayor consumo de azúcar, grasa y alimentos procesados.
Pero agrega: “Hay otra variable importante que ha sido ignorada: la hora en que comemos la cena”.
El médico asegura que para detener “este incremento extraordinario en la enfermedad de reflujo, debemos dejar de comer a las 8 de la noche, o al menos tres horas antes de irnos a la cama”.