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La revolucionaria cuna que mece y duerme a los bebés de manera automática

Muchos padres estarán de acuerdo: uno de los temas más importantes, aparte de la enorme responsabilidad de cuidar una nueva vida, es la falta de sueño.

¿Usarías con tu hijo una cuna que se mece sola?

¿Usarías con tu hijo una cuna que se mece sola?

Dormir mal constantemente puede generar tensiones entre la pareja y llevar a problemas de salud graves, como la depresión postnatal.

Incluso si el bebé es “un buen durmiente” es inevitable que los padres de los recién nacidos hayan tenido noches con interrupciones, al igual que muchas generaciones antes que ellos.

¿Podemos confiar en la tecnología del siglo XXI para ayudar a aliviar este problema tan antiguo?

Una cuna futurista

Una de las posibles soluciones tecnológicas es la cuna Snoo, de aspecto futurista, que de manera automática ayuda a que el bebé se duerma.

La cuna intenta recrear las sensaciones, los ruidos y el ambiente envolvente del útero.

Pero ¿es compatible con la interacción humana?

Cuando “oye” el llanto, Snoo elige el mejor sonido y movimiento oscilante para calmar al bebé.

Los fabricantes afirman que sus “sensaciones parecidas a las del útero añaden una hora o más al sueño de un bebé”.

Y, comprensiblemente, esto es música (suave y relajante) para los oídos de los padres agotados.

También proporciona tranquilidad ya que cuenta con un saco especial para dormir que se adhiere a la cama, envuelve al bebé, y lo mantiene durmiendo de espaldas.

Esta es una posición recomendada por la Sociedad estadounidense de Pediatría, el Servicio de Salud de Reino Unido y organizaciones benéficas como The Lullaby Trust, que informa que “dormir al bebé boca arriba… es una de las mejores precauciones para asegurarte de que el bebé duerma lo más seguro posible”.

Se cree que dormir boca abajo es un riesgo importante para el Síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).

Aunque las tasas de SMSL en Reino Unido disminuyeron en más de un tercio en los últimos 10 años, más de 3.500 bebés mueren cada año en EE.UU.

Es una preocupación comprensible para los padres de recién nacidos por lo que la tecnología que puede disminuir cualquier inquietud podría ser bienvenida.

“Ayudante personal”

El diseñador suizo detrás de Snoo, Yves Béhar, está orgulloso de su invento porque, dice, está realmente cambiando vidas.

“Es una tecnología con un profundo sentido de humanidad, ya que ofrece un servicio importante para padres y bebés por igual”.

Snoo, sin duda, tiene un diseño inteligente.

Béhar describe que “el primer objetivo fue crear una nueva tecnología sin ser disruptivo o demasiado técnico”.

El diseño minimalista oculta con éxito sensores, robótica y micrófonos, al mismo tiempo que envuelve al bebé en materiales suaves y lavables. Es práctico y es estéticamente agradable.

Los fabricantes de Snoo describen a la cuna como un “ayudante personal, listo para calmar al bebé las 24 horas del día, los siete días de la semana”.

Esto permite a los padres continuar con las tareas diarias, aunque no está diseñado para ser utilizado sin supervisión.

A pesar de que la idea de tener a una asistente virtual a tu servicio constantemente puede ser atractiva, también puede generar inquietud: ¿puede la tecnología reemplazar el toque humano o el instinto paterno?

Confianza

Mariana Pestana, cocuradora de la exhibición “El futuro empieza aquí” (The Future Starts Here) en el Museo Victoria & Albert en Londres tiene opiniones contrapuestas sobre la cuna Snoo.

“Por un lado, parece un invento extraordinario y muy práctico para los padres, pero también provoca incomodidad por el hecho de que estamos confiando en la tecnología para la tarea de cuidar a nuestros propios bebés”.

Cada vez más, la tecnología está a nuestro servicio en el hogar, ya sea “conociendo” la temperatura de nuestra habitación preferida o reconociendo nuestras caras, pero ¿cuánta confianza queremos depositar en los dispositivos del “hogar inteligente” sobre el cuidado?

Los aparatos, dice Pestana, “nos dan la ilusión de atención, hasta cierto punto. Nos hacen sentir cuidados … pero son algoritmos, fórmulas y objetos tecnológicos”. Sin emoción y empatía, nunca podrán cuidarnos.

Los bebés solo tienen un método principal de comunicación: el llanto. Y éste puede significar muchas cosas, como “tengo hambre”, “mi pañal necesita cambiar” o “quiero algo de atención”.

¿Cómo puede una máquina distinguir entre estos estados de necesidad?

Y si un bebé llora porque, por ejemplo, no se siente bien o está asustado, ¿los padres querrán evitar ser alertados de sus llantos?

Como una forma de abordar posibles inquietudes, Snoo está diseñada para que si el bebé todavía llora después de tres minutos, la cuna se detenga para que una persona real atienda al niño.

Tecnología al servicio del hombre

La tecnología en diversas formas se ha utilizado a lo largo de los años para ayudar a los padres a cuidar a sus bebés: desde columpios para bebés de baja tecnología, una simple silla con ruedas motorizadas, hasta un monitor de video de última generación que permite a los padres vigilar a sus pequeños.

Muchos padres celebran la ayuda tecnológica y Snoo ciertamente cuenta con testimonios entusiastas de padres que lo consideran una herramienta útil.

Algunas compañías incluso ofrecen esta cuna como un beneficio para sus empleados y hay hospitales que están investigando su efectividad a través de estudios clínicos.

La Universidad de Kentucky, Estados Unidos, ha usado Snoo en más de 150 bebés nacidos de madres adictas a las drogas y atravesando el período de abstinencia.

“Todos los padres aman la cuna. Encuentro que los bebés en la cuna Snoo duermen tranquilamente”, dice Lori Shook, jefa de la unidad de síndrome de abstinencia neonatal de la universidad.

Béhar cree firmemente que “la tecnología debe diseñarse para funcionar junto con los humanos. El rol del diseño es precisamente definir cuál debe ser esta relación entre el ser humano y la máquina: mejorar nuestra capacidad humana en lugar de reemplazarla”.

Existe un proverbio africano que dice que “se necesita una aldea para criar a un niño” y muchos padres con ojos llorosos agradecerán cualquier ayuda que puedan obtener.

¿Pero qué sucede cuando la tecnología se vuelve tan inteligente que ya no necesite la ayuda de los aldeanos?

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