Pero, durante mucho tiempo, la civilización maya no fue incorporada en la construcción de la moderna identidad mexicana, que se define más desde lo azteca.
BBC NEWS MUNDO
Los mayas, el pueblo fundamental para Centroamérica que México tardó en valorar (a pesar de su enorme importancia)
Comparten el mismo territorio y, en muchos sentidos, también la misma historia.
En toda la región existen vestigios mayas y algunas de sus ciudades más importantes, como Chichen Itzá, están en México.
En contraste, la importancia de los mayas está mucho más asumida y es más visible en Centroamérica.
Esto es especialmente evidente en Guatemala, donde la mayor parte de la población es indígena de origen maya. Pero también se nota en otros países del itsmo.
Y la historia de la región no puede entenderse sin la influencia de esta civilización maya, coinciden especialistas.
Lo mismo sucede en el México que empezó a construirse a partir de 1521 con la mezcla que surgió tras la conquista del pueblo azteca por el ejército español de Hernán Cortés.
Además de ser la cultura dominante de la época, los aztecas o mexicas estaban asentados en el centro del país, donde se desarrollaron las principales ciudades y donde se concentró, durante siglos, el estudio de los pueblos originarios.
Y por eso, aunque desde el siglo XVIII se realizaron algunas investigaciones sobre sus vecinos del sur, el interés por los mayas fue menor al de otras civilizaciones coinciden especialistas.
“Los mexicas (aztecas) y los mayas siempre han sido vistos de manera bien diferente” dice a BBC Mundo Adriana Velázquez Morlet, delegada del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Campeche.
“Han sido percibidos de manera distinta. El centro de México se ve como el origen de la mexicanidad”.
Oro y plata
Parte de la historia común de la región se ubica en Mesoamérica, una zona que comprende la mitad de lo que ahora es México y los países que conforman el Triángulo del Norte centroamericano: Guatemala, Honduras y El Salvador.
En esa zona se desarrollaron algunas de las culturas prehispánicas más importantes, como la mexica o azteca, tolteca, olmeca, zapoteca y los mismos mayas, entre otros.
Cada una tuvo su propio territorio y procesos de desarrollo. En algunos casos, por ejemplo, sus momentos de florecimiento coincidieron con otras civilizaciones.
Pero otros sufrieron su declive antes de la llegada de los españoles, en 1519.
Fue el caso de algunas de las principales ciudades mayas, que se ubicaron en el sureste de México, Guatemala y parte de Honduras, por ejemplo.
Mientras que cuando arribó el grupo encabezado por Hernán Cortés el pueblo dominante eran los aztecas, que desde su ciudad principal, México-Tenochtitlan, obligaban al pago de tributo a casi todas las civilizaciones en el centro del país.
Es a los aztecas a quienes derrotaron los españoles con el apoyo de los pueblos originarios rivales a los mexicas.
Desde las ruinas de Tenochtitlan empezó el dominio de la Corona de España sobre el resto de Mesoamérica.
Las principales ciudades de la Colonia se construyeron en la región central y el occidente de lo que se conocía como Nueva España.
Una razón es porque allí se encontraba el territorio conquistado a los mexicas.
Y otra porque en esa zona se encontraban los principales yacimientos de oro y plata, los minerales que atrajeron a los españoles hacia América.
México, entonces, se construyó desde el centro. Incluso durante siglos el concepto que se tuvo de sociedad fue una surgida del mestizaje, pero basado fundamentalmente en la mezcla de españoles y aztecas.
Y eso provocó que otras civilizaciones que había en Mesoamérica, como los mayas, quedaran virtualmente aisladas.
En este caso uno de los elementos que contribuyeron al retraso en su exploración fue la geografía.
Los mayas en México se encuentran fundamentalmente en la Península de Yucatán, a unos 1.200 kilómetros de la capital.
Durante siglos la región mantuvoun desarrollo diferente. “Se quedó marginada del desarrollo de país” explica Adriana Velázquez.
“Fue hasta los últimos años que se da a conocer el valor que realmente tiene la cultura maya en el contexto nacional y mundial”, destaca.
Mesoamérica, la clave
Eso, sin embargo, no significa que sus aportaciones a México y Centroamérica no fueran importantes, dice a BBC Mundo Santiago Bastos, académico del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas).
“No se puede entender el espacio mesoamericano sin tener en cuenta lo maya, es evidente, incluyendo a la actualidad”, explica,
“No es una cuestión de arqueología o de cosmologías sino toda la permanencia indígena que se da en Mesoamerica. El núcleo maya es uno de los más importantes en este momento”, afirma Bastos.
El caso más claro es Guatemala, donde la herencia maya ha sido fundamental. Allí existe, por ejemplo, el mayor número de comunidades mayas de la región.
En el país se han encontrado miles de vestigios de ciudades de la antigua civilización, la mayoría dentro de la selva.
Y en la historia de lo que ahora es Guatemala el pasado indígena maya es esencial, le dice a BBC Mundo Mercedes de la Garza Camino, del Centro de Estudios Mayas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Un ejemplo es el lenguaje cotidiano en la región. La lengua maya tiene 30 variantes diferentes y la mayoría se habla en Guatemala y una parte de Honduras.
En México los estados donde se hablan son Yucatán, Chiapas, Tabasco, Campeche y Quintana Roo.
“México ha sido muy centralista desde siempre, pero en esa zona las lenguas han influido muchísimo, se habla un español plagado de términos mayas” explica.
Los primeros descubrimientos
Algunos de los primeros datos sobre los mayas se encontraron décadas después de la conquista, en el siglo XVI, por el obispo Fray Diego de Landa.
El sacerdote fue el responsable de evangelizar a las comunidades indígenas, e incluso se le atribuye haber escrito un alfabeto para traducir el lenguaje maya.
Pero también ordenó la destrucción de documentos, códices y piezas de la antigua civilización.
Durante 200 años las investigaciones sobre los mayas fueron pocas, hasta 1784 cuando se realiza la primera exploración de Palenque, una de las ciudades y centros ceremoniales prehispánicos más importantes.
Sin embargo la primera investigación moderna del sitio –y de los mayas- ocurrió en el siglo XIX cuando el inglés Alfred P. Maudslay empezó una documentación profunda de Palenque.
Es decir, reconocen especialistas, prácticamente el descubrimiento científico de la civilización maya, y las primeras publicaciones sobre sus resultados, fueron hechos por extranjeros.
“Inicialmente los mayas como una cultura importante fueron redescubiertos en el siglo XIX principalmente por extranjeros”, dice Mercedes de la Garza.
Pero esa tendencia, el interés fundamentalmente de investigadores no mexicanos sobre esa civilización ya se revirtió, asegura Adriana Velázquez.
“Hay una enorme cantidad de conocimientos que cada día estamos reforzando más”, cuenta.
“Por ejemplo ahora nos estamos dando cuenta de la inmensidad de la ocupación prehispánica de la zona maya, hablamos de un gran conocimiento de la naturaleza y del entorno geográfico”, le dice a BBC Mundo.
Este artículo fue elaborado para la versión digital de Centroamérica Cuenta, un festival literario que se celebra en San José de Costa Rica entre el 13y el 17 de mayo.
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