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“Mi médico desapareció cuando mi cirugía estética salió mal”
La cirugía estética es una industria en auge en Reino Unido, con 65.000 operaciones realizadas el año pasado. Pero BBC Disclosure descubrió que algunas compañías utilizan cirujanos del extranjero que van y vienen, dejando a los pacientes expuestos si surgen complicaciones.
Catherine Roan quedó como si hubiera sufrido un "accidente automovilístico" después de una cirugía estética. (CATHERINE ROAN)
Catherine Roan se operó para reducir el tamaño de su nariz después de que un extraño la llamara Pinocho.
El procedimiento original y otras tres operaciones para corregirlo la dejaron como alguien que había sufrido un accidente automovilístico grave, dijo un experto más tarde.
Roan, de 41 años y de Escocia, se operó en Transform, uno de los principales proveedores de cirugía estética en Reino Unido.
La clínica de Transform en Edimburgo le recomendó a Antonio Ottaviani, un cirujano que voló desde Italia para realizar la rinoplastia.
Durante los siguientes cuatro años, el médico italiano regresó a Escocia para realizar tres procedimientos de revisión en un intento de darle a Roan la nariz que le había prometido.
Cada uno de ellos solo le trajo decepción y dolor, le dijo ella a Disclosure.
Cuando le retiraron el yeso después de la cuarta cirugía, se encontró “un desastre absoluto” debajo.
“Mi nariz estaba peor que nunca”, dijo. “Había un gran pliegue de piel que colgaba de un lado, estaba desviada, había algo mal con la punta”.
Ottaviani había regresado a Italia, por lo que las enfermeras le enviaron fotos por correo electrónico. Él prometió arreglarle la nariz, pero ella había perdido la confianza en él e insistió en un nuevo cirujano.
Varios médicos se negaron a ayudar, argumentando que no querían involucrarse, pero finalmente, cinco años después de su primera operación, un cirujano en Inglaterra estuvo de acuerdo.
Transform pagó la cirugía y los gastos.
El cirujano que le arregló la nariz usó parte de su costilla y líquido de su cuero cabelludo.
Roan cuenta que tiene una “sensación extraña” en la costilla y no puede dormir boca arriba, pero es “un pequeño precio a pagar” por la corrección de su nariz.
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El cirujano debe US$250.000 en indemnizaciones
La terrible experiencia de Roan la llevó a emprender acciones legales contra Ottaviani.
Un informe de expertos indicó que el doctor no explicó adecuadamente los riesgos de las tres cirugías de revisión.
A pesar de ganar el caso en los tribunales por negligencia médica, la paciente solo recibió el 1% de los casi US$130.000 que establecieron como indemnización.
Ottaviani no se presentó en la corte, pero Roan recibió una orden para ir tras sus activos en Italia. Hasta ahora no ha tenido éxito.
La BBC descubrió que al menos otras seis mujeres se quejaron de las prácticas del doctor Ottaviani.
Los tribunales también le ordenaron pagar a otro paciente otros US$130.000. No recibió nada.
El cirujano le dijo a la BBC que no quería ser entrevistado. Agregó que siempre estuvo disponible cuando Transform lo solicitó y que había respetado puntualmente su acuerdo con Catherine Roan.
Ottaviani dijo que no podía comentar casos específicos debido al acuerdo de confidencialidad con el paciente y que cinco o seis pacientes infelices de 6.000 representaban un porcentaje muy pequeño y estaba muy por debajo del promedio.
Disclosure rastreó a Ottaviani y descubrió que todavía viaja a Reino Unido para trabajar en una clínica privada en Londres. El cirujano se negó a comentar sobre el dinero que debe.
¿Por qué sucede esto?
La investigación de Disclosure descubrió que Transform, que realiza miles de operaciones cada año, está utilizando médicos del extranjero que viajan para operar y luego se van.
Como resultado, cuando hay complicaciones, los cirujanos a veces ya no están en el país para tratar a sus pacientes, no brindan atención continua y es difícil garantizar una compensación.
El Royal College of Surgeons le dijo a la BBC que la regulación sobre cirugía estética era demasiado débil y que a veces los pacientes quedaban desprotegidos. Agregó que, en muchos casos, el NHS —el servicio público de salud de Reino Unido— tenía que lidiar con las consecuencias.
Para realizar una cirugía estética en Reino Unido solo hay que estar registrado en el Consejo Médico General (GMC). No hay que pasar por una formación especializada.
El gobierno británico no respondió a las acusaciones de no haber hecho obligatoria la certificación y dijo que todos los médicos que ejercen en Reino Unido deben estar registrados y tener el seguro adecuado.
“No puedo mirarme al espejo”
La BBC encontró a otras mujeres que habían sido tratadas por cirujanos que entran y salen del país cuyo trabajo fue deficiente.
Kirsty Adam, también de Escocia, desarrolló necrosis después de la cirugía de aumento de senos en 2015.
La operación y las infecciones posteriores causaron daños irreparables en sus areolas, el área pigmentada alrededor del pezón, y tuvo que tatuarse las partes faltantes para ocultar el daño.
Transform pagó la factura del extenso trabajo de revisión.
“La confianza en mí misma se fue. No importa cuán bien te cubras, sabes el daño que está debajo”, dijo Adam.
“Cuando me ducho, no me miro en el espejo”.
Otra paciente, Tracey Foley, tuvo heridas durante seis meses después de una operación hace cuatro años. Un pezón le quedó tan arriba y en un lateral que estaba prácticamente debajo de la axila, dijo.
Peores fueron las heridas abiertas causadas por los implantes demasiado grandes, y exacerbadas por infecciones.
Al igual que Adam, su cirugía fue realizada a través de la clínica Transform en Glasgow y llevada a cabo en un hospital por la cirujana rumana Dana Vasilescu, quien trabajó en Reino Unido para la clínica en 2015.
Transform pagó la cirugía de revisión y los gastos para que Foley viajara a Inglaterra todas las semanas durante meses para recibir tratamiento.
La cirujana que regresó a Rumania
Kirsty se quejó ante el GMC sobre su cirujana, y el organismo suspendió a la doctora Vasilescu de ejercer mientras investigaban el caso. La cirujana regresó a Rumania permanentemente y salió del registro del GMC. Eso significó que el caso en su contra fue abandonado.
La BBC rastreó a la doctora hasta el hospital de Bucarest donde trabaja, pero se negó a hablar.
Ambas mujeres trataron de obtener una compensación. Transform insistió en que la responsabilidad recae únicamente en los cirujanos.
Los abogados de Foley y Adam descubrieron que los cirujanos de Transform trabajaban por cuenta propia.
“Experiencia quirúrgica internacional de primera clase“
Una portavoz de Transform reconoció que las experiencias de Foley, Adam y Roan “no fueron consistentes” con su índice de satisfacción del 98%, y “no cumplieron sus altos estándares”.
Estos casos reflejaron “un error individual por parte de dos cirujanos específicos” que ya no trabajan allí, dijo la portavoz.
Agregó que el uso que hace Transform de “experiencia quirúrgica internacional de clase mundial” es “común” entre los proveedores de atención médica.
La portavoz también indicó que la compañía asumió “la responsabilidad absoluta” en estos casos y que las pacientes habían “recibido un amplio apoyo, incluidas consultas gratuitas y cirugías de revisión”.
Todos los cirujanos de Transform deben estar registrados en el GMC, dijo la portavoz, y tener un seguro en Reino Unido.
Agregó que si un paciente quiere emprender acciones legales, debe hacerlo directamente con el cirujano y sus aseguradores.
La portavoz dijo que esto se aplicaba a la “gran mayoría” de profesionales de la salud en el sector independiente en Reino Unido.