Los ingredientes se conjuntaron ante los ojos de los científicos; es decir, ante una cadena de observatorios astronómicos, que detectaron un evento de disrupción de marea (TDE, en inglés) que ocurrió a “solo” 215 millones de años luz de la Tierra.
BBC NEWS MUNDO
Por qué se le llama “espaguetización” al fenómeno con el que científicos observaron cómo un agujero negro devoró una estrella
La receta cósmica que genera la espaguetización es algo que ha intrigado a los astrónomos en los últimos años, pero este 2020 es más claro que nunca.
“Es el destello más cercano de su tipo registrado hasta ahora”, dijeron científicos de la Real Sociedad Astronómica británica que anunciaron los resultados de su investigación el lunes.
El TDE aporta esos ingredientes por los cuales un objeto cósmico, como una estrella, “sufre” un proceso de espaguetización (y por sufrimiento se entiende algo realmente catastrófico).
“La idea de que un agujero negro ‘succione’ una estrella cercana suena a ciencia ficción. Pero esto es exactamente lo que sucede en un evento de interrupción de las mareas”, dice el autor principal del estudio, el doctor Matt Nicholl.
“Pudimos investigar en detalle qué sucede cuando un monstruo así se come una estrella”, añade.
El estudio arroja nueva luz a la investigación de los TDE y cómo se comporta la materia en entornos del universo como ese.
“Es relevante porque aún tenemos muchas interrogantes sobre cómo se comporta la materia en la cercanía de un agujero negro y sobre todo en un campo gravitacional tan intenso”, dice a BBC Mundo el astrofísico Ezequiel Treister al dar su punto de vista sobre la investigación.
“Esto se vuelve un excelente laboratorio para estudiar este comportamiento”.
¿Cómo se explica la espaguetización?
Treister explica que la espaguetización comienza cuando una estrella se acerca demasiado a un agujero negro supermasivo.
“La atracción gravitacional producida por el agujero negro hace que la estrella pierda su forma, su estructura, para terminar siendo destruida y absorbida por el agujero negro. Eso genera el fenómeno de evento de disrupción de marea”, indica.
La materia se estira por las fuerzas gravitatorias de manera que termina pareciendo un fideo. Comienza a estirarse y estirarse.
“Cuando la estrella termina de caer en el agujero negro, se producen un montón de efectos. Una gran cantidad de energía puede impactar la galaxia y el entorno que rodea al agujero”, añade Treister, quien es profesor en el Instituto de Astrofísica de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Desde la Tierra se puede detectar el fenómeno por la “llamarada de energía” que se produce cuando una estrella se destruye.
Y suelen ser raros y difíciles de estudiar, porque se genera una “cortina” de polvo y escombros que hace difícil su observación.
Pero lo visto por los científicos liderados por Nicholl fue diferente.
Justo a tiempo
En el caso del evento TDE identificado como AT2019qiz, los ingredientes para la espaguetización se conjuntaron en un momento muy oportuno.
Además de que el evento visto por los investigadores ocurrió a unos 200 millones de años luz de la Tierra, pudo ser estudiado con un detalle “sin precedentes” porque se detectó poco tiempo después de que fuera destrozada la estrella que lo generó.
Para lograrlo echaron mano durante seis meses de una cadena de observatorios alrededor del mundo: el Very Large Telescop del Observatorio Europeo del Sur, el Telescopio de Nueva Tecnología, el Observatorio Las Cumbres, y el observatorio espacial Swift.
“Varios análisis del cielo descubrieron emisiones del nuevo evento de interrupción de las mareas muy rápidamente después de que la estrella se desgarrara”, explica Thomas Wevers al dar a conocer el estudio a través de la Universidad de Birmingham (Reino Unido).
“Inmediatamente apuntamos un conjunto de telescopios terrestres y espaciales en esa dirección para ver cómo se producía la luz”, añade el miembro del Observatorio Europeo del Sur.
La estrella que lo produjo tenía una masa similar a la del Sol. Nicholl explica que perdió la mitad de esa masa al interactuar con el agujero negro que es “un millón de veces más masivo”.
“Debido a que lo detectamos temprano, pudimos ver la cortina de polvo y escombros que se levantaron cuando el agujero negro lanzó un poderoso flujo de material con velocidades de hasta 10.000 kilómetros por segundo“, apuntó Kate Alexander, quien colaboró en el estudio desde EE.UU.
El excepcional caso del AT2019qiz podría ser una “piedra de Rosetta” para interpretar las observaciones futuras de los eventos TDE.
Treister explica que el desarrollo de una red global de observatorios, tanto en tierra -con el caso destacado de los ubicados en Chile- como en el espacio, ha permitido a los científicos dar un salto “exponencial” en la investigación de estos fenómenos.
“Esto es clave y relativamente nuevo en el sentido de que para poder realmente entender todo lo que ocurre en este proceso, uno debe de combinar observaciones distintas y por lo tanto echar mano de varios observatorios”, señala.
“La capacidad de coordinación y el uso de varios observatorios para seguir estos eventos cuando se da la alerta es fundamental”.