Woody Allen y Mia Farrow formaron en los años 80 lo que se suele conocer como una power couple (pareja poderosa) de Hollywood en Nueva York.
BBC NEWS MUNDO
Woody Allen y Mia Farrow: una relación tormentosa marcada por el escándalo y las acusaciones cruzadas
Su relación sentimental duró 12 años y terminó hace casi tres décadas, pero los ecos han llegado hasta nuestros días.
Woody Allen y Mia Farrov tuvieron una relación de 12 años que terminó de forma abrupta en 1992. (GETTY IMAGES)
El director, guionista y actor neoyorquino y la actriz nacida en Los Ángeles se conocieron en un restaurante de la Gran Manzana a finales de 1979.
Lo que comenzó como un romance casual y sin complicaciones se intensificó y terminó por convertirse en una sucesión de escándalos, acusaciones cruzadas e intrigas que ahora tiene un nuevo capítulo: el documental de HBO Allen v Farrow.
El documental, una miniserie de cuatro episodios que se estrenó en Estados Unidos el pasado domingo, tiene como tema central, aunque no único, la acusación realizada por Dylan Farrow contra su padre.
La hija adoptiva de la pareja alega que el cineasta abusó sexualmente de ella el 4 de agosto de 1992, cuando tenía 7 años.
Pero Allen niega rotundamente las acusaciones, que fueron investigadas en su momento sin que se presentaran cargos contra él.
El cineasta sostiene que la niña fue manipulada por su madre en medio del feo proceso de separación iniciado tras destaparse que Allen mantenía una relación amorosa con Soon-Yi, una de las hijas adoptadas por Farrow y su exesposo el compositor André Previn.
Woody Allen y Soon-Yi Previn, casados desde 1997, han descalificado la serie como un “mal trabajo plagado de falsedades”.
En una perspectiva más general, las críticas al documental han sido ambivalentes.
Para unos, es un trabajo sesgado que se sitúa claramente del lado de Mia Farrow y no presenta nada nuevo.
Otros, sin embargo, destacan que sí aporta nuevo material, como videos caseros de la vida familiar y documentos policiales, y elogian el testimonio ante las cámaras de una Dylan adulta.
Más allá del debate entre lo que dicen unos y otros, en BBC Mundo repasamos una relación llena de enredos, peleas y maquinaciones.
Una invitación a comer
Woody Allen y Mia Farrow se conocieron en 1979 en Elaine’s, un restaurante neoyorquino frecuentado por numerosas celebridades que cerró sus puertas hace 10 años.
Ella protagonizaba entonces una obra de Broadway y, después de la función, aceptó una invitación a salir de su amigo y actor Michael Caine.
Allen estaba en el local cenando cuando Caine y Farrow pasaron por su lado e intercambiaron unas palabras.
Después de eso, Allen invitó a la actriz a comer y la amistad fue evolucionando hacia una relación de pareja.
“Estaba centrada en el trabajo y los niños. Me había mudado a casa de mi madre tras el divorcio [de André Previn]. Pensé que nadie querría salir con una persona con siete hijos“, dice en el documental Mia Farrow, que guarda buenos recuerdos de las primeras citas.
La serie también incorpora extractos de una entrevista de archivo en la que Allen manifestó: “No podía ser más dulce y atenta a mis necesidades. Era culta, encantadora, estaba mejor informada que yo y me dejaba ser yo mismo”.
Vivían en edificios situados en lados opuestos de Central Park y mantuvieron esa independencia a lo largo de los 12 años que estuvieron juntos, en los que no se casaron.
De aquella primera época, Farrow recuerda que encendían y apagaban las luces de sus respectivos apartamentos para expresar su amor en la distancia.
El clan Previn-Farrow
Una de las singularidades en la vida de Mia Farrow, que sin duda tuvo un impacto en su relación con Woody Allen, es la cantidad de hijos, biológicos y adoptados, que tiene.
En el caso de los hijos adoptados, varios de ellos tienen necesidades especiales.
Cuando empezó a salir con Allen, la actriz tenía ya una amplia descendencia:
- 3 hijos biológicos con André Previn (los gemelos Matthew y Sascha, y Fletcher)
- 3 hijos adoptados con Previn (Lark Song y Summer “Daisy” Song, de Vietnam; y Soon-Yi de Corea del Sur)
- 1 hijo que adoptó ella sola tras la separación (Moses, de Corea del Sur).
En 1985, Farrow adoptó a Dylan, nacida en Texas, y Allen, que había sido indiferente a todo el proceso, enseguida se encariñó con la pequeña.
“Me pareció adorable y pasaba tiempo con ella, encantado de ser su padre”, escribió Allen en su libro de memorias “A propósito de nada”, publicado en 2020.
Farrow quería pasar más tiempo fuera de la ciudad y, después de una larga búsqueda, encontró una casa de campo en la cercana localidad de Bridgewater, Connecticut.
Allen iba de visita en verano y pasaba cada vez más tiempo con los niños. Fue en el ático de esa casa donde, según Dylan, ocurrió el abuso sexual.
Para sorpresa de la pareja, en 1987 Farrow se quedó embarazada y dio a luz al único hijo biológico que tiene con Allen, Satchel, que posteriormente eligió hacerse llamar por su segundo nombre: Ronan.
A finales de 1991, Allen adoptó formalmente a Moses y Dylan.
Tras la tumultuosa ruptura en 1992, Farrow adoptó por su cuenta cinco hijos más: Tam, Frankie-Minh, Isaiah Justus, Gabriel (conocido después como Thaddeus Wilk) y Kaeli-Shea (conocida después como Quincy).
Vidas truncadas
Si bien los videos caseros que aparecen en el documental dan una imagen de convivencia idílica, con celebraciones de cumpleaños, carreras por el jardín y chapoteos en el lago que tenían detrás de la casa de campo, lo cierto es que la tragedia no fue ajena a la familia.
Tres de los 14 hijos han muerto en los últimos 21 años en circunstancias poco claras:
- Tam murió en 2000 a los 21 años por un supuesto fallo cardíaco, aunque Moses asegura que fue por una sobredosis de pastillas
- Lark Song murió en 2008 a los 35 años por una neumonía relacionada con el sida, en situación de pobreza
- Thaddeus se suicidó en 2016 a los 28 años y, de nuevo según la versión de Moses, se llevó con él el secreto de lo que realmente sucedió con Tam.
Una carrera compartida
En paralelo a todos estos acontecimientos familiares, la carrera profesional de Allen y Farrow avanzó de la mano durante el tiempo que estuvieron juntos.
El cineasta dirigió a la actriz en 13 películas y en algunas de ellas también compartieron cartel.
De la lista destacan Zelig (1983), The Purple Rose of Cairo (“La rosa púrpura del Cairo”, 1985), Hannah and Her Sisters (“Hannah y sus hermanas”, 1986), Radio Days (“Días de Radio”, 1987), Another Woman (“Otra mujer”, 1988), New York Stories (“Historias de Nueva York”, 1989), Crimes and Misdemeanors (“Delitos y faltas”, 1989), Alice (1990) y Husbands and Wives (“Maridos y esposas”, 1992).
Se da la paradoja de que Allen y Farrow todavía rodaban “Maridos y esposas” cuando se estaban separando.
La gran explosión
El 13 de enero de 1992, la relación entre Allen y Farrow saltó por los aires.
Cada uno tenía llaves del apartamento del otro en Manhattan y Farrow fue a recoger un abrigo que se había olvidado en casa de él.
Al lado del teléfono, encontró una serie de fotografías Polaroid de una joven desnuda. Al mirarlas con atención, se dio cuenta de que se trataba de Soon-Yi, que entonces tenía 21 años. Allen tenía 56..
El escándalo fue mayúsculo. Se sucedieron los reportajes y los titulares que subrayaban la diferencia de edad y hablaban de incesto.
Del otro lado, el cineasta insistía en que él no era ni padrastro ni padre adoptivo de Soon-Yi, que la joven era mayor de edad y que la propia Mia Farrow se había casado en los años 60 con Frank Sinatra cuando ella tenía 21 años y él, 50.
Desde el entorno de Farrow se insinuó que la relación había comenzado antes, cuando Soon-Yi era menor y estudiaba secundaria, y se decía que, más allá del vínculo estrictamente legal entre ellos, Allen había sido una figura paterna en el ámbito familiar.
En una entrevista concedida en 1992 al programa de la televisión estadounidense 60 Minutes, Allen reveló que, a partir de ese momento, Farrow lo amenazó en repetidas ocasiones.
“Tenía una rabia terrible, me amenazó de muerte, me dijo que me iba a sacar los ojos. Me envió una tarjeta de San Valentín con una foto de la familia atravesada por agujas y unas tijeras”, explicó.
Para el cineasta, la denuncia de abuso sexual de Dylan, que se produjo siete meses después, fue una maniobra de Farrow en venganza por su “traición amorosa”.
Sin embargo, para Dylan, la revelación de la relación entre Allen y Soon-Yi no hizo sino reforzar sus propias creencias.
“Fue la primera vez que pensé ‘no soy solo yo’“, expone Dylan en el documental.
La sombra que permanece
“He sido sometida a todo tipo de dudas, al escrutinio y la humillación”, sostiene Dylan.
La denuncia de 1992 dio lugar a una investigación en la que los exámenes físicos y psicológicos realizados en el hospital Yale-New Haven no arrojaron evidencias de abuso.
Allen superó una prueba del detector de mentiras y finalmente no hubo acusación criminal contra él.
No obstante, Frank Maco, fiscal estatal de Connecticut, dijo que para él había “causa probable” y explicó que no presentaba cargos para no someter a una niña pequeña a la presión de un juicio de esas características.
El cineasta perdió la pelea por la custodia de los niños.
La controversia resurgió en 2014 cuando Dylan publicó una carta abierta en The New York Times donde hablaba del supuesto abuso, describía el impacto que tuvo en su vida y lamentaba el hecho de que la industria cinematográfica siguiera respaldando a Allen.
Tres años después cobró fuerza el movimiento #MeToo por el que salieron a la luz innumerables acusaciones de abuso y agresión sexual contra el productor de cine Harvey Weinstein y otras célebres figuras de Hollywood.
Sin llegar a lo sucedido con Weinstein, que cumple condena en prisión, la sombra de las acusaciones ha tenido consecuencias para el cineasta: Amazon canceló en 2018 un acuerdo para la realización de cuatro películas y el grupo Hachette rechazó publicar las memorias de Allen que finalmente sacó Arcade Publishing.
Acusaciones contra Mia
La reaparición de las acusaciones contra Allen hizo que se movilizaran quienes defienden la inocencia del director de cine.
El más destacado fue Moses, uno de los pocos hijos que está del lado de su padre y que en 2018 escribió un impactante texto en el que no solo alegaba que el presunto abuso sobre Dylan no tuvo lugar sino que enumeraba los maltratos a los que Mia Farrow supuestamente los sometía a él y sus hermanos.
Moses describió a Farrow como una mujer controladora y severa que “arrastraba por las escaleras” a los menores con discapacidades y que “daba preferencia a los niños rubios y de ojos azules”.
Meses después, Soon-Yi rompió también su silencio para hablar de su mala relación con Farrow casi desde el momento en que fue adoptada en Corea del Sur y reiterar su apoyo incondicional a Allen, con quien ha adoptado dos hijas.
Ante estas acusaciones, Matthew, Sascha, Fletcher y Daisy Previn junto a Ronan, Isaiah y Quincy Farrow difundieron un comunicado que decía: “Ninguno de nosotros fue jamás testigo de algo que no fuera un trato compasivo en nuestra casa, esa es la razón por la que el tribunal le dio custodia única a nuestra madre. Rechazamos cualquier intento de eludir las acusaciones de Dylan mediante la denigración de nuestra mamá“.
Casi 30 años después de su final, la relación entre Woody Allen y Mia Farrow sigue generando división, falta de entendimiento y dos visiones totalmente enfrentadas de la realidad que se vivió en aquella enorme casa de campo.