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El estudio que dice que las pantallas casi no afectan el sueño de los niños

Para muchos padres, la tableta o el celular son una opción muy socorrida para mantener entretenidos a sus hijos. Pero las continuas advertencias sobre los riesgos que esto puede tener para la salud de nuestros hijos puede hacer dudar a más de alguno.

El reporte sugiere que el vínculo entre el sueño y el tiempo de exposición a una pantalla es "muy modesto". (GETTY IMAGES)

El reporte sugiere que el vínculo entre el sueño y el tiempo de exposición a una pantalla es "muy modesto". (GETTY IMAGES)

Sin embargo, una nueva investigación considera que quizás nos preocupamos demasiado.

Un estudio de la Universidad de Oxford sugiere que la cantidad de tiempo que los niños pasan en los dispositivos tiene, en realidad, poco efecto en el sueño.

Eso sí, los resultados contradicen investigaciones anteriores que sugirieron que pasar demasiado tiempo frente a la pantalla estaba relacionado con que los niños no descansaran lo suficiente.

La investigación concluyó que la relación entre el sueño y la exposición a las pantallas de dispositivos móviles era “extremadamente modesta”, aunque un médico británico asegura que su experiencia clínica le dice lo contrario.


El análisis, realizado por el Instituto de Internet de Oxford, se basó en datos de un estudio realizado en Estados Unidos en 2016 sobre la salud de los menores de edad.

En él, padres de todo el país tuvieron que completar unas encuestas en las debían responder a dos preguntas sobre los hábitos de sus hijos, con edades de entre 6 meses y 17 años:

  • cuánto tiempo pasaron frente a las computadoras, celulares, videojuegos y otros dispositivos electrónicos
  • cuánto tiempo pasaron frente al televisor, ya sea viendo programas o jugando a videojuegos.

Los resultados indican que los adolescentes que menos usan los dispositivos portátiles duermen ligeramente más que los que habían pasado gran parte de su día frente a una pantalla.

Pero la diferencia es muy pequeña. Por ejemplo, los adolescentes que no habían hecho uso de los aparatos durmieron una media de ocho horas y 51 minutos. Los otros, solo algo menos: ocho horas y 21 minutos.

El estudio, publicado en el Journal of Pediatrics, asegura que cada hora de pantalla estaba vinculada a entre tres y ocho minutos menos de sueño menos por noche.

Un mini jet-lag

Los dispositivos portátiles forman parte del día a día de los más pequeños y entre los profesionales a cargo de los niños como de sus padres existe una preocupación por los efectos que pueden tener una alta exposición a las pantallas en la salud mental y física de los menores.

Muchos temen que la luz azul emitida por tales dispositivos influya en los patrones de sueño.

La Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos ha dicho que los menores no deben utilizar dispositivos electrónicos antes de acostarse “porque la luz azul emitida por estas pantallas puede retrasar la liberación de melatonina”, una hormona que induce al sueño.

Pero el autor del estudio de la Universidad de Oxford sostiene que hay que reconsiderar este enfoque.

“Centrarse en las rutinas a la hora de acostarse y en los patrones regulares de sueño, tales como si los horarios de despertarse son constantes son estrategias mucho más efectivas para saber el papel que las pantallas pueden jugar en el descanso”, aseguró el profesor Andrew Przbylski, autor del estudio.

Przbylski le dijo a la BBC que muchos de los estudios que sugieren vínculos entre el tiempo de pantalla y la falta de sueño se basaban en muestreos muy pequeñas y que se necesitan “estudios mucho más grandes” para encontrar pruebas concluyentes de un problema.

Aunque el experto también reconoció que los datos utilizados en su propio estudio eran “imperfectos” porque se basaban en las respuestas de los padres.

Próximamente se publicará otro documento sobre el momento en que los niños apagan sus dispositivos antes de acostarse.

El control de los padres

Muchas de las grandes empresas de tecnología, incluidas Apple, Google y Facebook, han introducido paneles de control que permiten controlar la cantidad de tiempo que una persona pasa frente a la pantalla.

Y algunos ejecutivos líderes en tecnología han prohibido a sus propios hijos el uso de dispositivos.

Por ejemplo, a los niños pequeños del difunto cofundador de Apple, Steve Jobs, no se les permitía el uso de iPads.

El cofundador de Microsoft, Bill Gates, prohibió los teléfonos hasta que sus hijos fueron adolescentes.

Y Tim Cook, el actual líder de Apple, ha dicho que no permitiría que su sobrino se hiciera una cuenta en una red social.

Rangan Chatterjee, médico de familia británico, dijo que el estudio de la Universidad de Oxford era “bien recibido”, pero también aseguró que no va a cambiar el consejo que da a los padres: los niños deben apagar los dispositivos antes de irse a dormir.

“Mientras más investigación se realicen en esta área mejor, porque las pantallas están aquí para quedarse”, le contó a la BBC.

“Pero los hallazgos no reproducen lo que veo en la práctica clínica, que es que el uso de pantallas justo antes de acostarse tiene un impacto significativo en la calidad del sueño”, insistió.

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