-¿Cómo llegó a formarse en Rusia?
-Cuando estudiaba en el Tecnológico de Massachusetts, llamado MIT, yo tocaba en la orquesta de esa universidad. Allí llegó una delegación soviética y el intérprete que traían se enfermó; a falta de mejor solución me pusieron a mí. El jefe de la delegación era el número dos del Gobierno soviético en época de Nikita Kruschef, y se llamaba Anastas Nikollan. Después, me dijo: “¿No le interesaría ir a Rusia?”. Y yo le contesté: “Pues claro que sí”. “¿Y a dónde le interesaría ir?”. Pues a la Universidad de Moscú o a la de Leningrado”. Y le dijo al embajador: “Le encargo que organice usted un viaje del señor Prieto a Rusia”. Yo me dije, pues bueno, viniendo esto del número dos del Gobierno, la semana próxima me voy. Empezaron a pasar las semanas, los meses y los años y se acabó. Al cabo de dos años recibí un telegrama que me tenía que presentar en la embajada soviética en México. Cuando llegué, el embajador me indicó: “Mire, aquí está; ya tiene usted una beca en la Universidad Lomonosow de Moscú, la más vieja de Rusia, y empieza en septiembre”. Entonces, me fui a Rusia. Estaba dedicado a estudiar ruso, pero me pasaba la vida en el conservatorio y en aquella época llegó el compositor ruso Igor Stravinsky. Eso fue en 1962. Mi familia y yo habíamos conocido a Stravinsky hacía muchísimo tiempo. Yo lo fui a ver y me invitó a todos sus ensayos y conciertos en Moscú.
-¿Cómo fue su relación con Stravinsky?
-Muy larga. Lo que le puedo contar, porque es pintoresco, es que dos meses antes de encontrarme con Stravinsky en Moscú, él había estado en México. Fue a dirigir un concierto y allí me preguntó: “¿Sigue habiendo corridas de toros en México?”. Y yo le dije que sí. ?¿Y no me invitarían mañana? yo soy aficionadísimo”. De manera que fuimos al día siguiente. A los dos meses tuve la enorme sorpresa de encontrármelo en Moscú.
-Si pudiera definir la personalidad del chelo, ¿qué diría?
-La personalidad del chelo depende bastante de la personalidad del chelista. Pero el chelo es un instrumento que se caracteriza por su sonido muy cálido, está cerca de la voz humana, y al mismo tiempo es enormemente versátil, porque llega a registros agudísimos y al mismo tiempo a otros muy graves. Es un instrumento capaz de expresar desde la cólera hasta el humor o sentimientos muy románticos. Es muy cercano a la voz del hombre y de la mujer.
-¿Cuál ha sido su mejor concierto?
-Espero que éste por venir. Yo nunca quedo contento de los conciertos que toco.
-¿Por qué?
-Porque tengo un muy fuerte sentido crítico o autocrítico, y siempre hay cosas que me hubiera gustado tocar mejor.
-¿Cómo invitaría usted al público guatemalteco para asistir a su concierto del sábado?
-El concierto del sábado es muy atractivo por las obras, porque la orquesta Jesús Castillo es juvenil y tiene un enorme mérito. Primero van a tocar la obertura de Las bodas de Fígaro, que es maravillosa. Luego, voy a tocar una suite de Bach para violonchelo solo, y después tocaremos juntos el Concierto en Re mayor de Hydn para violonchelo y orquesta. Ayer tuve el primer contacto en Guatemala con prominentes compositores, algunos de los cuales conozco desde hace más de 20 años, como Jorge Sarmientos y Joaquín Orellana.
Concierto
Carlos Prieto se presenta con la Orquesta Jesús Castillo. Dirige Igor Sarmientos. Mañana, a las 20 horas, en la iglesia de San Francisco, Antigua Guatemala.
Admisión: Q60. Estudiantes: Q30. Más información por los Tels. 832-0140 y 367-3419.