El primer ministro, Narendra Modi, anunció en directo en la televisión el éxito de la misión: “En esta feliz ocasión, me gustaría dirigirme a los pueblos del mundo”, dijo un Modi sonriente mientras ondeaba una bandera india, al margen de la cumbre diplomática de los BRICS en Sudáfrica.
“El éxito de la misión lunar de la India no es sólo de la India”, añadió. “Este éxito pertenece a toda la humanidad”.
Este alunizaje llega a pocos días de que una sonda rusa se estrellara en la misma región.
Rusia encajó la noticia con deportividad: la agencia espacial rusa, Roscosmos, felicitó a sus “colegas indios” en un comunicado y el presidente ruso, Vladimir Putin, alabó el “impresionante” éxito de India, enviando sus “más sinceras felicitaciones” al primer ministro Modi, según el sitio web del Kremlin.
La misión Chandrayaan-3 captó la atención publica desde su despegue hace seis semanas frente a miles de curiosos ilusionados.
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Los políticos celebraron rituales de oración hindúes para desear el éxito de la misión, y en las escuelas, los alumnos siguieron los últimos momentos del aterrizaje retransmitidos en directo.
Chandrayaan-3 tardó mucho más en llegar a la Luna que las misiones del programa estadounidense Apolo en los años 1960 y 1970, que alcanzaban el satélite en unos días.
India utiliza cohetes menos potentes que los usados entonces por Estados Unidos, por lo que la sonda tuve que orbitar varias veces en la Tierra para ganar velocidad antes de poner rumbo a la Luna.
El módulo de alunizaje Vikram, “valor” en sánscrito, se separó del módulo de propulsión la semana pasada y ha estado enviando imágenes de la superficie lunar desde que entró en su órbita el 5 de agosto.
Ahora que Vikram alunizó, un vehículo explorador propulsado por energía solar explorará la superficie y transmitirá datos a la Tierra durante sus dos semanas de autonomía.
“Héroes anónimos”
India dispone de un programa aeroespacial de bajo coste en comparación con otras potencias, pero ha crecido notablemente desde que envió su primera nave a orbitar la Luna en 2008.
El presupuesto de esta misión es de US$74.6 millones, prueba de la frugal ingeniería espacial india.
Los expertos aseguran que consigue estos bajos costes copiando y adaptando tecnología espacial existente y aprovechando la abundancia de ingenieros altamente capacitados que cobran mucho menos que sus homólogos extranjeros.
En 2014, India se convirtió en la primera nación asiática en poner un satélite en órbita alrededor de Marte y el próximo año tiene previsto lanzar una misión tripulada de tres días en la órbita de la Tierra.
El éxito del miércoles 23 de agosto fue muy esperado por la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO) tras el frustrante fracaso de su anterior misión en 2019, cuando perdieron el contacto con el módulo lunar Chandrayaan-2 momentos antes del alunizaje previsto.
Muchos de quienes trabajaron en esa misión estaba presentes este miércoles, lo que prueba que sus esfuerzos no fueron en vano, afirmó el responsable de la ISRO, S. Somanath.
“Desde entonces habían hecho todo lo posible para descubrir qué había salido mal”, dijo. “Mis felicitaciones a todos estos héroes anónimos”.
Solo Rusia, Estados Unidos y China habían conseguido llevar misiones a la superficie de la Luna.
Rusia lanzó este mismo mes su primera misión lunar en casi medio siglo, pero la sonda Luna-25 se estrelló en su intento de alunizaje.
De haber tenido éxito, Rusia se hubiera convertido, por apenas unos días de ventaja, en la primera nación en llegar a la región polar.