Estas reacciones también llamadas de hipersensibilidad, son respuestas del sistema inmunitario cuando el tejido corporal normal resulta lesionado ante alguna sustancia extraña. El doctor Andrés Antillón Hernández explica que la alergia aparece cuando hay mayor producción de histamina (molécula bioquímica) en algún tejido y se manifiesta de diferente forma, según donde actúe. Si es en la piel, ocasiona ronchas; en el estómago, gastritis; en la cabeza, vaso espasmo y migraña; en la garganta, inflamación y dolor; en la nariz, estornudo; y en los pulmones, asma.
Los síntomas son variados y pueden comprometer diferentes órganos, si no se hace un buen diagnóstico y tratamiento, indica Carlos Dávila Vásquez, especialista en neurología y medicina interna del hospital Herrera Llerandi.
¿Cómo se desarrolla?
La doctora Doris Ortiz de Motta, especialista en medicina biológica y nutricional, de la clínica Rhino´s Relax Center, explica que se libera mayor cantidad de histamina al desgranularse o romperse los monocitos (células del sistema inmunológico), lo que provoca inflamación, presentada como edema, rubor, calor, picazón, entre otros, según el factor que lo esté desencadenando.
Antillón señala que hay cuatro tipos de reacciones de hipersensibilidad. El primero se refiere a las alergias cutáneas; por ejemplo, cuando hay algún roce con chichicaste, se genera histamina y aparecen las ronchas, dura minutos; el tipo dos es más crónico, porque pueden ser varias zonas las afectadas, ejemplo, cuando se consume carne de cerdo, y generalmente pasa sola; en el tercero se comprometen las funciones del individuo, como la alergia al sol, porque cada vez que se exponga la persona, su piel y vista se ven afectadas; y en el cuarto tipo, llamado shock anafiláctico, se pone en riesgo la vida del paciente, porque afecta en forma interna, perjudicando algunos órganos.
Ambiente
El neumólogo Héctor Domingo Cabrera, del Hospital San Juan de Dios, explica que las alergias son más frecuentes en las ciudades donde hay contaminación: el asma y la rinitis son más comunes.
En el área rural hay menos casos y prevalecen más las alergias provocadas por las plantas, polen y químicos, entre otros.
Tratamiento
Los antihistamínicos son los fármacos más indicados para tratar las alergias (pero no se utilizan para combatir el asma), los que deben ser debidamente recetados por el médico.
Asimismo, suele aplicarse la inmunoterapia alergénica, que consiste en inyectar diminutas cantidades del alérgeno bajo la piel en dosis gradualmente mayores, hasta llegar a un nivel de mantenimiento. Este tratamiento estimula al cuerpo para que produzca anticuerpos bloqueadores o neutralizantes que pueden evitar una reacción alérgica.
En la actualidad está en proyecto el uso de la biorresonancia para tratar diversos tipos de alergias, la que está basada en principios de medicina física y cuántica; sus orígenes están en Alemania, agrega la doctora Ortiz.
La máquina capta la energía del paciente, por medio de una tarjeta, la que al ser introducida, nivela y equilibra lo que el individuo requiere, y al tener esa información, se coloca la tarjeta en una parte del cuerpo. ?La esperanza es que la población deje de ser alérgica, pero también debe adoptar buenos hábitos de vida. La persona puede reprogramarse, y esto será tomado bajo consideración según los principios de la naturaleza, decisión que tomará el médico?, agrega Ortiz.
Medidas preventivas
Cuando se desconoce la causa de la alergia, a nivel de alimentación, a las personas se les recomienda primero que eviten la leche, los embutidos (por su contenido de nitritos y sulfatos que son alérgenos), colorantes, azúcar, clara de huevo, quesos amarillos y durazno, mientras se hacen las otras pruebas específicas para detectar la verdadera causa, agrega la doctora Ortiz.
Generalmente,el paciente tiene estreñimiento. Es importante practicarle una buena limpieza de colon, aumentar el sistema inmunológico y tratar el órgano afectado. Es básica una buena alimentación, con suficiente agua, frutas, verduras y ejercicios.
Las recomendaciones también varían según la causa del problema, como dejar de usar un determinado fármaco, instalar aire acondicionado con filtros, renunciar a tener animales de compañía en casa o no consumir cierta clase de alimentos.
Las personas con fuertes alergias estacionales pueden considerar la posibilidad de trasladarse a una región donde no exista ese alérgeno.
Si a un individuo le afecta el polvo de la casa, debe eliminar todo el mobiliario, las alfombras y las cortinas que lo acumulen; cubrir colchones y almohadas con protectores plásticos; sacudir el polvo y limpiar las habitaciones frecuentemente con un paño húmedo; también usar aire acondicionado para reducir la alta humedad interior que favorece la multiplicación de los ácaros del polvo.
En un ambiente cerrado con sólo aire acondicionado, se recomienda colocar plantas naturales, como el teléfono y el cactus.
¿Quiénes son susceptibles?
Existe una predisposición genética a padecer alergias. Los médicos le llaman a esta condición ?atopia?. El ser atópico implica que se está en riesgo de presentar reacciones alérgicas cuando se tiene contacto con ciertos factores ambientales. Esa predisposición quiere decir que algunas de las señales con las que se comunican las células del sistema inmunológico están ausentes o, por el contrario, están presentes de una manera exagerada.
Sin embargo, para que una alergia se desarrolle, no basta con la predisposición a sufrirla, sino que es indispensable que la persona afectada esté expuesta a las sustancias que la desencadenan y que son conocidas como alérgenos. De la misma forma, pueden aparecer alergias en sujetos que no tienen antecedentes familiares de la enfermedad.
Existen pruebas que pueden ayudar a determinar si los síntomas están relacionados con la alergia y a identificar el alérgeno implicado. Una muestra de sangre puede mostrar muchos eosinófilos, un tipo de glóbulo blanco cuyo número suele incrementarse durante las reacciones alérgicas.
La prueba cutánea RAST (radioalergoabsorbente) mide las concentraciones en la sangre de un anticuerpo de la clase inmunoglobulina E, específico de un determinado alérgeno, lo cual puede ayudar a diagnosticar una reacción alérgica en la piel, rinitis, alergia estacional y asmática, según describe el Manual Merck, Información Médica para el Hogar.