Antes de cambiar un hábito que implique esfuerzo corporal, es importante hacerse un chequeo médico que incluya resistencia física, ritmo cardiaco y presión arterial. Asimismo, es ideal acudir con un nutricionista para que recomiende una dieta que incorpore alimentos que aporten energía, proteínas, carbohidratos complejos, vitaminas y minerales.
Otro aspecto fundamental es el equipo deportivo, especialmente zapatos especiales, a fin de que proteger los pies y evitar lesiones o fracturas.
Los instructores de gimnasio deben adaptar rutinas de ejercicio al historial médico y la capacidad física del individuo.