El relato se ambienta en la época victoriana británica, en la que Alicia, una niña de 8 años de edad, cuenta una historia basada en un sueño, en el que se encuentra con personajes mágicos como la Reina de orazones, el Sombrerero, el Conejo blanco, la Liebre de narzo y el Gato de Cheshire, entre otros, que hacen de este cuento una historia simbólica y surrealista.
Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas convierte lo onírico en real y lo lúdico en cotidiano; esa es una de sus principales herramientas. Sumerge al lector en la lógica que parece imposible, con conversaciones aparentemente incoherentes y escenas llenas de contradicciones; un desafío completo que Carroll lanza a sus lectores. Es importante recordar que el escritor fue además, un matemático de profesión.
Su propuesta, más allá de las situaciones absurdas, va por una crítica a la rigidez de la sociedad inglesa de esa época, que se representa en la Reina de corazones, que hace imponer su voluntad a una Alicia que busca la libertad, salir de un sueño. Hay quienes incluso afirman que este inocente cuento es en realidad un fascinante pasatiempo sobre la lógica, la física, la psicología y la filosofía.
Además, Alicia en el país de las maravillas es un divertido desafío a la imaginación.
En el cine
Alicia en el país de las maravillas ha tenidos varias adaptaciones a la pantalla grande.
La primera surgió en 1903 y fue una producción británica en cine mudo, dirigida por Cecil Hepworth y Percy Stow.
En 1951 los estudios Disney rodaron la versión de la historia, siendo esta, a criterio de sus seguidores, una de las mejores adaptaciones.
En 1999 Hallmark Entertainment realizó un filme para televisión.
En 1988 el cineasta checo Jan vankmajer rodó una particular película que tenía una adaptación libre de la obra. Esta se llamó Alice.
En 2010 Tim Burton dirigió una adaptación que recrea y continúa la historia original, titulada Alicia en el País de las Maravillas.
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