CULTURA
¿A dónde van las películas nacionales después de estrenarse? Los retos de distribución en el cine guatemalteco
Las películas se hacen para que sean vistas, sin embargo en Guatemala estas encaran desafíos económicos, de distribución y de preservación.
Fotograma de 'Nuestras madres', película dirigida por el director guatemalteco César Díaz y que ganó la Cámara de Oro en el Festival de Cannes 2019. (Foto Prensa Libre: EFE)
Guatemala también es país de cineastas. Podemos aseverar esto al pensar en películas con sello local que han logrado llegar a festivales del Norte Global como Cannes, Berlinale, San Sebastián, Locarno, Málaga o Sundance, donde varias de las producciones guatemaltecas no solo han sido proyectadas, sino también premiadas.
Hablar de ese cine local implica reconocer también varios esfuerzos dentro del mismo territorio guatemalteco. Ejemplos como el Festival Ícaro, el Aguacatón de Oro o la Muestra Memoria Verdad Justicia evidencian a un país que gusta de consumir historias en las pantallas grandes y que de igual manera puede hacerlas.
En Guatemala cada vez más se pueden hacer películas y esto puede atribuirse al surgimiento de carreras enfocadas en el estudio y creación de las mismas dentro de instituciones como Casa Comal o las universidades Francisco Marroquín y Da Vinci.
Aún pareciendo ser un terreno fértil de posibilidades para contar nuevas historias, la industria cinematográfica en Guatemala todavía se encuentran desafíos al momento de expandirse. Entre esas misiones destaca la distribución y los retos de circulación en las películas.
Pamela Guinea -productora de películas como Nuestras Madres o Las Marimbas del Infierno-, comparte que la tarea de crear películas es difícil, ya que la distribución es el "talón de Aquiles para las películas nacionales desde siempre".
No obstante, la buena noticia es que no hay una sola forma de llevar las historias a la audiencia, agrega la productora. Esto dependerá de varias rutas de acción por parte de los grupos de producción.
La ruta más común suele ser el estreno en festivales, la cual garantiza un acercamiento a varios públicos y también a posibles distribuidores y/o compradores que pueden representar salas de cines, canales de televisión e incluso instituciones académicas.
En el caso de las películas nacionales que pasan por los circuitos de festivales extranjeros, los equipos deben pagar para que sean considerados en dichos espacios aunque no siempre es una garantía que accedan.
Varias de las películas nacionales que han pasado por los circuitos festivaleros durante los últimos años se han distinguido por abordar temas más críticos relacionados a la sociedad, la historia o las disputas de poder.
Aunque el paso por varios de estos festivales suele legitimar las películas antes de su debut oficial, hay equipos que prefieren llegar directamente a las salas de cine. Tal fue el caso de la película guatemalteca-estadounidense Hunting Party (estrenada en 2015) que, según su productor José Oliva, fue planteada para llegar a otro público.
Decidir llevar películas hasta las salas populares es un ideal, pero también una apuesta a lo incierto. Por un lado, los equipos deben invertir en presentarla a una distribuidora y por otro, no siempre saben si habrá un buen recibimiento por parte del público.
De acuerdo con el cineasta Domingo Lemus, las salas no siempre son rentables. "Es difícil porque estás compitiendo contra grandes estudios del mundo. Es una disputa desigual a la hora de competir contra producciones de Hollywood", explica.
Lejos de la evidente competencia que levantan las producciones internacionales, empresas como Mundo Cine -encargada de distribuir películas para Cinépolis, Cinemark, Alabacinema, entre otros exhibidores locales- ha promovido la filmes guatemaltecos durante los últimos años.
Desde 2015 Mundo Cine ha logrado que se proyecten 21 películas guatemaltecas en salas del país. Algunas de las producciones exhibidas han sido Hunting Party, Nebaj, Serpiente Emplumada, Gol de Plata, Luz, Bienvenidos a mi mundo, entre otras, incluyendo las cuatro dirigidas por Jayro Bustamante.
Elisa Romero, gerente de mercadeo de Mundo Cine explica que luego de que la empresa recibe propuestas fílmicas, se realiza una evaluación regional para ofrecer las películas a las distintas salas exhibidoras.
Cuando se aprueban, los cines tienen la opción de exhibir por mínimo de una semana las películas. Si el interés del público es positivo, las producciones pueden quedarse por varios días más o incluso semanas.
Datos proporcionados por Mundo Cine detallan que el documental Serpiente Emplumada y la comedia Un piloto a la carrera destacan como las dos más que más han permanecido en salas durante los últimos siete años. Ambas fueron vistas durante cinco semanas consecutivas.
Edwin 'Bambuchia' Ramírez, director de Un piloto a la carrera, señala que el buen recibimiento de su película puede deberse a dos razones: La primera es que el filme trata una historia común y familiar que llegó a muchas personas en un tono cómico. "Creo que ese tipo de comedia no se había dado desde hace mucho tiempo en el cine nacional", argumenta.
Por otro lado, explica que las estrategias de mercadeo son importantes. "Eso es algo muy importante que a veces, nosotros como artistas, descuidamos", agrega. En ese sentido Un piloto a la carrera logró captar mucha atención en Tik Tok ya que Bambuchia hizo una gran divulgación de la misma desde su cuenta.
Cabe recordar cómo Puro Mula , otra película con un argumento popular y en clave de comedia también logró un hito parecido en Guatemala, al convertirse en un filme local que logró permanecer tres meses en salas y que incluso fue exhibida en Costa Rica y Panamá.
"El éxito de Puro Mula es que encontró una manera de representar a Guatemala desde una perspectiva honesta y cómica. Tiene un guion que irrumpió en un momento que no había películas con esas características independientes y con un espíritu de clase media urbana. Muchos se identificaron", señala Domingo Lemus, coproductor e intérprete en la película.
Otras opciones de divulgación
De acuerdo con Pamela Guinea, es valioso preguntarse por las vías de circulación cuando las películas terminan su primer cometido en salas o festivales. Esto con el propósito de "llegar al imaginario social, lo que es muy bello e importante", argumenta la productora.
Cuando se agota el tiempo de exhibición en los espacios tradicionales, los equipos de productores se encuentran frente a una oportunidad para seguir dándole vida a una película en su ruta de exhibición y con ello pensar nuevas estrategias. Al final "el cine se hace para que sea visto", señala Guinea.
Frente a esta noción, Internet ha emergido como una plataforma idónea y varias películas guatemaltecas han sido alojadas en este espacio de forma gratuita por sus propios productores (tal es el caso de la iniciativa Best Picture System con sus filmes Ovnis en Zacapa y Puro Mula que se encuentran YouTube) e incluso bajo paga.
Julio Hernández Cordón, director de Gasolina y Las Marimbas del Infierno , ha logrado colocar varias de sus películas en servicios destreaming. Según explica, este tipo de plataformas "suelen necesitar producciones más arriesgadas para complacer a su público". Sus títulos han logrado llegar hasta sitios gigantes como Apple Tv, Amazon, Mubi y Netflix (siendo Gasolina, la primer película guatemalteca en divulgarse allí).
"Esto significa que te vea mucha gente y significa que tu 'peli' pueda estar en circulación cinco años, porque normalmente es el tiempo que duran las películas en las plataformas. También le da vigencia a tu trabajo", explica el realizador.
El hecho que las películas estén en plataformas de streaming de talla mundial no equivale a un enriquecimiento gigante para los cineastas, en especial cuando se trata de películas independientes o de nicho. La visibilidad en estos lugares procura sobre todo la llegada a nuevos ojos alrededor del mundo.
Resulta importante mencionar que el meollo de la circulación yace en qué tanto logra alcanzar el cine a otras personas en medida que pasa el tiempo. Para esto, se pueden pensar otras rutas de divulgación como lo son los acervos fílmicos, entre ellos la Cinemateca Universitaria Enrique Torres.
La cinemateca es un archivo especializado en películas nacionales, con un registro de 18 mil archivos audiovisuales que datan desde 1917. De ese total, entre el 1% y el 10% está digitalizado, explica Sergio Pozuelos, funcionario técnico del lugar.
Aquí los cineastas pueden llevar sus materiales con el fin de generar un repositorio que refleje la identidad de Guatemala desde distintos materiales audiovisuales.
"Cualquier persona que haya producido una película puede depositar una copia en cualquier formato a la cinemateca. Como es una entidad sin fines de lucro, no cobra por la conservación o el acceso a los materiales. Si en algún momento surge una consulta interna o externa sobre un material, la cinemateca remite a los directores, productores o quienes posean los derechos de la película", explica Pozuelos.
Aunque esta opción está vigente para cualquier cineastas o persona individual que sea creador de una obra, no todas las películas o producciones guatemaltecas están resguardadas en la Cinemateca. De hecho, tan solo unas 200 propuestas de ficción y documental están conservadas en la institución. La mayoría del material responde a grabaciones estatales cedidas por el Departamento de Cine del Gobierno.
De acuerdo con Pozuelos, el hecho de tener más películas conservadas en la cinemateca aportaría en varias vías, ya que los productores tienen la seguridad de que sus copias están resguardadas y por otro lado, "aunque una película se produzca hoy o mañana ya es parte de la historia", concluye.