Escenario

Así es el arte de Samuel Escobar, el primer guatemalteco que conquista el Museo del Prado y el Museo del Louvre con sus obras

El artista visual es el primer guatemalteco que expondrá su arte en el Museo del Prado y el Museo del Louvre. Con su serie “Re-nacer” muestra cómo podría estar formada el alma.

Samuel Esau Escobar, artista guatemalteco, expondrá sus obras en el Museo del Prado en septiembre 2023. (Foto Prensa Libre: Érick Ávila)

Samuel Esau Escobar, artista guatemalteco, expondrá sus obras en el Museo del Prado en septiembre 2023. (Foto Prensa Libre: Érick Ávila)

Samuel Escobar creció en una casa cerca a la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) en Guatemala, por lo que al momento de cuestionarse qué hacer con su vida de allí vino la respuesta: estudiar arte. Aunque por su mente también estaba el pensamiento de ser músico y escritor. Esto último porque su infancia estuvo rodeada de literatura por su padre.

Al cuestionarse si en algún momento ha imaginado su vida sin arte respondió que no, porque desde que tomó consciencia de su ser durante la preadolescencia estaba seguro de que, de cierta forma, llegaría a ser artista.

Samuel no se equivocó. Luego de estudiar en la ENAP, especializarse en pintura y dar varias clases de arte en su país, una serie de circunstancias lo llevaron a estudiar en el Nerdrum Art Studio en Suecia y Noruega; y exponer su trabajo a nivel internacional.

El 31 de marzo del 2023 se convirtió en el primer guatemalteco en exponer su arte en el Museo de Louvre, en Francia, con la serie Los destinos del alma.

Del 1 al 5 de septiembre será el primer connacional en presentar su obra en el Museo del Prado, en Madrid, España. La serie es llamada Re-nacer, debido a que expone una nueva estructuración como individuo luego de estar cumpliendo sueños, como las exposiciones en el continente europeo. Esta serie la expondrá primero en Argentina, en la exposición Bada.

Luego, regresará a Guatemala para trabajar en una nueva serie que presentará próximamente en el Museo del Louvre, en París. Esta sería su segunda exposición en este recinto cultural.

¿Cómo llegó su trabajo al Museo Louvre?

La historia comenzó hace más de un año con mi participación en ARCOmadrid, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de España. Una galería de arte de Colombia ve mi trabajo y me contactó porque el gobierno de ese país tenía la invitación para participar en el Museo de Louvre y exponer a artistas latinoamericanos.

En este museo de París expuse la serie Los destinos del alma con la que exploro el concepto de eternidad y presagio, que contienen la ideal del alma. Son siete obras porque en mi trabajo el hilo conductual es la unión de conceptos, así que acá me basé en que el mundo fue creado en siete días. Básicamente es mi mundo colocándose en la historia del arte universal y sentando un precedente en el arte nacional.

¿Y ahora con el Museo del Prado?

A finales del 2022 expuse en la Fundación Carlos de Amberes, un edificio del Siglo XVI que tiene obras de artísticas históricos del pasado. Allí conocí a Miguel Falomir Faus, director del Museo del Prado, y él me invitó a participar en esta exposición de artistas contemporáneos.

Será una exposición histórica porque, además de que este museo no ha tenido a artistas contemporáneos, es un hito para mi carrera y para la historia del arte de Guatemala.

¿De qué trata la exposición?

Luego de que expuse Los destinos del alma en el Louvre, que trató acerca de cómo el destino puede cambiar, pensé en que con estos acontecimientos que se avecinan para exponer en el continente europeo lo que tengo que hacer es Re-nacer, por eso se llama así la exposición.

Esta obra de Samuel Escobar pertenece a la serie “Re-nacer” y es con la técnica acrílico sobre lienzo aplicado con aerógrafo. (Foto Prensa Libre: cortesía Samuel Escobar).

Pensé que al lograr algo muy grande, como la exposición en el Louvre, lo que menos quería era quedar eclipsado en que solo lo hice una vez y eso fue lo mejor de mi vida. Tenía que aventajarme a mi mismo, entonces con las exposiciones que vienen lo que tenía que hacer era renacer, reestructurarme.

¿Qué podremos ver en Re-nacer?

Esta nueva serie es ver mi renacer como individuo. Debido a que el orden de la construcción de mis obras parte de la poesía, esta viene acompañada de un poema de dos versos. De allí estructuré la poética alrededor de que los individuos estamos conformados de dos formas: del cuerpo y el alma.

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Entonces, comencé la composición de templos, entendiendo que nuestro interior es un templo majestuoso, y la colocación de cómo todo puede ir naciendo.

Este es un ejemplo de cómo aplico el hiperrealismo a nivel filosófico, más que a nivel técnico descriptivo. Si nuestro interior está compuesto por las mismas partículas que compone una estrella, entonces el poder imaginar un alma es viable.

¿Sus obras parten de un poema?

Sí. Aristóteles creó el concepto de mímesis, que era copiar el mundo que vemos y describirlo tal cual; mientras que Platón crea la póiesis, término del cual se deriva la palabra “poesía”, y que hace referencia a creación. Al saber esto investigó más y llegó a la filosofía de composición de Edgar Allan Poe y comienzo a escribir poemas. Además de que desde niño tengo la costumbre de escribir.

Mis cuadros son poesía. El proceso de todos ellos lo inicio colocando el título de la obra, escribo un poema y luego comenzó a hacer las imágenes de la pintura. De esta manera tengo una limitación y el proceso creativo se traslada en elementos más concretos que dan orden a los elementos que están en el imaginario de lo que pinto.

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¿Cómo influye la literatura en su trabajo?

Lo es todo. Las bases están sentadas en la literatura porque allí se encuentran respuestas de todo tipo. Por ejemplo, los conflictos de padre e hijo que tenía Franz Kafka en Carta al padre fueron una respuesta e inspiración para una serie que hice cuando falleció mi papá. Mi obra tiene relación con la literatura.

Si ahora es pintor y su base es la literatura, ¿en dónde queda su deseo de ser músico?

Ese gusto y deseo no lo maduré. Creo que quedó en mi modo de vestir.

Su formación comenzó acá en Guatemala, pero continuó Suecia y Holanda con grandes maestros del arte. ¿Cómo, con tanta influencia, toma su propio estilo?

Luego de estudiar en la ENAP y especializarme en pintura di clases de arte, lo cual me llevó a encontrarme con el mejor amigo de mi papá en su adolescencia quien también fue mi maestro de dibujo. Con una plática acerca de cómo hacer obras de arte sin perderse y encontrar cada uno su camino me impulsó a inscribirme en la academia del artista Odd Nerdrum a quien he admirado desde hace mucho tiempo y fui aceptado por él. Allí, de cierta forma, comenzó todo porque para construir se necesita apertura y no quedarse en el núcleo básico al que uno pertenece.

Así comienzan muchas alianzas maravillosas. Estaba en Florencia, Italia, cuando me enviaron una invitación para ARCOmadrid y así se fueron dando otras exposiciones a nivel internacional.

¿Cómo conserva su estilo propio?

Sería muy simplista de mi parte tratar de copiar a alguien porque sería tratar de ocupar su espacio, algo que esa persona ha obtenido con su esfuerzo. Además, la manera en que veo la vida no es la misma que la de los demás, entonces, copiarle sería como tratar de tener sus ojos.

Mi papá nos impulsó a que fuéramos nosotros mismos, siempre, por eso el arte de mi papá y de mi hermano tampoco se parecen al mío. En resumen, he tenido claro que no quiero ocupar el espacio de alguien más.

Cuando me preguntan qué viene después de la exposición en el Louvre respondo que vienen muchas más cosas, porque a mis 30 años no quiero que esta oportunidad sea una trampa del éxito.

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