“A quien viaje ese día a la ciudad colonial le sugiero extender el paseo a este municipio, en donde el monumento al jocote será el primero en darles la bienvenida, ubicado al final de la Calle Ancha de los Herreros”, dijo Sitamul.
“En el salón, situado a un costado del palacio municipal, estaremos los devotos marianos para recibirlos con los brazos abiertos, compartir la música nacional, y conversar de las tradiciones marianas de la Asunción, con referencias históricas de más de 400 años en “Guatelinda”, que perduran todavía, a pesar de la globalización”, agregó el escritor.
El libro
Sitamul se inspiró en el hecho de que la Virgen de la Asunción se eternizó en la tradición de Jocotenango, Sacatepéquez, y en la de Jocotenango del valle de la Ermita, actual asentamiento de la capital de Guatemala.
Sitamul explica que el culto a la Virgen de la Asunción es colonial, pero la historia del pueblo en Sacatepéquez comienza mucho antes de la venida de los europeos a América.
La región del valle del Panchoy o Pancán, fue habitada desde mil años antes de Cristo, llegando a una época de auge hacia el periodo Clásico Tardío, de la civilización maya. Restos de esta ocupación se pueden encontrar, por ejemplo, en la finca El Portal, en las proximidades de Jocotenango. Antecedentes históricos y espirituales de este lugar se podrán conocer en este festejo.
Pobladores frente a la municipalidad de Jocotenango., durante la celebración del cumpleaños del entonces presidente Manuel Estrada Cabrera. Año 1909. Foto cortesía de la Municipalidad de Jocotenango, Sacatepéquez.