Escenario

“Chaury”, el guatemalteco que hizo sonar la marimba del Consulado de Los Ángeles, California

Rosauro Esteban Chonay, originario de San Francisco Zapotitlán, fue el encargado de restaurar la marimba “Mi Guatemala” del consulado de Guatemala en Los Ángeles.

Rosauro Esteban Chonay fue el encargado de reconstruir la marimba "Mi Guatemala" del consultado de Guatemala en Los Ángeles, EE. UU. (Foto Prensa Libre: LA Times).

Rosauro Esteban Chonay fue el encargado de reconstruir la marimba "Mi Guatemala" del consultado de Guatemala en Los Ángeles, EE. UU. (Foto Prensa Libre: LA Times).

Rosauro Esteban Chonay, originario de San Francisco Zapotitlán, Suchitepéquez, aprendió a tocar y a reparar marimbas desde su niñez. Ser uno de los tres hombres que podían restaurar este instrumento en Los Ángeles, California, fue lo que lo llevó a “dar vida nuevamente” a este instrumento que estaba abandonado en el consulado de esta ciudad de Estados Unidos.

“Mi papá fue quien me inculcó el amor y admiración por la marimba. Ese bellísimo instrumento que no he podido olvidar desde que he vivido en esta ciudad, porque tiene un sonido como si fuera el canto de diferentes aves, con diferentes tonos, que suenan al mismo tiempo”, dice Chauri, como es conocido por sus amigos en Guatemala y Estados Unidos.

Su llegada a EE. UU.

El hombre de 66 años aprendió a tocar marimba desde su niñez. Su padre, quien también fue músico, cuando regresaba de hacer trabajos de carpintería lo primero que hacía era poner música de marimba, luego le enseñaba a él y a sus otros tres hermanos cómo estaba hecho el instrumento, cómo se entrelazaban las cajas de resonancia, la base de cajonería y el teclado. Además, les compartió conocimientos básicos para hacerla sonar.

Un vecino, llamado Lalo Calderón, veía en los niños el deseo de aprender a tocar, por lo que compró una marimba doble y le enseñó a toda la familia. “Así nos poníamos a practicar todos los días, así me enamoré de la marimba que hoy es mi orgullo”, afirma.

Los tíos de Esteban fueron los dueños de la marimba Maderas del Sur. Con ellos fue los primeros con quienes tocó en diferentes lugares de Guatemala, además, le dio la oportunidad de ser parte de la famosa marimba Ecos del Pacífico.

Cuando formó parte de Ecos del Pacífico surgió la oportunidad de ir a tocar a Los Ángeles y, sin dudarlo, viajaron al país norteamericano para expandir “la leyenda de la marimba”. Así comenzó su recorrido por Estados Unidos tocando el instrumento nacional de Guatemala.

Luego de estar tocando por varios años ese instrumento se convirtió en director de otros grupos musicales. Por un tiempo decidió dar una pausa a la marimba y dedicarse a tocar la trompeta, la cual había aprendido a disfrutar también desde su niñez. Con ella llegó a tocar con grupos de mariachis en Las Vegas.

Después se retiró de la música por 20 años, ya que tocar la marimba no resultaba rentable económicamente porque no había muchos restaurantes que les permitirán trabajar. Por ello, decidió dedicarse a su negocio familiar. “Siempre extrañé hacer música, pero había que trabajar. Así que puse mi negocio de venta de comida en loncheras. Eran camiones de comida que llevaban alimentos a las personas de las fábricas”, relata.

Su regreso

“Desde hace 15 años regresé a la música. No puedo ignorar el amor que siento por ella y el respeto por lo que mis padres me enseñaron. Siempre me he sentido orgulloso de tocar marimba y de poder compartirla con mi gente”, afirma.

En el 2006 se dio cuenta que ya no había muchos grupos de marimba por la zona. Entonces armó su instrumento y decidió que volvería a tocar. “En esa fecha un restaurante que se llama Las Amelias me abrió las puertas para tocar mi marimba. Así poco a poco regresamos a deleitar a las personas con música guatemalteca mientras ellos degustan su comida”, menciona.

De esta forma fue como creó “Marimba Perla Tuneca”, su actual agrupación. Está conformada por sus amigos de la infancia y su hermano, Esteban. “Acá no hay muchos músicos marimbistas, entonces nos ayudamos entre todos. Puedo decir que nos estamos quedando sin músicos.  Había dos señores que hacían lo mismo que yo: arreglar y tocar marimba, pero el covid-19 se los llevó. Don Luis, que era de Honduras, era muy bueno con estos trabajos, pero falleció. Ahora me quedé solo yo”, dice con voz triste.

Así suena Chaury y su marimba orquesta Perla Tuneca:

La llamada inesperada

Un domingo de abril de este año, Chaury recibió un mensaje en su celular de un número desconocido. Le decían que una persona lo había recomendado para preguntarle si conocía a alguien que pudiera arreglar una marimba que estaba descuidada. “Al leer esas palabras, marimba y descuidada, me interesó. Entonces contesté preguntando qué parte del instrumento había que arreglar”, comenta. De respuesta recibió una llamada.

La llamada procedía del consulado de Guatemala en Los Ángeles. La marimba “Mi Guatemala”, que necesitaba ser restaurada era con la que los consulares esperan conectar a los guatemaltecos con Estados Unidos con su cultura y tradiciones en su país.

“Fui ese mismo día a ver cómo estaba la marimba. Cuando la vi, me puse muy triste porque estaba destruida. Los cajones estaban sostenidos con un lazo y otros remendados con cinta adhesiva. En ese preciso momento me prometí que tenía que hacer que esa marimba volviera a vivir, que volviera a resurgir la música de ella”, expresa conmovido del recuerdo.

Los cajones de los bajos del tenor de la marimba “Mi Guatemala” estaban destruidos. (Foto Prensa Libre: cortesía).

La reparación debía ser rápida, porque la idea era que el instrumento estuviera listo para la celebración del Día de la Madre el 10 de mayo. Durante varias semanas él y su esposa, originaria de Chiquimula, trabajaron por largas jornadas en el consulado.

Cuando ya ambos estaban satisfechos, Esteban probó la marimba tocando canciones de su infancia o las que más le recuerdan a Guatemala, como “Luna de Xelajú” o “Chichicastenango”.

El 10 de mayo, detrás de la marimba “Mi Guatemala” se alistaron seis hombres, entre ellos Chaury, para deleitar a los asistentes a la celebración de las madres. “Fue muy alegre tocar esa marimba, que después de estar descuidada y destruida, volvió a sonar alto y fuerte para los guatemaltecos. Siempre me da mucha emoción ver la sonrisa y nostalgia en el rostro de los demás cuando escuchan las teclas de nuestro amado instrumento”, puntualiza.

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