Ejemplo del uso apropiado del verbo “deber”, más la preposición “de”, más un infinitivo es el siguiente: “Debía de haber sido —o debía de ser— ya de madrugada, cuando desperté sobresaltada: un lamento que debió de haber venido de la calle, y debieron de escuchar por toda la casa, me dejó temblando…”. Esta oración equivale a: “Supongo que era ya de madrugada (…): un lamento que probablemente venía de la calle y que posiblemente se escuchó (…) me dejó temblando…”. Otros ejemplos: “ya no deben de tardar; siempre se atrasan”; “por aquí deben de abundar los mosquitos; es una zona pantanosa”.
El Diccionario panhispánico de dudas y la Nueva gramática de la lengua española de la RAE y la Asociación de Academias de Lengua Española nos informan de que el uso de “deber más infinitivo” se está generalizando incluso en la lengua culta en América y España para indicar posibilidad, por lo que puede decirse: “Por aquí deben abundar los vampiros…”; “Debía haber sido ya de madrugada cuando desperté sobresaltada: un lamento que debe haber venido (…) y debieron escuchar…”. Aunque este uso ya esté admitido, yo prefiero seguir utilizando el verbo “deber”, más la preposición “de”, más un infinitivo para referirme a lo probable, a lo que no es real y, forzosamente, el verbo “deber” más infinitivo para indicar obligación.
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