Escenario

Día Mundial del Teatro: crisis, cierre de espacios y el futuro del teatro en Guatemala

Los teatros físicos pasan por un gran reto. Algunos han cerrado sus puertas, otros han transformado su forma de negocio o están a la espera que la pandemia permita regresar a escena y escuchar nuevamente el aplauso de su público.

El Día Mundial del Teatro e celebró por primera vez el 27 de marzo de 1962.  Este 2021 la fecha llega también con un golpe duro al gremio por la pandemia.  (Foto Prensa Libre: Pixabay).

El Día Mundial del Teatro e celebró por primera vez el 27 de marzo de 1962. Este 2021 la fecha llega también con un golpe duro al gremio por la pandemia. (Foto Prensa Libre: Pixabay).

El 27 de marzo se celebra el Día Mundial del Teatro.  El último año la pandemia ha afectado al gremio de los artistas guatemaltecos que se han quedado sin presentaciones y la crisis ha llegado a teatros que se han cerrado permanentemente o han dado un giro a su trabajo, la mayoría ofreciendo clases y obras de forma virtual.

El semáforo epidemiológico permite en algunos lugares presentaciones físicas, pero la mayoría con un aforo limitado que resulta insuficiente para cubrir toda la inversión que lleva un montaje, además que cada vez parecen más limitados los espacios para presentarse a futuro.

La situación física de los teatros

El 2020 terminó con noticias como el cierre de Solo Teatro, un espacio que vivió 15 años ubicado en la Avenida Las Américas.

Es en mayo del 2005 se inaugura este proyecto.  Este local, que era conocido antiguamente como cine y posteriormente como Teatro Las Américas, fue abandonado por distintas razones y bajo el diseño arquitectónico de Joam Solo, se transformó.

El 20 de mayo pasado se cerró el local. “Solo Teatro murió de covid-19”, dice Solo mientras comenta en una entrevista en 2020 que espera que al pasar esta crisis, el espacio resucite en otro lugar.

El actor Hugo Aldana, de Los Tres Huitecos, explica que este año ha sido difícil para buscar la manera de activarse y adaptarse.  Ellos normalmente en el intermedio de las obras que presentaban en el Teatro de Don Juan, en el Centro Histórico vendían quesadillas  y otras opciones de alimentos, así que han emprendido durante la pandemia en llevar chicharrones y otros alimentos a domicilio y generar ingresos.

Aldana comparte que los shows virtuales también han sido parte de su propuesta.  El Teatro Don Juan fue transformado en un teatro estudio, es decir que se puso un estudio de filmación y transmisión para que las empresas que quieren hacer algunas conferencia, seminario o reunión de trabajo lo hagan desde ahí, “esta fue una luz en medio de todo porque los meses han sido duros”, expresó.

El deseo de Aldana es compartir nuevamente a su público, que pronto se tenga la vacuna para que se reactiven las actividades y así volver a los espacios con el público de una manera responsable.

El actor y productor Fernando Gómez, vicepresidente de Artifices, una asociación de productores que buscan fortalecer, proteger y evolucionar esta industria explica que algunos teatros han cerrado y otros están pensando abrir en 2022 y 2023, así que las opciones para producir quedan limitadas al Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, así como a otros pequeños espacios y casi nadie se ha arriesgado a hacer producciones e invertir.

El Teatro Dick Smith, del Instituto Guatemalteco Americano, IGA, al igual que otros espacios están detenidos hasta que las disposiciones permitan regresar a las actividades de manera segura. En el caso de la sala de teatro Manuel Galich, de la Universidad Popular este año estará cerrado por remodelaciones y se preparan diferentes actividades para celebrar el centenario que cumplirán en el 2022, indica Estefani Cristales, secretaria general de la institución.

Por otro lado, Patricia Rosemberg, directora general del Teatro Lux comparte que se encuentran en negociaciones para nuevos proyectos culturales.

Al respecto de estos cambios Gómez reflexiona que “el teatro en Guatemala ha vivido de una manera desnutrida y siempre hemos estado débiles en la historia país y la pandemia vino a golpearnos bastante y se sigue con incertidumbre”.

En proyectos presentes y futuros

Yefry Lemus, actor, productor, cantante y coreógrafo está entre los más dinámicos durante la pandemia.  Reconoce que al principio fue complicado el cancelar las producciones agendadas para el año.  Una de sus primeras iniciativas fue llevar en línea El chico del apartamento 512, esto fue cerca del 23 de marzo de 2020.  “Recibí críticas porque estaban vendiendo accesos, pero sabía que teníamos que adaptarnos a esta nueva normalidad y la obra fue exitosa, se vio en Estados Unidos, Panamá y algunos países de Europa, en tres funciones llegamos casi a las 2,500 personas y con lo recaudado se donaron canastas para apoyar a los artistas de la producción”, recuerda.

En el año también vendió DVD’s con la grabación de la obra Las de la intuición, un musical inspirado en canciones de Shakira que se presentó en 2019. Ha tenido otras ideas como un teatro 360 con automóviles, otro tipo circense, pero las autoridades no le autorizaron.  En noviembre y diciembre logró presentarse con las obras Con todos menos conmigo y una obra infantil en el Teatro Lux con un protocolo que fue cuidadosamente estructurado y presentado en Precovid.

Solo se permitían 150 personas por función, pero eso no era suficiente para pagar a todos los involucrados.   Para salir adelante Lemus consiguió patrocinios y asistir a la obra fue gratuito para el público, únicamente tenían que participar en dinámicas en las redes sociales.

Una de las presentaciones presenciales de YL Producciones durante finales del 2020, de las pocas obras que se han hecho durante la pandemia. (Foto Prensa Libre: Pako Pérez).

Gómez explica que en el mercado de presentaciones en línea también están bajando esta modalidad porque se compite con opciones como Netflix, YouTube y otras plataformas.  Comenta además que se ha buscado activar algunos proyectos en línea para colegios, pero la falta de Internet en el interior de la República dificulta este proceso.

“Considero que aunque pasemos este momento, el Teatro volverá con más fuerza cuando nos dejen trabajar y las personas se sientan y estén seguras de volver a los teatros…el arte no ha desaparecido por pandemias, guerras y desastres, así que seguirá con esa mística y ese valor agregado.  Por ahora se seguirá con diversidad de servicios como personajes y actividades privadas, pero se requiere el apoyo del Gobierno para regresar”, dice Gómez.

Lemus agrega que se pide al Gobierno más espacios para hacer teatro al aire libre, habilitar conchas acústicas y otros espacios para no dejar el teatro por un lado.

En Marzo, por ejemplo, abre de nuevo las puertas el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias en donde ya se están recibiendo solicitudes, en especial del Teatro al Aire Libre, el cual permite un espacio para mayor actividad teatral.  Es importante recordar que además de los tableros epidemiológicos, en este espacio abierto y en otros que se habiliten el clima jugará un factor importante, en especial en los tiempos de lluvia.

Por ahora, Lemus tiene reservadas las primeras fechas del Teatro al aire libre para la presentación de El chico del apartamento 512,  que tendrá únicamente tres funciones, el 16, 17 y 18 de abril con todas las medidas de sanidad.  El cupo será limitado al 30% del lugar.

El director Ángelo Medina, recientemente galardonado con el Premio por trayectoria y aportes al desarrollo del teatro, explica que este año ha sido de vicisitudes y alejamiento de las tablas, “pero recordemos que el teatro es dinámico y no hay dique que lo contenga y está la necesidad intrínseca en el ser humano de comunicarse, hacer y decir… así el sector está buscando las oportunidades para abrirse campo, por ahora por medio de la tecnología aunque sé y reconozco que el teatro necesita de la presencia física”, expresa.

Douglas Vásquez Vides, director de Fomento de las Artes, del Ministerio de Cultura y Deportes comenta que durante la crisis se buscó apoyar artistas y se formó el  programa Apoyarte que dio un bono quienes se inscribieron y tenían por lo menos 10 años de experiencia.  El dinero que se dio fue de Q 3 mil a 2 mil 700 beneficiados.

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