Del otro lado del Mar del Norte, la Royal Air Force decide enviar varios aparatos para intentar defender a las embarcaciones y a sus soldados desprotegidos. Paralelamente se prepara una operación ambiciosa e inédita: las autoridades británicas envían a cientos de pequeñas embarcaciones, tripuladas por civiles, para socorren a sus soldados.
En nueve días, unos 338.220 soldados -en su mayoría británicos pero también franceses (123.000) y belgas (16.8000)- fueron evacuados en condiciones extremas por los llamados “little ships”.
En su película, que se estrena en cines de gran parte del mundo a partir del miércoles (en EEUU el viernes), Nolan retrata esta operación conocida como “Dínamo” o “el milagro de Dunkerque”.
Más que un filme de guerra, Dunkerque es sobre todo la historia de una huida. “Un thriller de acción”, “un filme sobre la sobrevivencia”, dice Nolan para describir este largometraje en el que el enemigo, el alemán, es invisible hasta el último minuto.
Aunque en el electo figuran actores confirmados –Tom Hardy, Cillian Murphy, Kenneth Branagh, Mark Rylance-, Nolan decidió completar su casting con caras nuevas, como Fionn Whitehead, Tom Glynn-Carne o la estrella del pop británico Harry Styles.
Caras nuevas
“Miles de jóvenes pasaron las audiciones (castings). Queríamos a toda costa nuevas caras, personas desconocidas, pero paradójicamente fue Harry quien obtuvo el papel. ¡No sabía que era tan conocido!”, admite Nolan sobre el artista, que cuenta con más de 30 millones de seguidores en Twitter.
El cantante del grupo One Direction interpreta a un joven soldado británico desesperado por escapar de Dunkerque. “La actuación de Harry fue increíble”, aseguró Nolan.
A diferencia de casi todos los grandes directores de Hollywood, Nolan evitó en su película utilizar efectos especiales.
Insistió en usar los lugares reales donde ocurrieron los acontecimientos, así como verdaderos buques de guerra, aviones de la Segunda Guerra Mundial y muchos de los “little ships” originales que llevaron a los soldados sanos y salvos de vuelta a Inglaterra.
“Para mi era imposible grabar en otro lugar, sin importar las dificultades que eso podía representar”, contó el director, que para la ocasión hizo que restauraran más de un kilómetro de muelle.
“La película entera fue un reto, no trabajamos en condiciones normales”, dijo Styles antes de que la película se estrenase en la ciudad de Dunkerque el domingo.
“Chris es muy visceral en su forma de trabajar, que puede ser intensa a veces, por supuesto no fue nada comparado con la verdadera historia (…) pero sí fue difícil”, añadió.
Durante un tiempo, Nolan -que es conocido por su audacia técnica y narrativa- contempló hacer Dunkerque “casi como una película muda”, poniendo en relieve las imágenes y los efectos de sonido, en lugar de diálogos.
“Traté de hacer cine puro”, con la ayuda de enormes cámaras IMAX y rodando con enormes películas de 70mm -dos veces el tamaño del formato habitual- para hacer de este filme “una experiencia abrumadoramente real”.